
"La construcción cuenta en Europa (sobre todo en España) con unas perspectivas mejores de lo esperado". Son palabras extraídas del último informe de Goldman Sachs sobre el sector. Con la economía europea en plena recuperación y después de contrastar con los resultados de 2014 que las reestructuraciones operativas y financieras de las grandes constructoras están dando sus frutos, la firma de inversión sube la apuesta: "Aumentamos nuestras previsiones sobre el crecimiento del gasto real en construcción en Europa un 1,2% en 2015 y un 2,6% en 2016. Un crecimiento impulsado principalmente por Italia y España".
Un escenario de signo positivo para la construcción en el Viejo Continente que ya se refleja en algunas grandes compañías. ACS es un buen ejemplo. El consenso de mercado vuelve a emitir sobre el grupo que dirige Florentino Pérez el consejo de compra. Una recomendación que la constructora no recibía de forma continuada desde 2008.
Pero la vuelta de ACS al circuito de las compras no tiene solo que ver con la recuperación de la construcción en Europa, un continente donde el grupo obtiene un 25,7% del total de sus ingresos, según datos recogidos por Bloomberg. Detrás de la mejora de recomendación que ha protagonizado ACS están sus dos grandes filiales fuera de España: la alemana Hochtief -con gran presencia en Asia-Pacífico (34,3% del negocio del grupo) y América (39,3%)- y la australiana Leighton. Pero también la depreciación del euro dada su internacionalización y el esfuerzo por reducir su apalancamiento.
"La ratio deuda/ebitda (que mide cuántos años tardaría en liquidar sus compromisos financieros si dedicase todo el beneficio bruto a ello) cerró 2014 en 1,5 veces, la más baja del sector", expone el equipo de análisis de Beka Finance en un informe posterior a los resultados. Un hito que ACS ha logrado "tras las ventas de activos tanto en ACS como en Hochtief y Leighton", explican desde Banco Sabadell en otro informe.
Las mayores desinversiones están ligadas a la salida a bolsa de Saeta Yield (con la que obtuvo 642 millones de euros y redujo su pasivo en 1.435 millones), a la venta de otros activos de energía renovable y a su participación en Iberdrola. Al cierre de este año, el consenso de analistas espera que su apalancamiento se haya reducido a las 1,2 veces. "El proceso de reestructuración debería completarse en 2015", continúan los analistas de Beka Finance. De hecho, al final de este ejercicio, las estimaciones ya sitúan el ebitda de ACS en los 2.532 millones, en niveles precrisis de 2007.
Por delante, Sabadell advierte de algunos riesgos como son la progresiva salida de Alba de su accionariado (Florentino Pérez ya es el primer accionista) o la debilidad de la cartera de servicios industriales y minería "tras la caída de los precios de crudo y hierro". Riesgos que ni mucho menos se han trasladado a su cotización. En lo que va de año, sube un 10% y las firmas de inversión consideran que tiene un recorrido del 9% hasta los 34,94 euros en los que sitúan su precio objetivo.