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Fracaso negociación sume Doha en crisis con repercusión economía

Elena Moreno

Ginebra, 24 jul (EFECOM).- El fracaso de los países de la OMC para profundizar en la liberalización del comercio mundial, después de casi cinco años de negociaciones, sumió hoy a la Ronda de Doha en una crisis profunda con repercusiones para la economía global.

"La Ronda de Doha no concluirá este año", tal como estaba previsto, admitió hoy el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, quien insistió en que la situación creada ante la incapacidad negociadora de las grandes potencias comerciales "es muy seria".

La decisión de suspender esa ronda de liberalización comercial sin que se vea en el horizonte una fecha para su reanudación se ha producido después de que EEUU, la Unión Europea (UE), Brasil, India, Australia y Japón se reunieran el domingo en Ginebra sin lograr cubrir las diferencias que les separaban.

El objetivo era lograr un acuerdo en las fórmulas para reducir subsidios y aranceles agrícolas e industriales a lo largo de esta semana, de tal manera que en las próximas pudieran completarse otros capítulos de la negociación de Doha, que a su vez estaba previsto concluir antes de fin de año.

"Ante el cariz de la situación y el bloqueo persistente, sólo puedo recomendar una vía de acción, que es la suspensión de la Ronda para que los participantes entablen un proceso de reflexión, que es claramente necesario", indicó Lamy.

Aunque señaló que no podía decir cuánto podría durar ese periodo de reflexión, otros participantes en la reunión como el ministro de Comercio indio, Kamal Nath, consideraron que se abre una etapa que "puede durar de meses a años".

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim, aparentemente menos pesimista, consideró que esa nueva fase podría durar unos meses, "entre dos y seis, probablemente".

"Ahora hay que reflexionar en casa. Cada uno tiene que pensar sobre lo que hace falta en esta negociación, que es lo siguiente: pagar un poco más para tener un poco menos", señaló un Lamy decepcionado, que pidió a los 149 países de la OMC, y en especial a los grandes, "hacer frente a sus responsabilidades".

Agregó que "las consecuencias económicas no se verán inmediatamente, pero se verán pronto. Esto afectará al ambiente geopolítico global".

La Ronda de Doha, que se lanzó en noviembre de 2001 y pretendía concluirse a finales de 2004, tiene el propósito de alcanzar acuerdos que, entre otros asuntos, hagan posible la liberalización del comercio agrícola, industrial y de servicios.

Su objetivo, sobre el que todos los países dijeron mantener su compromiso, es que los beneficios de esa liberalización repercutan principalmente en los países menos avanzados.

Algunos estudios presentados hasta el momento, como uno efectuado por el Banco Mundial, evaluaban en 100.000 millones de dólares anuales los beneficios que para la economía global tendría un resultado positivo de Doha.

Ahora con el horizonte político de los próximos meses, con varios procesos legislativos a la vista, como las legislativas estadounidenses o las presidenciales brasileñas este año, esos beneficios se quedan congelados a la espera de que se reanuden las negociaciones.

El comisario europeo de Comercio y principal negociador de la UE, Peter Mandelson, quien responsabilizó a Washington de la crisis, insistió en que los Veinticinco no abandonarán el proceso negociador y propuso fórmulas para rescatar algunos elementos vinculados con los aspectos de desarrollo de las tratativas.

Mandelson consideró que acuerdos multilaterales como el de Ayuda por Desarrollo, el que permite a los países menos avanzados acceso a los mercados de los más ricos libres a base de aranceles y de cuotas, "pueden seguir adelante en ausencia de un acuerdo mayor".

La UE "no dejará que el sistema de comercio mundial entre en periodo de hibernación. No permitiremos que los países pobres se conviertan en sus víctimas", señaló Mandelson.

Por su parte, fuentes diplomáticas latinoamericanas dijeron a Efe que "de este fracaso hay una lección que aprender y que nos ha dejado la Ronda: los horrores que todos cometimos, como el de haber cargado en exceso la agenda de Doha", en referencia a los numerosos y complejos aspectos sobre los que había que lograr acuerdos.

Agregaron que parte del fracaso también se debe a que "algunos se aprovecharon de la buena disposición de los otros y pidieron más de lo que se podía dar. Los países desarrollados siempre tuvieron una ambición mucho mayor en lograr acceso a sus mercados industriales y muy poca disposición a dar algo en agricultura, que era el centro del debate". EFECOM

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