
Los diferentes caminos que se espera que sigan los bancos centrales de EEUU y la zona euro el próximo año marcarán el paso de la renta fija gubernamental. ¿Cuándo subirá la Fed los tipos de interés? ¿Llevará a cabo el BCE la compra de deuda pública esperada? Sobre las respuestas a estas cuestiones penden los bonos soberanos, que en Europa ofrece rentabilidades mínimas históricas
La deuda pública ha pasado de considerarse un activo seguro, libre de riesgo, a verse como un activo de riesgo sin prácticamente rentabilidad. Esta es la nueva percepción sobre la renta fija soberana y así se mantendrá en 2015, ya que los rendimientos de muchos de los bonos gubernamentales se encuentran en mínimos históricos en Europa. El peligro de caer, de perder dinero, ha vuelto a incrementarse, por lo que las bajas rentabilidades llevan a muchos expertos a decantarse por deuda corporativa. Aunque el puente colgante de los bonos soberanos se tambalea, no hay que perder de vista cuáles son las cuerdas sobre las que pende.
La más importante es la que sostienen los grandes bancos centrales del mundo. La influencia de sus políticas en la deuda pública convierte a 2015 en un año complicado para gestionar este activo. "Nunca había sido un ejercicio tan incierto para intentar predecir el momento en el que subirán los tipos. Los bancos centrales y el mercado podrían desviarse un año arriba o abajo en esa previsión y esta incertidumbre podría generar volatilidad durante 2015", señalan en Fidelity.
La otra clave se encuentra en el bajo crecimiento y la inflación. Mientras las expectativas sobre el IPC se mantengan en el entorno de los bajos niveles actuales, no habrá problemas para ganar algo de rentabilidad con la deuda pública. Es más, una baja inflación es lo que podría salvar el año. "Sobre el papel, los rendimientos de la deuda soberana no ofrecen casi valor.
Sin embargo, aunque se encuentran en niveles muy reducidos desde una perspectiva histórica y siguen sin resultar atractivos si se comparan con otros activos, no esperamos que el mercado de renta fija se desmorone el año próximo. Esto se debe en parte a que las expectativas de inflación son muy discretas", explican desde Threadneedle.
EEUU, pendiente de la subida de tipos
Mientras no se atisben peligros de inflación, algunos expertos prefieren la deuda soberana estadounidense. Varias firmas confían en que se mantenga ese escenario pese a un alza de los tipos oficiales. "Esperamos que la inflación permanezca en niveles bajos en 2015, pero el riesgo principal para nuestra previsión es el aumento de las presiones salariales en EEUU", comenta Andrew Wells, director mundial de inversiones de renta fija de Fidelity. "En EEUU, los precios descuentan ligeras subidas de tipos y se necesitará un repunte considerable del crecimiento y la inflación para provocar una subida importante de los rendimientos", añade.
El mercado se aferra a que si la Reserva Federal (Fed) comienza a subir tipos en 2015 sea de forma muy lenta y gradual, pero este alza ya provoca que algunos bancos de inversión pronostiquen subidas en el interés de la deuda pública. "Prevemos un rendimiento del bono del Tesoro de EEUU a 10 años del 2,8 por ciento en los próximos 12 meses", señalan desde UBS. Esta cifra supondría una subida desde el 2,1 por ciento que rondan ahora estos títulos, que comenzaron 2014 en el 3 por ciento.
Por otra parte, el dólar también jugará un papel protagonista, ya que la divisa estadounidense puede ser un aliado si sigue apreciándose como esperan muchos analistas.
La clave está en las compras del BCE
La diferencia entre los movimientos de la Fed y el Banco Central Europeo (BCE) seguirá creando divergencias en la deuda pública, ya que mientras Janet Yellen seguirá reduciendo la política expansiva, son muchos los que se agarran a nuevas actuaciones de Mario Draghi, como la compra de deuda al estilo QE. Es por ello que desde Deutsche AWM afirman que "los bonos soberanos emitidos por EEUU, Alemania, el Reino Unido y Japón ofrecen un retorno potencial limitado" mientras ven "más posibilidades en los emitidos en la periferia de la eurozona, especialmente en Italia y España". "La rentabilidad de la deuda española y demás países periféricos está en mínimos históricos pero estarán apoyadas por la política expansiva del BCE, aunque con riesgo de mayor volatilidad", indican desde Banca March.
También ve aún potencial Andrés Sánchez Balcázar, director de deuda global de Pictet AM: "La deuda española conserva recorrido y la prima de riesgo puede bajar de cien puntos básicos con el programa de compra de deuda empresarial del BCE". Si queda algo de recorrido en la deuda española, en cualquier caso, es cada vez menor. "A medida que se aproximen las citas electorales (municipales en mayo) podríamos ver un peor comportamiento relativo a la deuda pública española", opinan en Renta 4. Otros países de la zona euro directamente causan recelo: "Tenemos posiciones a la baja en deuda soberana de Francia e Italia", confiesan en Pictet.
Un capítulo aparte merece Japón, donde la deuda soberana cuelga del primer ministro, Shinzo Abe, o mejor dicho de los ciudadanos nipones, que este domingo pueden reelegir o no -en las elecciones anticipadas- al coautor de la política expansiva. La misma que ha situado los tipos de la deuda del país en negativo. El mercado descuenta su continuidad, con lo que una sorpresa podría traer repuntes en las rentabilidades.