La calma en Oriente Medio, la caída del precio del petróleo y las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, ante la Cámara de Representantes de EEUU han provocado una 'tormenta perfecta' contra el dólar. Powell no ha cerrado la puerta a una bajada de tipos en julio, y ha dejado claro que su posición favorita es "esperar y ver", pero que hay "varios escenarios" en los que apoyaría un recorte de tipos en la próxima reunión. Los comentarios han golpeado al billete verde, que cae frente a sus rivales: el euro ha vuelto a máximos de 2021.
La moneda común europea lleva subiendo con fuerza desde que Trump volviera a la Casa Blanca, y ya avanza casi un 12% desde la toma de posesión del presidente. Hoy sube cerca de un 0,4% hasta superar los 1,161 dólares por euro, máximos de enero de 2021. Una cifra que indica la incertidumbre a la que se enfrenta EEUU por el impacto de los aranceles y que refleja la posibilidad de mayores bajadas de tipos en los próximos meses.
Powell ha asegurado que "una mayoría de miembros del Comité" del banco central "está a favor de bajar tipos más adelante este año", tal y como apuntaba el 'dot plot' publicado la semana pasada. Además, ha apuntado que barajan "diversos escenarios": "Si la inflación es menor de lo que esperamos, o si el mercado laboral se debilita, podríamos bajar tipos antes de lo esperado".
Esta afirmación ha ilusionado a los mercados, que ven más probables las ansiadas bajadas de tipos. El bono a 10 años ha caído 4 puntos básicos, y el petróleo ha continuado su caída, hasta llegar a un 5% de retroceso, hasta rondar los 65 dólares, un desplome del 13% en apenas 5 días. Una combinación de factores que ha sido recibida con alivio tanto en Wall Street como en las bolsas europeas, con subidas de más del 1%.
La sombra de los aranceles
Aun así, el directivo de la Fed ha insistido en que el efecto de los aranceles será negativo para la inflación: "El pronóstico de todos los analistas profesionales que conozco, tanto externos como de la Reserva Federal, prevé un aumento significativo de la inflación a lo largo de este año" por culpa de las tasas aduaneras, ha dejado claro.
Powell ha insistido en que "íbamos a seguir bajando tipos hasta que todos los pronósticos empezaron a apuntar a que los aranceles iban a producir más inflación". Y la incertidumbre es alta: "Los efectos sobre la inflación podrían ser efímeros, pero podrían ser más persistentes. Eso dependerá de la magnitud de los efectos arancelarios, de cuánto tiempo tarden en trasladarse completamente a los precios y de que las expectativas de inflación se mantengan ancladas".
Sin ir más lejos, la encuesta de confianza del consumidor de The Conference Board, publicada hoy, apuntaba a que los ciudadanos esperan que la inflación alcance el 6% este año. Una cifra menor que el 7% de abril, cuando Trump desató el huracán arancelario antes de tomarse una pausa de tres meses, pero todavía muy altas. Y Powell apunta a que "los salarios siguen creciendo por encima de la inflación".
La solución, indica, es "esperar y ver qué pasa, que es lo que estamos haciendo". Una frase que ha llevado a los analistas de ING a concluir que la Fed realizará los recortes de tipos en el cuarto trimestre, en septiembre y octubre, o quizá esperan a diciembre para realizar una bajada 'jumbo' de 50 puntos básicos.
Powell ha insistido en que no se toma a pecho los insultos de Trump: "Uno debe hacer lo que cree que es lo correcto y aceptar las consecuencias", dice. Y también ha lamentado el efecto de los tipos altos sobre las hipotecas, pero ha dejado claro que su prioridad es la de eliminar la inflación.