
Iberdrola se recupera de la sacudida en bolsa provocada esta semana por el anuncio inesperado de una ampliación de capital de 5.000 millones de euros. La operación, lanzada para reforzar su balance de cara a un ambicioso plan de inversiones, ha sido bien recibida por los analistas que consideran acertado el movimiento. El valor energético cotiza ya por encima de los 15,15 euros a los que lanzó esta ampliación, concretamente, en los 15,3 euros por título.
Tras el movimiento, varias casas de análisis como Alantra, JP Morgan, Exane BNP, JBCM y Mediobanca, han revisado al alza sus precios objetivos para la acción. Alantra, por ejemplo, eleva su estimación hasta 18,28 euros por acción desde los 17,38 euros, reiterando su recomendación de "comprar". Exane BNP también ha subido su precio objetivo hasta los 17 euros, aunque mantiene su postura de "outperform". El resto de las casas se mantienen neutrales, pero ajustan ligeramente sus valoraciones al alza.
Desde Alantra destacan que, aunque la ampliación tendrá un efecto dilutivo moderado en el beneficio por acción , de alrededor del 3%, el impacto en su valoración es prácticamente nulo. En su análisis, subrayan que la operación reducirá la presión para desinversiones y permitirá a la eléctrica abordar las necesidades de inversión, especialmente en el área de redes, donde existen retornos muy atractivos en mercados como Estados Unidos y Reino Unido.
Los analistas coinciden en varios puntos clave:
- La ampliación llega en un momento oportuno, aunque inesperado.
- Refuerza la solidez del balance antes del aumento del ritmo inversor.
- Disipa la incertidumbre sobre la financiación del plan estratégico.
- Muestra una estrategia proactiva por parte del equipo gestor.
Según Bank of America, las inversiones ya se han incrementado un 7% interanual, alcanzando los 5.662 millones de euros, y el flujo de caja operativo ha crecido un 15%, lo que ha permitido limitar el aumento neto de deuda.
La clave esté en el futuro
Iberdrola planea aumentar su inversión bruta hasta los 15.000 millones de euros anuales y elevar en un 75% su inversión en redes entre 2026 y 2031. El objetivo: triplicar el valor de su base de activos regulados hasta superar los 90.000 millones de euros en 2031. Una estrategia que se focalizará en países con marcos regulatorios estables y calificación crediticia "A".
Así, Santander y BofA coinciden en que la operación busca garantizar que Iberdrola mantenga su actual calificación de grado de inversión (Baa1/BBB+), lo que es fundamental ante la magnitud del plan de capex. Para los expertos de Santander, Iberdrola está enviando un claro mensaje a los reguladores: "El capital es global y si los países quieren atraer inversiones en redes, deben ofrecer condiciones atractivas".
Los próximos pasos hacia delante los detallará la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán en su Capital Markets Day del 24 de septiembre en Londres (Reino Unido). Mientras tanto, el consenso es claro: la ampliación, aunque sorprendente, fortalece a Iberdrola ante el reto de liderar la transición energética en los próximos años. Para los inversores, puede ser una oportunidad interesante.