La economía de Estados Unidos creció en 2014 alrededor de un 2,4%. Esta cifra puede interpretarse como la mejor marca desde el arranque de la década, es el sexto año consecutivo en que el país crece por debajo de la cota psicológica del 3%. Esto supone el mayor periodo en la historia de la economía estadounidense en que el PIB parece estar condenado a un crecimiento que muchos tilda de "comatoso".
Los cálculos de la Reserva Federal de Atlanta estiman que EEUU podría haberse debilitado en el primer trimestre del año hasta crecer un enclenque 0,2%, muy lejos del 2,2% registrado en los últimos coletazos de 2014. Goldman Sachs ha sido el último de los grandes bancos de inversión en rebajar sus previsiones sobre la expansión económica a este lado del Atlántico, hasta el 0,8% para los meses comprendidos entre enero y marzo. Una cifra que llega en línea con las estimaciones de Morgan Stanley, que la semana pasada situaban su proyección en el 0,9% desde el 1,2% previo.
No habrá subida a corto plazo
"El lento crecimiento de la economía estadounidense y la caída de las exportaciones, resultado directo de la fortaleza del dólar, hacen que nuestra proyección para la subida de tipos de interés se haya retrasado hasta el primer trimestre de 2016", explica a elEconomista.es, Peter Knowles, estratega de Morgan Stanley.
Los cálculos del banco estadounidense han reducido hasta un 10% las probabilidades de una subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal el próximo mes de junio. "Descartamos una subida de tipos a corto plazo", reitera Knowles.
Sin embargo, el pasado viernes, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, estimó que el banco central estadounidense "piensa seriamente" en elevar sus tasas directrices este año, por primera vez desde la crisis financiera, aunque esto pueda frenar "levemente" la reactivación. Un hecho que para Knowles no debería tener un gran impacto en el objetivo del S&P 500 para finales de año, cuando debería situarse en los 2.275 puntos.
Dicho esto, el estratega de Morgan Stanley estima que se está llevando a cabo un "gran reequilibrio" donde los inversores están desinvirtiendo en EEUU y fijándose en Europa y Japón. Si el Stoxx 600 acumula subidas del 16% o el Topix nipón genera una rentabilidad del 10%, el S&P 500 se las desea para mantener el tipo en lo que llevamos de año. "Esta dinámica va a continuar como resultado de una divisa más barata y la política monetaria acomodaticia del Banco Central Europeo y el Banco de Japón", apunta Knowles.
Por último, este experto cree que el crudo se mantendrá a la baja, aunque considera que es un "juego de locos" vaticinar cuándo los precios del oro negro tocarán fondo. Aún así estima, como muchos otros analistas, que el petróleo barato es positivo para el consumidor estadounidense, que supone el 70% del PIB.