
En plena resaca del anuncio de la Reserva Federal y su mandamás, Janet Yellen, que como estaba previsto anunció el fin de la compra de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, los operadores en Wall Street se rascan la cabeza sobre el porvenir que les espera. El dato del PIB correspondiente al tercer trimestre da algo de confianza, con una expansión del 3,5%, que confirma que la mayor economía mantiene una velocidad de crucero relativamente estable.
Pero, ¿qué impacto tendra el cuadro macroeconómico en Wall Street? Goldman Sachs ha rebajado sus estimaciones de beneficio para las compañías del S&P 500 para 2015 y 2016, cuando el beneficio por acción será de 122 y 131 dólares respectivamente.
Esto refleja una expansión de entre un 5 y un 8 por ciento durante los próximos dos años, un avance tímido con respecto al que hemos estado acostumbrados. "Esperamos que las ventas crezcan un 4 por ciento en 2015 y los márgenes netos se sitúen en un 9,1 por ciento, ambas cifras por debajo del consenso", avisa David Kostin, estratega jefe de Goldman en EEUU.
Para el equipo de Goldman, que ha incluído en sus nuevas proyecciones el impacto de un debilitamiento del crecimiento mundial y el efecto del crudo barato, los sectores donde más se notará esta rebaja de previsiones será el de energía, el de salud y el de Tecnología.
Kostin señala que el banco capitaneado por Lloyd Blankfein, asume que EEUU crecerá un 3,1 por ciento en 2015 y un 3 por ciento en 2016. Según sus calculos, "un cambio de 100 puntos básicos en el crecimiento del PIB se traduce en un cambio de 6 dólares en los beneficios por acción proyectados para 2015", explica.
El PIB es más importante que el dólar
Aunque a simple vista el crecimiento de EEUU vaya a ser relativamente sólido, los inversores muestran una extrema preocupación por el debilitamiento de la expansión económica en el resto del mundo y su impacto en el S&P 500, donde buena parte de sus componentes son multinacionales. "Las ventas extranjeras suponen un 33 por ciento de los ingresos para las compañías del S&P", indica Kostin refiriéndos a datos del año pasado.
Desde Goldman dejan claro que aunque el dólar debería revalorizarse otro 11 por ciento frente al euro en los próximos 12 meses, el impacto de este hecho sobre los beneficios de Wall Street "es menor".
"El crecimiento mundial es un factor mucho más importante para la evolución del S&P que la volatilidad de la divisa", advierten afirmando que "las acciones del Banco Central Europeo para reaviviar el crecimiento económico tendrán más consecuencias que el fortalecimiento del dólar en la rentabilidad de las empresas de EEUU".