En el primer suplemento de inversión de fin de semana de elEconomista, allá por el 4 de mayo de 2006, Luis del Rivero, entonces presidente de Sacyr Vallehermoso, aseguraba que "el dinero no es problema para comprar lo que queramos.... cualquier operación que nos planteamos carece de límite financiero. El dinero no es un problema, lo que faltan son ideas".
No se me ocurre una declaración más contundente para explicar la realidad de la burbuja que todos fomentamos. Los empresarios se subían en montañas de deuda por la facilidad del crédito sin sensación alguna de vértigo. Pese a que se le preguntaba insistentemente sobre el motivo por el que Sacyr no necesitaba calificación crediticia con una deuda que llegó a ser 17 veces el beneficio bruto de explotación, Del Rivero no rectificaba e insistía en que "para qué la quería si los bancos le daban lo que pedía".
El fundador de Sacyr (SYV.MC) se aferró a la fórmula de los hidalgos castellanos (aunque él es murciano) de sostenella y no enmendalla en su crecimiento a través de dinero prestado, que le llevó a la conquista de Vallehermoso, más tarde intentar el asalto de BBVA -fallido desde el principio- y después de Repsol. En la petrolera, de la que trató de alcanzar la presidencia, pereció en un intento que se sustentaba en pagar con los dividendos los intereses del crédito. Una fórmula que en años de bonanza tenía toda la lógica del mundo, pero en la que como otros muchos se empecinó, como John Benjamin Toshack cuando conminado por Lorenzo Sanz a que no hiciera declaraciones altisonantes dijo que "hay más posibilidades de ver a un cerdo volando por encima del Bernabéu a que yo rectifique". El entrenador galés, que fue destituido inmediatamente, debe compartir con Del Rivero su opinión sobre la prensa una vez que ésta comenzó a decir sin ambages que el endeudamiento de Sacyr era insostenible.
El ex- técnico madridista sentenció que "con las portadas de los periódicos sólo suelo estar de acuerdo con la fecha y con el precio". Del Rivero hoy prácticamente ha deshecho su posición en Sacyr y, como Toshack, reclamará en vano que si el grupo de construcción sale airoso de Repsol el triunfo es también suyo. El entrenador exigió la prima por la Champions del año que fue cesado y que acabó ganando Del Bosque tras derrotar al Valencia en París.
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