Madrid, 18 jul (EFECOM).- Miguel Angel Fernández Ordóñez se comprometió hoy, en su toma de posesión como gobernador del Banco de España, a mantener la independencia de la institución, cuya autonomía -dijo- es "necesaria" e "inexcusable" si quiere cumplir adecuadamente sus fines.
De esta manera se pronunciaba Fernández Ordóñez sobre el debate surgido a raíz de su designación como gobernador y sobre las críticas que ha recibido del Partido Popular por su perfil marcadamente político.
El nuevo gobernador se comprometió a velar por la independencia y la autonomía de la institución, algo a lo que -recordó- está obligado, pues la ley impide al Ejecutivo dar instrucciones o sugerencias al gobernador.
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, defendió por su parte en el mismo acto que Fernández Ordóñez es la persona que mejor puede llevar a la institución con esa autonomía que la normativa exige y aseguró que, independientemente de su ideología, garantizará la gestión del Banco con "mano firme" y por el "rumbo correcto".
Para Solbes, el nuevo gobernador forma parte de un grupo de "españoles selectos" que tienen la necesidad "ética" de que "esta España sea mejor que la que recibieron" y que "cree en la libertad como valor indivisible", tanto en el ámbito económico como político.
El gobernador saliente, Jaime Caruana, también se refirió a la autonomía del Banco de España al recomendar a su sucesor que preserve la "independencia" y el "rigor" que ha caracterizado a la institución en sus 150 años de historia y que -a su juicio- le ha permitido acumular un importante "capital de credibilidad".
Tanto Solbes como Fernández Ordóñez alabaron la "excelente" labor realizada por Caruana en sus seis años de mandato, en los que ha logrado adaptar la institución "a las exigencias de los tiempos", según el vicepresidente.
También recibió hoy grandes halagos el nuevo subgobernador, José María Viñals, a quien Fernández Ordóñez ha elegido por su "sensibilidad" ante el fenómeno de la internacionalización de la economía española.
Caruana dijo de Viñals que es una "figura clave" con un "currículum excepcional", "uno de los mejores economistas de España" y un "colaborador objetivo y leal a la institución, cuyo trabajo como director general (de Asuntos Internacionales) ha superado las mejores expectativas de profesionalidad y eficacia".
Para los próximos años, Fernández Ordóñez se ha marcado como retos aumentar el prestigio internacional del Banco, así como adaptar la supervisión financiera al nuevo contexto mundial.
Su modelo será el predecesor de Caruana, Luis Angel Rojo, que asistió al acto y a quien Fernández Ordóñez calificó como ejemplo de "competencia, integridad y sentido institucional".
En el capítulo de agradecimientos, destacaron los realizados por Fernández Ordóñez, quien incluyó en su lista al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a Solbes, y a todos los portavoces parlamentarios, incluido el del PP, Miguel Arias Cañete, que pese a haber criticado su designación "siempre ha reconocido mi experiencia y conocimientos técnicos", dijo.
Más de un centenar de personalidades se dieron cita en la toma de posesión de Fernández Ordóñez, entre ellos, el ex gobernador Luis Angel Rojo, los ex ministros de Economía Carlos Solchaga y Miguel Boyer o el director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, Miguel Sebastián.
Del mundo financiero, destacó la presencia de los presidentes del Santander, Emilio Botín, y del BBVA, Francisco González; de La Caixa, Ricard Fornesa; del Banco Popular, Angel Ron; del Sabadell, Josep Oliú; de Bankinter, Juan Arena, y de la patronal bancaria y de cajas, Miguel Martín y Juan Ramón Quintás, respectivamente.
Antes de este acto, Fernández Ordóñez nombró, por primera vez en la historia del banco, a una mujer, Ana Sánchez Trujillo, como consejera no nata; a otra, Pilar Trueba, como directora general de Servicios, y a una tercera, Pilar L'Hotellerie-Fallois, como responsable de la dirección general adjunta de Asuntos Internacionales.
El Banco, dijo Fernández Ordóñez, "empieza así a dar unos primeros pasos en la superación de ese prejuicio de superioridad masculina tan arraigado en España, que lleva a seleccionar a hombres menos preparados para puestos directivos impidiendo la promoción de mujeres más competentes".
Esta tradición, concluyó, "al margen de ser una injusticia, tiene efectos económicos perjudiciales al obstaculizar el aumento de productividad de las empresas e instituciones de nuestro país". EFECOM
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