
Europa es, junto a Japón, la región donde encuentran más valor actualmente en renta variable en la gestora francesa Amundi, especialmente en pequeñas y medianas compañías. En la firma, que celebró recientemente su encuentro anual con clientes en París, consideran que pese a la rebaja de impuestos y cierta desregulación en Estados Unidos, la bolsa europea tiene más potencial, y se muestran preocupados por la capacidad de financiar el enorme déficit que acumula la primera potencia del mundo pese a la imposición de aranceles.
¿Qué cree que va a pasar con la negociación arancelaria entre EEUU y la Unión Europea? ¿Veremos algún tipo de acuerdo o la pausa se extenderá por más tiempo?
Es muy difícil llegar a una conclusión pero sabemos que el peor escenario posible ya se produjo en abril, cuando Trump anunció los aranceles. Nosotross esperamos que se sitúen en el entorno del 10 % y el 12 %, y que la situación probablemente se tranquilice. Pero el proceso de negociación seguirá siendo muy controvertido y generando muchos titulares a medio plazo.
¿Cómo pueda quedar el acuerdo con China?
Existen elementos para que alcancen un acuerdo, y a ambos países les conviene. Así que, si prevalece el sentido común, esperaría que lleguen a un acuerdo aceptable. Pero el desafío es cómo llegar a ese punto.
¿Cómo pueden afectar al 'momentum' que vive Europa las rebajas de impuestos de Estados Unidos y el impulso que pueden tener las compañías norteamericanas con cierta desregulación?
El punto de partida de Estados Unidos es muy complejo. Es una país con mucha deuda en relación a su PIB El déficit actual ronda el 7%. Y los planes fiscales agravan ese desafío. Así que, si bien puede haber un estímulo repentino a corto plazo por el recorte de impuestos, la pregunta que surge es: ¿quién va a pagarlo? ¿cómo se financiará? ¿permitirá el mercado que EEUU mantenga déficits del 7, 8 o 9 por ciento a perpetuidad? Desde una perspectiva a largo plazo, los inversores deberían reflexionar sobre esta cuestión. En cuanto a la desregulación, es positiva cuando permite a las empresas actuar con mayor rapidez y ser más innovadoras y creativas, porque dinamiza la economía. Pero, especialmente en el sector financiero, se necesitan medidas de contención para proteger a la sociedad de los problemas que surgen cuando las cosas van mal en el sector bancario. Todo el mundo quiere más desregulación, pero debemos ser prudentes sobre cuál es el nivel adecuado de regulación.
¿Qué tipo de empresas o sectores considera más atractivos o con mayores oportunidades para el segundo semestre?
Desde una perspectiva geográfica, Europa y Japón nos parecen particularmente interesantes. Y desde una perspectiva sectorial, las small and mid caps son muy atractivas en ambos mercados, pero en Europa especialmente. Siempre han cotizado con una prima, pero en los últimos 18 meses aproximadamente, cotizan con el mayor descuento de su historia, en un momento en que sus balances nunca han sido tan sólidos y su crecimiento de beneficios es superior al de las empresas de gran capitalización. Y se benefician más de los efectos de cualquier tipo de estímulo, con una menor exposición internacional y los efectos de los aranceles o las fluctuaciones monetarias son menos visibles. Y desde un punto de vista sectorial, es muy importante que los inversores estén bien diversificados y ser muy selectivos, porque hay sectores más afectados por unos temas que otros, pero hay otros en los que depende de cada compañía. Por lo tanto, es importante comprender la exposición de las empresas individuales en las que se invierte y asegurarse de que, a nivel de cartera, se mantiene el equilibrio adecuado entre inversión internacional y nacional, estratégica y defensiva, valor y crecimiento, etc. Hay que aprovechar la volatilidad a corto plazo para reforzar la cartera o acercarse a los objetivos de inversión a largo plazo. Pero hay que vivir con esa volatilidad. Eso es lo importante.
¿Qué les gusta de Japón?
