
En 2007, antes de que estallase la crisis financiera, la apuesta de los planes de pensiones españoles era clara: renta fija sí, pero también renta variable (y bastante). Entonces, al calor de las subidas de las bolsas -la española triplicó su valor desde los mínimos de 2002-, el peso de este activo en las carteras de los planes se elevaba hasta el 27%, máximos desde que Inverco proporciona datos (2004). Ahora, ocho años después, la representación de la bolsa en el porfolio de los planes de pensiones vuelve a ser la más elevada desde antaño, al situarse en el 22% en el primer trimestre del año.
La explicación de este cambio de estrategia entre los gestores de estos planes, que incluye que el peso de la deuda también se encuentre en mínimos de 2007, es sencilla.
A día de hoy, después de las distintas inyecciones de liquidez proporcionadas por los bancos centrales, las bolsas acumulan importantes subidas, mientras que el rally de la renta fija no deja de dar muestras de que prácticamente está agotado. Una es que, en apenas dos días, los inversores sufrieron pérdidas de casi el 2% con el bund.
En qué invierten ahora
Así, a pesar de que el principal selectivo español suba más de un 95% desde los mínimos marcados en el peor momento de la crisis de deuda periférica (2012), los 5.956 puntos, la renta variable extranjera es la que cuenta con mayor protagonismo en los planes de pensiones españoles, que en marzo lograron un patrimonio superior a los 100.000 millones de euros por primera vez en su historia. En concreto, esta supone un 13,44%, mientras que la española pesa un 8,96%. Entre ambas suman un 22%.
Mientras tanto -y a pesar de que los planes de pensiones españoles siguen con la etiqueta de conservadores puesta-, la inversión en renta fija ha caído hasta el 58% en los tres primeros meses del año. Se trata del porcentaje más bajo de los últimos ocho años y se aleja así del máximo marcado en 2011 y 2012, cuando el interés del bono español a una década desató todas las alarmas al superar el 7% (ahora cotiza en el 1,53%). Entonces, la renta fija suponía un 63% de la cartera.
Ahora, de la parte del patrimonio que dedican a la renta fija, un 37,84% se focaliza en deuda pública, sobre todo española (supone un 33% de la cartera). Y sí, lo que a priori es una cifra significativa, lo cierto es que los planes de pensiones españoles van reduciendo poco a poco su exposición a este activo. La prueba es que en diciembre, hace solo tres meses, dedicaban un 35,19 por ciento a este fin. Aún así, los casi diez millones de partícipes que tienen un plan de pensiones en España verán visiblemente mermadas sus rentabilidades.
En cambio, el otro 19,91 por ciento restante hasta completar el 58 por ciento que invierten en renta fija, se encuentra en bonos corporativos. En su mayoría españoles.
Esta transformación en el modus operandi de los gestores de estos planes, que trasladan a sus clientes la necesidad de asumir más riesgo si quieren obtener retornos superiores, explica que sean los mixtos de renta variable los que más han incrementado su patrimonio el último trimestre según Inverco. Un periodo en el que su volumen se ha elevado un 22%, hasta los 8.130 millones de euros y un 47% en el último año.
Los mixtos de renta fija tampoco se quedan atrás: su patrimonio ha crecido otro 12% en los últimos tres meses, aglutinando ya 15.800 millones de euros.