
La guerra entre Israel e Irán va a más, aunque el impacto en los mercados está siendo todavía limitado. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya ha llegado a reunir a sus asesores para discutir una posible intervención en busca de una "rendición incondicional" de Teherán. Su próximo movimiento podría decidir el desenlace final.
Dado que el futuro es incierto y con el miedo a nuevas presiones inflacionarias de fondo, desde Crédit Mutuel AM entienden que es el momento de estar tranquilos y "mantener asignaciones". "Seguimos neutrales en renta variable y positivos en renta fija de la eurozona", comenta su estratega senior.
Una visión similar exponen desde Fidelity donde advierten del gran riesgo de toda esta crisis: nuevos impulsos estanflacionarios en EEUU que "complicarían aún más la labor de la Reserva Federal. "Continuamos monitorizando de cerca los desarrollos", dice Max Stainton, estratega senior de macroeconomía global de la gestora estadounidense.
RBC Capital Markets considera en una de sus últimas notas a clientes que si el conflicto sigue su curso actual, "un valor razonable" para el S&P 500 a finales de 2025 podría situarse "el rango de 4.800 a 5.200 puntos". Niveles que implican una posible caída del mercado de hasta el 20% en los seis meses que restan del año, acorde al modelo de estimación de la entidad canadiense.
UBS lanza un mensaje más tranquilizador señalando que "durante los pasados 11 eventos geopolíticos importantes, el S&P 500 cayó de media un 0,3% en la semana posterior a la crisis y, posteriormente, subió un 7,7% en los 12 meses posteriores".
BCA Research recomienda específicamente "reforzar la conveniencia del efectivo, la sobreponderación de la renta variable estadounidense y la exposición táctica a la energía". Los analistas han aumentado las probabilidades de una interrupción histórica del suministro "al menos al 50%".
Antonio González, responsable de gestión de activos de Renta 4 Banco, apuesta por una estrategia prudente y diversificada. La entidad mantiene "una exposición significativa a renta fija en euros de alta calidad crediticia y vencimientos a corto plazo", un segmento que, según explica, "no se está viendo afectado por los acontecimientos geopolíticos recientes". En renta variable, conservan posiciones, con un mayor peso en EEUU que en Europa -aunque por debajo del MSCI World- y una ligera presencia en emergentes.
A nivel sectorial, mantienen un sesgo defensivo, con preferencia por consumo básico y salud. Además, han realizado un movimiento táctico reciente al reforzar su apuesta por salud y energía, sectores cuyas valoraciones consideran "atractivas para el entorno actual". Pese a la tensión geopolítica, desde la entidad española aseguran que siguen de cerca los acontecimientos, aunque por el momento prefieren "mantener la calma".
¿Y en el resto de bolsas?
En el caso de la bolsa española, Joan Cabrero, analista técnico y director de estrategia de Ecotrader, coloca en los 13.700 puntos un "soporte importante" para el selectivo nacional que, si se pierde, "haría saltar todas las alarmas".
"Podría abrirse la puerta a una caída hacia cotas de ajuste más profundas: el 38,20% en los 13.395 puntos, el 50% en los 12.960 o incluso el 61,80% en los 12.625 puntos", explica el experto quien asegura que alcanzar esta última cifra sería "un auténtico regalo de Navidad para volver a comprar bolsa española".
En Europa, esos niveles clave estarían entre los 5.200 y los 5.250 puntos. Si pierde ese rango, Cabrero detalla que se encenderían las alarmas de corrección y entonces la oportunidad de compra vendría si se cae hasta los 4.900 puntos.
Complementariamente, múltiples gestoras destacan el oro como inversión clave. Los analistas señalan que "la demanda por parte de los bancos centrales no cesa y que aumentaron las tenencias de oro en más de 1.000 toneladas en 2024, mientras que alrededor de dos quintas partes lo hicieron para protegerse contra el riesgo geopolítico".
Los tres escenarios para el petróleo
El cierre del estrecho de Ormuz -por donde pasa el 20% del petróleo y el 30% del gas natural licuado que se consume en el mundo- constituye hoy el principal riesgo por el conflicto en Oriente Próximo, aunque la mayoría de grandes gestoras de activos se afanan en aclarar que "no parece probable".
Un bloqueo de este estrecho reduciría el comercio de petróleo en torno a un 15% y podría hacer subir el precio del barril por encima de los 100 dólares, lo que sería "muy desestabilizador", según François Rimeu, estratega senior de CRédit Mutuel Asset Management.
Sin embargo, se trata de una opción "peligrosa" para Irán. Por un lado, porque impediría a Irán exportar petróleo a su principal socio, China, y no parece el momento adecuado para entrar en conflicto con ellos. Por otro, porque el cierre del estrecho desencadenaría una reacción inmediata de Estados Unidos, un riesgo que Irán no puede permitirse hoy en día.
Si Estados Unidos cede a la presión israelí, los modelos estadísticos de los bancos de inversión más grandes del mundo ya dicen que podría provocar un aumento de los precios del petróleo hasta superar los 100 dólares por barril, lo que implícitamente provocaría un encarecimiento de la gasolina superior al 20%. Aunque podría no ser durante mucho tiempo.
Sin llegar a tanto, Goldman Sachs prevé una escalada de las tensiones y por eso hace unos días subía sus apuestas con el crudo avisando de un barril a 90 dólares, aún asumiendo que "no habrá interrupciones del suministro de petróleo en Oriente Medio" y que persistirá un fuerte crecimiento de la oferta, exceptuando el esquisto estadounidense.
También se contempla como escenario alternativo que la infraestructura exportadora de Irán se puedan dañada por los ataques de misiles y que se pierdan unos 1,75 millones de barriles diarios durante seis meses. A partir de ahí, habrá una recuperación gradual del stock. ¿Llevaría esto a una presión inflacionista más amplia? Probablemente no. Desde Schroders sugieren que cada subida del 10% de los precios del petróleo añade sólo un 0,1% a la inflación subyacente.
Más allá de este escenario y si Washington decidiera acompañar el ataque contra Irán con una negociación in extremis de alto el fuego -como sucedió en el Líbano en noviembre-, el impacto podría disiparse en cuestión de días. Sin embargo, no está claro cuál será la implicación final de la Casa Blanca en todo lo que está pasando. Se especula con que el poder nuclear de la potencia norteamericana disipe las ansias de venganza de Irán contra Israel y sus socios, lo que calmará a todos de golpe. Los precios del petróleo, en este escenario, podrían caer a los niveles previos a la guerra, en torno a los 60 dólares, según el modelo de Bloomberg Economics.
Alternativamente, si Wasghinton se mantiene al margen de todo -lo menos probable-, el crudo podría quedarse en el entorno actual de cotización de los 70 dólares.
¿Cómo invertir?
En definitiva, las grandes gestoras de activos coinciden en varios puntos clave para los inversores:
- Mantener la disciplina: Evitar cambios bruscos en las carteras de largo plazo.
- Diversificación defensiva: Aumentar exposición a oro, energía y efectivo.
- Prepararse para la volatilidad: Priorizar fondos de baja volatilidad.
- Perspectiva histórica: Recordar que los impactos geopolíticos suelen ser temporales.
JPMorgan resume la perspectiva general: "Nuestra perspectiva, respaldada por la experiencia histórica, es que los eventos geopolíticos suelen tener un efecto acotado sobre los mercados. Aun así, se trata de un riesgo que no debe subestimarse".
Según varios expertos, valores energéticos como Exxon Mobil o ligados al oro como la minera Newmont y Royal Gold podrían ser refugios clave para los inversores.