
Orsted se hunde un 28% este lunes en bolsa. La compañía enfocada en la instalación y explotación de molinos de viento para producir energía renovable acumula la mayo caída en bolsa de su historia hasta arrastrar a la acción a las 222 coronas danesas (29,9 euros al cambio). Con este desplome, la danesa ya cotiza por debajo del precio de su salida a bolsa en 2016. La caída en bolsa de la compañía contagia al resto del sector de las energías renovables ante la posibilidad de que los males que afectan a la danesa terminen salpicar al resto de la industria.
La compañía acaba de presentar sus resultados trimestrales que estuvieron por encima de lo esperado por el mercado. Pero la explicación de su caída no está en los ingresos o beneficios anotados de abril a junio. Gran parte de la culpa la tiene la política de Donald Trump con las energías renovables, que se opone frontalmente a los planes de la danesa en las costas estadounidenses. Históricamente, Orsted buscaba financiación vendiendo una parte de la participación de los parques que instala o produce. Pero esto se ha visto truncado desde que Donald Trump está en la Casa Blanca y eso pasa factura a las cuentas de la danesa.
Este deterioro del negocio ya se evidenció durante el año pasado. La compañía avisó a los inversores de que sus beneficios se verían afectados por la suspensión del arrendamiento de terreno para la construcción de parques eólicos en las costas de EEUU. En paralelo, la valoración de su cartera fue a la baja y anunciaron ante los inversores que sus beneficios se verían resentidos. Esto llevó incluso a suspender el dividendo de la compañía.
Ante este panorama, Orsted acaba de anunciar una ampliación de capital de 60.000 millones de coronas (8.040 millones de euros al cambio) con los que dar liquidez a la empresa e iniciar la recuperación del negocio. Con este importe sería la oferta de acciones más grandes del sector energético europeo desde la de Enel en 2009, según Bloomberg.
La analista de Citigroup, Jenny Ping, considera que esta inyección de liquidez no es una "completa sorpresa debido al deterioro del balance de Orsted. Así, esta ampliación aunque dolorosa a corto plazo, es sensata a largo". "Con una recaudación de 5.000 millones de euros debería ser suficiente como para cubrir las necesidades de financiación de la compañía", estima Ping.
La mayor parte de analistas recogen el impacto negativo de esta ampliación de capital en la cotización de Orsted por el efecto de dilución al generar nuevas acciones y al otorgar nuevos derechos. "La relación riesgo-recompensa tras este aumento dependerá de las perspectivas de crecimiento que establezca ahora la empresa", comentan en una nota desde Jefferies. Actualmente, el 50% del accionariado de la compañía está en manos del Estado de Dinamarca, un 10% en posesión de Equinor (petrolera noruega cotizada) y otro 5% en manos de la cooperativa de energía danesa Andel (Seas NVE).
La caída del 28% de esta sesión también es la mayor registrada por la compañía en un solo día hasta la fecha. El anterior gran desplome en bolsa es del año pasado también superior al 25%. Con este desplome, la empresa pasa a valor menos de 13.000 millones de euros según su capitalización bursátil. Atrás quedaron los 76.000 millones de euros que llegó a superar en 2021.
Esta caída de Orsted contagia a otra cotizada de las energías renovables de la bolsa danesa. Vestas retrocede un 5% este lunes. La compañía presentará resultados este miércoles y sus operaciones también se centran en el mercado estadounidense, por lo que lo ocurrido en Orsted puede replicarse en la otra danesa. Mientras tanto, Acciona Energía se deja un 1,5% mientras que Grenergy se deja un 2,2%.