Bolsa, mercados y cotizaciones

Las antípodas de la especulación bursátil.... Albelda

Una de las primeras cosas que te deben enseñar cuando comienzas en bolsa es que en toda inversión hay que marcarse un objetivo, tanto de ganancias como de pérdidas. El inversor que no lo es compra activos pero no sabe venderlos, desconoce cómo poner fin a una relación contractual que es especulativa.

Quizás a este proyecto de inversor le ayudaría entender que en bolsa se juega con los parámetros en las antípodas de lo emocional y que el mercado es uno de los escasos sitios en la vida donde no se deben mantener fidelidades. En realidad, el inversor debería comportarse como la mayoría de los jugadores de fútbol que son mercenarios en función de quién mejor les paga. Son muy pocos los jugadores que acaban haciendo la práctica totalidad de su carrera profesional en un mismo club y también pocos los que sienten los escudos como los aficionados.

Esta semana el Valencia ha desprendido al último murciélago del escudo. El entrenador recién fichado, Miroslav Djukic, le comunicó a David Albelda que "no le veía como un titular indiscutible y darle un papel secundario no le resultaba fácil". Como Valdano hizo con Butragueño, el nuevo coronel, compañero de viejas batallas y grandes gestas de Albelda, pone fin a la trayectoria del capitán que para muchos es un icono de pertenencia al Valencia de una generación. Un jugador capaz de trascender por estar siempre en su sitio, con la carencia de alardes técnicos, pero siempre fuera y dentro del campo defendiendo al Valencia. Incluso cuando demandó al club, pero aquello casi se puede considerar un acto de subversión tras ser apartado del equipo por Ronald Koeman con la connivencia de la nefasta presidencia de Juan Soler.

Albelda renunció a ganar más dinero por vestir de blanquinegro durante quince años y quinientos partidos como también lo hizo el que quizás es el mayor emblema del valencianismo recientemente fallecido, don Antonio Puchades. El pulmón que también firmó la victoria de España frente a Inglaterra en el Mundial del 50, la escoba de Maracaná de Tom Finney y Stanley Matthews, fue considerado el mejor central del campeonato. Al mediocampista de Sueca tras aquella actuación todo el mundo le quería fichar pero siempre dijo que "no se hubiese sentido orgulloso de ganar más dinero en otros equipos que no fueran el suyo".

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky