Bolsa, mercados y cotizaciones

El precio del oro sube un 35% en 2025 y marca su mejor año desde 1979

  • Acaba de renovar sus máximos históricos y cotiza en 3.575 dólares
  • Lo impulsan la incertidumbre y la expectativa de una desaceleración
  • En agosto se ha revalorizado casi un 6%, su mejor mes desde abril
Pepitas de oro. Foto: Istock.

La onza de oro se revaloriza un 35,5% en lo que llevamos de año. Acaba de renovar sus máximos históricos por encima de los 3.600 dólares por onza, y cotiza cerca de los 3.575. Ha vivido un subidón espectacular en un 2025 extraordinario para la renta variable, pero también plagado de temores y dudas. La guerra arancelaria emprendida por Donald Trump y el riesgo de recesión han hecho mella en los mercados. Sin ser un momento de pánico, los inversores se han tirado al oro, activo refugio por excelencia, como hacía mucho que no lo hacían. Hasta el punto de que 2025 va camino de convertirse en el mejor año para el metal precioso desde 1979.

Si 2025 finalizase hoy, esa subida del 35% sería la más pronunciada para el oro en 46 años. No supera la de 1979, cuando la materia prima se revalorizó un 136%. Las mayores alzas desde entonces han sido el 31% registrado en 2007 (cuando se gestaba la gran crisis financiera mundial); el 30% de 2010 (con la crisis de la deuda soberana europea en ciernes); y el 27% de revalorización del pasado año 2024 (con el impulso de factores como la política monetaria y la debilidad del dólar).

Está por ver qué sucede con el oro de aquí a final de año, pero los analistas que han revisado en el último mes sus estimaciones para la onza la ven, de media, en los 3.429 dólares a cierre de 2025. Eso implicaría una subida del 30% en el ejercicio, con lo que éste aún sería el mejor desde 2008.

Agosto ha sido especialmente positivo para esta materia prima, que subió un 5,9%. No repuntaba tanto desde abril, el mes en el que Trump mostró al mundo aquel cartel con sus aranceles planetarios. Esta vez, el oro también ha contado con la ayuda del presidente de EEUU. "En agosto, el oro superó a todas las demás clases de activos gracias a los renovados ataques del presidente Trump a la independencia de la Fed", explica Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM. Se refiere al intento del presidente de destituir a la gobernadora Lisa Cook bajo acusaciones de fraude hipotecario, decisión que ella ha recurrido.

El mes se cerró, por si eso fuera poco, con la noticia de que un tribunal de EEUU había dictaminado que la mayoría de los aranceles globales de Trump son ilegales, lo que añadía nuevas incertidumbres.

"Tras un periodo de calma a mediados de julio, las entradas netas en los ETFs [fondos cotizados] respaldados por oro físico han vuelto a repuntar últimamente, especialmente en Norteamérica. Seguimos esperando un debilitamiento de la actividad económica en Estados Unidos, lo que debería permitir a la Fed aplicar recortes de tipos de al menos 50 puntos básicos antes de que termine el año. Esto también debería empujar a la baja los rendimientos reales estadounidenses, reduciendo el coste de oportunidad de mantener oro", explica Wevel. En J. Safra Sarasin prevén un dólar más débil y creen que la incertidumbre macro seguirá siendo elevada en los próximos meses. "Por lo tanto, mantenemos nuestra visión constructiva sobre el oro y nos reafirmamos en nuestro objetivo para finales de año de 3.600 dólares por onza".

"El oro es, de nuevo, innegablemente popular entre los inversores", señala Ian Samson, gestor de fondos multiactivos en Fidelity International. "Con una base macro de desaceleración en EEUU o incluso un entorno de estanflación en los próximos meses, seguimos siendo positivos sobre las perspectivas para el oro. La Reserva Federal está lista para bajar los tipos, a pesar de que la inflación sigue rondando el 3% y los aranceles probablemente mantendrán los precios elevados. El impacto de estos últimos y una oferta laboral en desaceleración también desencadenarán un entorno de crecimiento débil", explica.

Esta combinación "debería impulsar el oro", que a día de hoy "compite de tú a tú con un dólar en devaluación como refugio seguro", añade el gestor de Fidelity. Nunca hemos visto, apunta, "esta escala de incertidumbre y cambio en torno a la política de aranceles, y los efectos aún están por disiparse". A todo esto se suma el tamaño del déficit presupuestario estadounidense, que genera preocupaciones sobre el debilitamiento monetario "y refuerza aún más el caso a largo plazo para el oro", remarca Samson.

Formas de invertir en oro

"El oro ha demostrado históricamente un rol protector frente a inflación elevada, crisis financieras y tensiones geopolíticas. Su naturaleza de activo no correlacionado con renta variable ni renta fija lo convierte en un diversificador eficaz en carteras sometidas a volatilidad. En un contexto de tipos de interés altos y endeudamiento global creciente, tiende a preservar valor cuando otros activos sufren ajustes", explica el economista José Manuel Marín Cebrián, economista y fundador de Fortuna SFP. "¿Es momento para incrementar la exposición a activos refugio, y particular al oro? La respuesta es sí, pero con matices importantes", añade. Más allá del oro físico en lingotes, hay fondos cotizados y empresas dedicadas a la minería que cotizan en bolsa.

No todos los ETF están completamente respaldados por oro físico, advierte Marín; "algunos recurren a derivados, lo que puede acabar en un desacoplamiento respecto al precio real en situaciones de estrés de mercado". Respecto a posicionarse a través de mineras, el economista explica que su comportamiento está condicionado por variables ajenas al precio del metal que generan un gap notable respecto a su evolución real, algo que es necesario tener en cuenta si se opta por esta vía.

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