Los contrasplit -agrupar acciones en paquetes más pequeños- producen efectos ópticos alejados de la realidad. El más alucinógeno de todos lo hemos tenido con el que ha hecho Bankia para poder ampliar capital, al que se ha sumado (éste sí real) de partir derechos y títulos. El deslumbramiento ha provocado el equívoco de pensar que Bankia se disparaba en bolsa cuando en realidad se estaba desplomando.
Con efectos cegadores, pero no delirantes, medio año después de la macroampliación de capital que hizo Popular (POP.MC), el banco ha comunicado su intención de hacer un contrasplit de un título nuevo por cada cinco antiguos. El objetivo de la entidad presidida por Ángel Ron es evitar la volatilidad y con ella la percepción que hoy se tiene del título, que por cada movimiento de una décima al alza o a la baja sube o recorta algo más de punto y medio porcentual.
Popular trata de aprovechar que el viento sopla a su favor y que si hace meses contaba con una recomendación de venta contundente por parte de la banca de inversión hoy ésta ha mejorado bastante. Si la tendencia continúa, el contrasplit apoyará la recuperación del título en bolsa y como el éxito es la diferencia entre las expectativas y los resultados, los más escépticos frente a la utilidad de este tipo de operaciones tendremos que fruncir el ceño.
El contrasplit será entonces recordado como el gol que Pelé hizo en las semifinales del Mundial del 70 al regatear sin balón al portero Mazurkiewicz (la araña negra uruguaya, que cuenta con el récord de imbatibilidad de su país con casi mil minutos sin encajar un gol en Peñarol). El diez brasileño recibe de la banda izquierda y cuando parece que va a recoger la pelota para sortear al cancerbero, regatea al meta pero sin el balón que ha dejado correr hacia la derecha para volver a recogerlo y chutar a puerta vacía con el guardameta atónito. La jugada está esculpida en la historia del fútbol y nadie discute que es una obra de arte. Un histórico gol que en realidad no lo fue, porque el disparo lamió el palo de la meta defendida por Mazurkiewicz. Popular hará el constrasplit, seguramente saldrá bien, y conseguirá que ópticamente sus títulos vuelvan a estar a precios superiores a los de antes de la ampliación de finales de 2012. ¡Un efecto óptico!