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BBVA no tendrá que bajar el dividendo para volver al pago en efectivo en 2017

  • Ganará lo suficiente para mantenerlo aunque destine solo el 40% del beneficio

Uno de los grandes peligros que tiene el scrip dividend es que puede dirigir a las empresas a un callejón sin salida. Esta política ha permitido mantener altos pagos durante la crisis, pero implica ampliaciones de capital para entregar acciones a los inversores y cuando las empresas quieren retomar el dividendo en efectivo a veces se encuentran en un aprieto o con que sencillamente no pueden. Entonces, la solución más sensata es recortar los pagos como ha hecho Banco Santander. Una medida a la que no se verá abocado BBVA cuando retire el scrip.

El banco ha adelantado sus planes de repartir un 35-40% de sus beneficios de 2017 íntegramente en efectivo y aunque no se ha comprometido a mantener la retribución, ganará lo suficiente para conservar, al menos, los 0,37 euros por acción actuales y poder pagarlos en metálico.

"El dividendo de BBVA es sostenible en el tiempo porque ha sido muy conservador. No veo riesgo de bajadas", señala Nuria Álvarez, de Renta 4. La analista explica que cuando empezó la crisis, el banco redujo el pay out [el porcentaje del beneficio destinado al dividendo] y que incluso mientras la ratio media del sector se situaba en el 45-50%, "BBVA siempre ha estado por debajo".

La retribución actual implica repartir unos 2.300 millones. Si tuviera que entregarlo todo en efectivo este año, se comería más de un 60% del beneficio previsto, más de la media habitual del sector. Esto explica que en 2015 no se retire de inmediato el scrip dividend y que entregue solo dos de los cuatro pagos en metálico.

Pero esta fotografía cambiará en dos años. Su beneficio crecerá hasta los 5.950 millones en 2017, rozando el récord de su historia, según las previsiones del consenso de mercado que recoge Bloomberg. Con estas ganancias, si reparte un 40% el dividendo rondaría los 0,38 euros. Incluso aunque realice al menos tres o cuatro ampliaciones de capital más entre este año y el próximo, tras haberlo elevado un 14% desde 2011, no habría peligro de recortes. Es más, la cuantía podría crecer hasta los 0,4 euros según las previsiones.

Pagos más fiables

En general, los expertos se muestran mucho más optimistas con los dividendos de la banca. "En nuestra cartera de dividendos, estamos reposicionándonos en bancos porque ahora sus pagos sí son más fiables que hace dos o tres años", señala Miguel Paz, de Unicorp. En el caso de BBVA, el experto considera que la remuneración será "sostenible" y que no tendrá problemas para abonarla en efectivo en 2017.

Entre las grandes, CaixaBank ha bajado la retribución de 2015 de 0,2 a 0,16 euros. "La interpretación no es que no sea sostenible el dividendo de 0,2 euros, el recorte es para ajustarse a más efectivo [con cargo al beneficio de este año abonará dos pagos en metálico]", opina Nuria Álvarez, que cree que volverá a niveles de 0,2, como recoge la previsión del consenso.

Por su parte, Banco Santander viró su política tras encontrarse ante ese callejón sin salida para recuperar la retribución en metálico: ha tenido que recortar el dividendo de 0,6 a 0,2 euros. Para mantener un pay out en efectivo en el entorno del 30-40%, como pretende la entidad, tendría que ganar más de 21.000 millones si hubiera conservado el pago en 0,6 euros, una cifra que no se prevé ni siquiera para 2018, cuando la estimación es de 11.660 millones. La idea en los próximos años es olvidarse de una cuantía concreta y vincular el dividendo a la evolución del beneficio. Los analistas prevén ligeras subidas, hasta los 0,24 euros en 2017.

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