Fráncfort (Alemania), 11 sep (EFECOM).- Los bancos centrales de los países del G-10, formado por las principales potencias mundiales, consideraron hoy que el crecimiento global de la economía deberá permanecer fuerte en 2007, aunque podría ralentizarse respecto a 2006.
Tras el encuentro bimestral del G-10 en Basilea (Suiza), el presidente del Banco Central Europeo (BCE) y portavoz del grupo, Jean-Claude Trichet, aseguró que los países que asistieron a la reunión coincidieron en que la economía global crecerá con fuerza en 2007.
El G-10 previó que la coyuntura mundial será "bastante dinámica" el año próximo, afirmación con la que coincidía con otros organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que afirmaba recientemente que la economía global crecerá un 5 por ciento en 2006 y a unas tasas "no muy diferentes en 2007".
"En resumen diría: crecimiento robusto en un universo de inseguridad creciente", aseveró Trichet, quien advirtió de que ha aumentado la incertidumbre sobre el futuro crecimiento mundial, sobre todo por el alto precio del petróleo.
Aunque el crudo se ha abaratado en las últimas jornadas hasta su cota más baja desde abril, debido a que ha disminuido el temor a que haya cortes en el suministro, su precio aún se mantiene por encima de 60 dólares por barril.
El barril de Brent, de referencia en Europa, costaba hoy en Londres 62,79 dólares, mientras el petróleo ligero Texas se vendía en Nueva York a 66,25 dólares al cierre de los mercados el viernes.
Según Trichet, la economía global ha demostrado hasta ahora su fortaleza contra impactos como los altos precios del crudo, aunque esta resistencia podría mejorar "con reformas estructurales y mayor flexibilidad".
Además de los precios del petróleo, Trichet mencionó como riesgos para el crecimiento mundial los desequilibrios globales, una posible nueva evaluación de los peligros en los mercados financieros y el riesgo de que aumente del proteccionismo tras el fracaso de las negociaciones de la Ronda de Doha.
Los veinte principales países de los que dependen las exportaciones agrícolas, que conforman el llamado G-20, se reunieron este fin de semana en Brasil para intentar buscar fórmulas para superar las divergencias en el terreno agrícola y mostraron su voluntad para retomar las negociaciones de la Ronda de Doha.
Este mecanismo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que busca promover el libre comercio y favorecer el desarrollo económico de sus miembros, fracasó el pasado julio, después de que EEUU, la Unión Europea y el G-20 no lograran ponerse de acuerdo en asuntos relacionados con mecanismos de apertura de mercados y fechas para eliminar los subsidios.
Respecto a la evolución de la inflación, Trichet dijo que los bancos centrales "no pueden estar satisfechos" y destacó la importancia de que estos organismos tengan credibilidad como "guardianes de la estabilidad de precios".
El presidente del BCE reiteró la importancia de contener los riesgos que se ciñen sobre los precios y destacó que es necesario entender las dinámicas inflacionistas "a escala nacional, continental y global".
Los gobernadores de los bancos centrales del G-10 y de algunas economías emergentes se reúnen cada dos meses en la sede del Banco de Pagos Internacionales (BPI) en Basilea para analizar la situación de la economía mundial.
Los miembros del G-10 son en realidad once países: Alemania, Bélgica, Canadá, EEUU, Francia, Holanda, Italia, Japón, el Reino Unido, Suecia y Suiza. EFECOM
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