Bolsa, mercados y cotizaciones

El manual del Guardiola de la prensa financiera

En la vida hay estilos de enseñanza que quieres que los niños aprendan. En el mundo del fútbol éste nos ha llegado con el Barcelona de Pep Guardiola, diseñador del fútbol moderno, constructor de un equipo constante que huía de los elogios, con el único miedo al fracaso y un único punto débil... no sentirse cómodo en el conflicto (el de ángel frente al diablo, frente a Mourinho).

Guardiola es un apasionado de las cosas que le gustan y él mismo se ha definido como un ladrón de ideas, un evolucionador de la filosofía de juego para que las cosas se entiendan tanto dentro como fuera del campo. Guardiola nos ha explicado en cuatro años en el Barcelona que con su impulsividad (el jugador más expulsado de la historia del Barça nunca por dar patadas) es un caballero y que lo importante para los aficionados de cualquier equipo es que se sientan orgullosos de recordar a quienes han sabido construir su historia.

En el periodismo financiero tenemos a nuestro Guardiola, a Vicente Varó, al excepcional estampador de historias que tuve la suerte de tener a mi lado en los primeros años de elEconomista y que hoy se ha convertido en la indiscutible referencia del periodismo financiero en las redes sociales y ha encabezado una revolución escuchando al mercado y sus intereses.

Vicente, gran barcelonista, es sobre todo el comunicador que hace sencillo lo que otros convierten en metafísica y para corroborarlo acaba de publicar ¿Para que sirven realmente los mercados financieros? (Paidós). Un manual que debería ser de lectura obligada en los colegios para que no llegáramos desasistidos a enfrentarnos hasta con el más simple de los productos como puede ser un depósito.

El Guardiola de los mercados nos convence desde las primeras páginas de que, aunque no lo sepamos todos formados parte del mercado, porque todos intercambiamos cosas para conseguir objetivos. Para mí el libro es el fiel reflejo de ese laconismo pretencioso que siempre hemos compartido de democratizar los mercados.

Y Vicente lo consigue porque hace atractivo lo que es importante. Le critiqué que es un libro demasiado académico pero con su lectura se evitaría lo que hace cuatro décadas ya afirmó José Luis Sampedro: "Es un hecho que el alumno de enseñanza media sale de las aulas conociendo, por ejemplo, lo que es la calcopirita, pero sin haber recibido la menor información sobre lo que es un banco".

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