
Un estudio presentado hoy por la consultora A. T. Kearney, centrado en el análisis de las fusiones y adquisiciones y la inversión directa extranjera, constata que España sigue sin captar la atención de los países que tienen más potencial de crecimiento y más capacidad de inversión: los emergentes.
Un dato ilustra esta realidad. En septiembre de 2009, el peso de las compañías de países en desarrollo en el Ibex 35 (IBEX.MC), el índice más importante de los parqués españoles, se reducía al 0,6% de su capitalización, la ponderación más baja entre los principales índices europeos.
Así, en el británico Footsie (FT100.LO), los valores de economías en desarrollo tienen un peso del 5,1%, mientras que en el Cac (PX1.PA) Galo o el el Dax (DAX.XE) alemán superan ampliamente el 1%.
"No hemos sido capaces de atraer a los grandes fondos soberanos al Ibex 35", subraya Pablo Moliner, director de A. T. Kearney y co-autor del estudio, para explicar parte de la menor presencia de los emergentes en el principal índice español.
Inversión con poco valor añadido
Otra debilidad consiste en que nuestro país sólo atrae dinero para empresas con bajo valor añadido. Vamos, las que requieren menos investigación y tecnología. Así, mientras que la entrada de empresas emergentes en compañías europeas se centra en los sectores de medio y alto valor añadido, que acaparan 74 de cada 100 euros, en España esa proporción se limita a 55 de cada 100 euros.
Por países, el que más cree en España es Brasil. Del total de fusiones y adquisiciones realizadas en España por compañías emergentes, 52 euros provienen del país latinoamericano, seguido por Kuwait, México e India. Y aquí también hay diferencias, puesto que India, China y Malasia son los países más activos en el conjunto del mundo.
En cuanto a la inversión directa extranjera, nuestro país también 'necesita mejorar'. Así, y siempre según datos de A. T. Kearnye, por cada 9 euros que recibe Francia de los países emergentes, España logra 1. Además, mientras que los vecinos galos han trabajado el mercado asiático, de donde provienen 44 de cada 100 euros que capta, España se alimenta de América -63 de cada 100 euros- y apenas obtiene un 3% en Asia.