El QE del Banco Central Europeo (BCE) empieza a mostrarse en todo su esplendor. Las órdenes de compra que había vivido el mercado de deuda en el inicio de la semana se extendieron ayer también a la renta variable, con subidas que llegaron a superar el 2%.
La demanda empieza a agotar a la oferta mientras los inversores buscan bonos y acciones que tengan potencial de subida. Fuentes de mercado confirmaron que el ritmo de adquisiciones de la institución y la presión compradora se disparó ayer como no lo había hecho al inicio de la semana. El retorno del bono español a 10 años cayó ayer hasta el 1,15%, nivel nunca antes visto y que sigue reflejando los efectos de las compras de bonos que realiza el Banco Central Europeo cada día. Un descenso que rebajó la prima de riesgo hasta 94 puntos.
La influencia de la entidad sobre el mercado es tan alta que algunos bonos a 2 y 3 años empiezan a pagar una rentabilidad menor que los tramos a un año. Esto es así porque el BCE está comprando deuda que tenga un vencimiento superior a 2 años, por lo que los tramos más cortos se han quedado fuera. En Alemania, hasta el bono a 3 años tiene una rentabilidad inferior al de 1 año y en Bélgica ocurre lo mismo con el 2 años.
Ayer salió ante la prensa uno de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, Ewald Nowotny, para intentar frenar la especulación en la que ha entrado el mercado de deuda. "Las rentabilidades negativas son inevitables en la situación actual pero no pueden ser una situación normal a largo plazo", advirtió, "hay un riesgo inherente de pérdidas en el futuro".
Signos de fortaleza
Precisamente, las compras de deuda están actuando como motor de la renta variable europea. Un activo que, hasta ahora, encontraba uno de sus mayores alicientes en lo que ocurrió en Wall Street. Y es que la bolsa americana ganó de media un 21,2 por ciento en los tres programas de estímulo que hubo entre noviembre de 2008 y octubre de 2014.
En este contexto, cada vez son más los signos de fortaleza que muestra el Viejo Continente y la sesión que vivió ayer el Ftse Mib italiano es la mejor demostración. El selectivo de referencia transalpino superó la resistencia análoga a los 11.250 puntos del Ibex tras escalar un 2,18 por ciento y cerrar en los 22.833 puntos, su nivel más alto desde 2011. Por tanto, ya se suma a la fiesta alcista que estaban protagonizando otros índices como el Cac francés, que logró superar los 5.000 puntos a lo largo de la sesión por primera vez desde 2008. A pesar de subir más de un 2 por ciento, terminó la jornada en los 4,997,75 puntos. Asimismo, destaca el Dax alemán, que jornada tras jornada renueva sus máximos históricos y ayer escaló un 2,66 por ciento, hasta los 11.806 puntos.
Ahora bien, no todos los mercados están de celebración. No hay más que mirar al Ibex que es el único índice de entre los principales de Europa que no consigue batir su resistencia clave (tampoco lo ha hecho el británico Ftse 100).
"Mientras el selectivo italiano se une a la fiesta alcista e intenta seguir la estela del imparable Dax 30 alemán, el Ibex 35 sigue mostrándose incapaz de partir ni siquiera su primera resistencia que presenta en los 11.080 puntos, por encima de la cual todo apuntaría a un ataque, esta vez con más garantías de éxito, a resistencias clave de medio plazo en los 11.250 puntos", explica Joan Cabrero, jefe de estrategia de Ecotrader. Así, el índice subió un 1,1 por ciento, hasta los 11.021,8 puntos.