En Japón se están produciendo cambios a largo plazo en ese país que consideramos muy interesantes. Uno de ellos es que la economía está saliendo de un período de décadas de deflación y han acometido una reforma del gobierno corporativo, donde las empresas japonesas tienen niveles razonables de rentabilidad en términos de márgenes operativos, aunque la rentabilidad sobre el capital invertido es muy baja. Y la razón de esta baja rentabilidad es que los balances de las empresas están sobrecapitalizados, razón por la que cada vez más se persuade a las empresas a reducir sus balances mediante la venta de participaciones cruzadas en otras compañías, la venta de carteras inmobiliarias o el pago de dividendos a los accionistas Y el efecto que está teniendo se traduce en la reducción de sus balances y el incremento de la rentabilidad del capital. Es una dinámica muy poderosa a la que aún le queda un largo camino por recorrer, además de ser un cambio estructural. Por lo tanto, el potencial alcista de las acciones japonesas es diferente al de otras geografías porque existe cierto grado de autoayuda interna. No dependen solo de la economía global y del ciclo de ganancias. Hay otros factores en juego.
En este momento, ¿qué porcentaje debería representar Europa en la cartera de un inversor?
Europa y Asia deberían tener una mayor ponderación en las carteras de los inversores. EEUU tiene una valoración muy alta y existe mucha incertidumbre sobre las perspectivas de rentabilidad en términos políticos, de acuerdos comerciales y por el impacto en la inflación y el crecimiento de algunas de las medidas relacionadas con los aranceles y la inmigración. Esto significa una concentración de riesgos para la economía y las compañías norteamericanas.
En Europa, sin embargo, observamos una valoración mucho más atractiva, con un descuento significativo respecto a EEUU. Y, por primera vez en mucho tiempo, existen razones para el optimismo en Europa, por el estímulo fiscal alemán y la posibilidad de una especie de mecanismo de financiación de la deuda paneuropea para apoyar el gasto en infraestructura o defensa en otros países aparte de Alemania. Existe una determinación para mejorar el mercado único, impulsar la competitividad y ser más ágiles. Además, tenemos precios de la energía más bajos. Y el BCE cuenta con mayor margen de maniobra que la Reserva Federal. Sin duda, Europa es más atractiva ahora de lo que lo ha sido nunca en mucho tiempo.
¿Cómo puede afectar el tema de los aranceles?
Los aranceles solo afectan a una parte de las ventas, porque solo el 25% se destina a EEUU. Y los demás factores de los que hemos hablado son bastante significativos. Hemos visto flujos de capital hacia índices, muy fuertes a principios de año, y ahora flujos que se dirigen hacia estrategias activas. Por lo tanto, lo mejor es tener una exposición saludable a Europa ahora.
En los últimos meses se han producido cambios en los equipos directivos de varias firmas automovilísticas ¿Ayudará a cambiar la percepción de que se han podido convertir en una trampa de valor?
El sector de la automoción se enfrenta a varios retos. Primero, la industria ha sufrido un gran exceso de capacidad. Y, en segundo lugar, se encuentra en medio de una transición tecnológica drástica, pasando de los motores de combustión a otras tecnologías. Y durante esa transición, estas empresas deben gestionar múltiples factores. Deben seguir desarrollando y produciendo coches con motor de combustión interna. Deben invertir en I+D y gastos de capital, y desarrollar coches eléctricos o híbridos. Esto ejerce una enorme presión sobre las empresas. Además, tienen la competencia de empresas especializadas de bajo coste con enormes beneficios derivados de la escala, por ejemplo, de tener una masa crítica en el sector eléctrico. Así que la industria, sin duda, afronta enormes retos.
Las acciones están muy baratas y las valoraciones son muy bajas. A medida que una tecnología se convierta en la ganadora, las empresas pueden ajustarse rápidamente para adaptarse y centrarse en ella. Las cosas irán mejor para el sector automotriz. Pero dependerá en gran medida de la empresa, y es necesario elegir muy bien las firmas. Así que diría que es un sector para expertos, para quienes conocen muy bien las empresas y entienden las tecnologías. Sin duda habrá empresas que salgan de esto con muy buenos resultados y otras que, quizás, tengan dificultades dentro de poco.