Bolsa, mercados y cotizaciones

El 'dinero' despierta del piloto automático y puede dejar a EEUU ante "una situación insostenible"

  • Los países emergentes se perfilan como los grandes ganadores
  • La alta dependencia exterior crea "un bucle de retroalimentación de la deuda"
Dólar (Getty)

Ríos de tinta han corrido sobre el éxodo masivo de capital que estaba en EEUU hacia el resto del mundo, con los inversores buscando diversificar sus carteras a marchas forzadas. Los aranceles y las preocupaciones fiscales por el ascenso de Trump han sido los grandes desencadenantes, pero los expertos creen que lo que ha pasado es solo eso, un evento concreto que ha activado un cambio ya imparable. Los inversores se han despertado de un plácido sueño de dos décadas en el que se habían dejado llevar por las luces de Nueva York. El precio del sueño es elevado y puede llevar a EEUU al límite ahora que ese trance se ha roto.

Años de confianza plena en un aluvión de dinero del exterior, constante y permanente, han dejado a la economía, deuda y mercados de EEUU expuestos a dos golpes. Según Schroders, primero, "los activos estadounidenses se vuelven vulnerables a un cambio en los flujos de capital y al sentimiento del exterior". Segundo, " se pueden ver afectados por un aumento de los pagos de intereses que generen un bucle de retroalimentación de su deuda externa hasta niveles insostenibles".

Pero, empezando por el principio. Si bien la montaña de dinero exterior reposando en EEUU puede ser peligrosa… ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Nathan Chandler, gestor de deuda de mercados emergentes de Schroders, considera que no se trata de algo temporal. "¿Ha llegado el momento de los inversores de retirarse? Creemos que la respuesta es que sí".

Una 'peligrosa' montaña de dinero extranjero

"La inversión extranjera en activos financieros de EEUU está sobrecargada. La renta variable estadounidense, incluso tras su reciente debilidad, sigue representando casi el 50% de la capitalización bursátil mundial" comenta Chandler.

Más allá de la bolsa, la firma apunta a la enorme montaña de capital a través del NIIP, es decir, la posición de inversión internacional neta, que "se encuentra en unos niveles negativos sin precedentes". El país norteamericano cuenta 23,6 billones de dólares. Es decir, esa cifra proviene de la diferencia entre lo que los inversores estadounidenses compran fuera de sus fronteras y lo que los extranjeros adquieren dentro de las mismas.

Es decir, solo el NIIP corresponde a un 88% del PIB de EEUU en cifras negativas. Mientras que, por ejemplo, China, Alemania y Japón tienen cifras positivas (más inversión nacional fuera que extranjera dentro de su país). Aterrizando por activos, los inversores foráneos poseen el 20% del mercado de renta variable estadounidense, el 30% del mercado del Tesoro y el 30% de los bonos corporativos estadounidenses.

Esto no es un proceso tan viejo. El fuerte deterioro del NIIP vino desde 2010 y entró en negativo por primera vez en 2020. El motivo de esto es la complacencia del mercado. "Los inversores extranjeros, en su mayor parte, se han beneficiado pasivamente de la subida de los precios de las acciones estadounidenses y del fortalecimiento del dólar. Como resultado, la cuota de EEUU en las carteras de renta variable mundial ha crecido «inorgánicamente», impulsada por la rentabilidad del mercado y la apreciación de las divisas".

En resumen, la buena rentabilidad de EEUU y el equilibrio que se ha generado, "ha generado una complacencia en gran parte de las carteras de activos concentrándose en EEUU desde la década de 2010". En ese sentido el 'despertar' arancelario no ha sido más que eso, un despertar. "Creemos que ha llegado el momento de que los inversores empiecen a retirarse".

En ese sentido, si bien una afluencia de capitales tan masiva puede parecer muy buena a corto plazo, deja al país en una situación complicada. "Una NIIP muy negativa hace que los activos estadounidenses sean vulnerables a un cambio en los flujos de capital extranjero y aumenta la vulnerabilidad de un país a los cambios en el sentimiento exterior, mientras que el aumento de los pagos de intereses sobre estos pasivos puede crear un bucle de retroalimentación negativa que lleve la deuda externa a niveles insostenibles", comentan desde Schroders.

Esta es una preocupación que se ha extendido y comparte el Centro de Política Bipartidista de EEUU. El Think Tank publicó un informe hace unas semanas alertando del peligro de que "los inversores extranjeros han reducido sus tenencias de deuda nacional". En ese sentido explican que "ya sea que la gran liquidación que se produjo en abril (de bonos) fuera por confianza, temor a recesión o aranceles… las consecuencias no cambian: unos tipos de interés más altos y mayores déficits".

Esa idea de que hay una descompensación es algo que se llevan preguntando frecuentemente los analistas Los estrategas cambiarios del Deutsche Bank, George Saravelos y Michael Puempel, abordaron la pregunta "¿cuánto sobreponderan los activos estadounidenses en el mundo?" en un reciente informe especial. En el mismo informe concluía que tras un aumento sostenido de la inversión extranjera durante años, "si los participantes del mercado determinan que las medidas comerciales centradas representan un cambio estructural en la política durante los próximos años es probable que los inversores comiencen a aumentar sus asignaciones a mercados no estadounidenses, lo que representa un obstáculo para el dólar estadounidense". En definitiva, se ha generado una situación de tal presión que "un cambio sostenido en la asignación de activos tiene el potencial de generar enormes flujos negativos de dólares".

Los ganadores de la rotación

Ahora se marca un punto de inflexión y los grandes ganadores a corto plazo no serán necesariamente Europa o China, sino cinco países considerados débiles hasta el momento y a menudo olvidados pero que pueden explotar todo su potencial.

Al menos eso es lo que piensa Nathan Chandler, gestor de deuda de mercados emergentes de Schroders. La firma explica elEconomista.es que la acumulación de capital extranjero era tan fuerte en EEUU, que una dispersión por pequeña que sea puede resultar totalmente definitiva para estos países en los que se había infrainvertido durante años. Por poner nombre a estas nacionales estamos hablando de los considerados "cinco frágiles": Brasil, Sudáfrica, Turquía, Indonesia e India.

Aunque también remarcan que la tendencia se notará en todos los mercados emergentes la realidad es que estas cinco economías consideradas antaño como malditas, llegan en un momento de relativo vigor, con fundamentales fuertes y en que, especialmente, han abandonado las teorías más heterodoxas que provocaron caos en sus mercados. "Sus déficits por cuenta corriente apenas representan un 1% del PIB lo que muestra que el cambio hacia políticas económicas más ortodoxas".

"Basta un modesto desplazamiento de capitales para generar flujos significativos"

En resumen "los cinco frágiles tienen la capacidad de convertirse en los grandes beneficiarios de la gran rotación". Aunque la clave para entender por qué pueden ser los ganadores (en Europa también se ve una gran ventaja ante una mayor afluencia) es por un puro cálculo de cantidades, entre otros factores. Para estos países emergentes donde la posición de inversión extranjera es muy baja, captar aunque sea una pequeña parte de la enorme montaña que ha acaparado EEUU y que ahora parece, se dispersará en parte por todo el planeta, supondría una revolución sin precedente. Algo que según Schroders, tienen buenas oportunidades de lograr.

En ese sentido, los analistas de la firma destacan que la capitalización bursátil de todos los mercados emergentes apenas llega a los 6,67 billones de dólares. Solo con un 20% de las tenencias de activos estadounidenses en manos de extranjeros. Esa infrainversión genera que "baste un modesto desplazamiento de capitales para generar flujos significativos en los mercados de deuda de los países emergentes".

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