
El gigante húngaro de las telecomunicaciones 4iG está de enhorabuena. El Gobierno del país planea privatizar importantes activos de defensa pertenecientes a un holding estatal para entregar otro 'trozo' de la economía a esta empresa a la que el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán está convirtiendo en un verdadero 'leviatán' (monstruo marino fantástico que sirve para metaforizar sobre algo de grandes dimensiones y difícil de controlar) que brilla sin medida en la bolsa.
Las acciones de 4iG, que ha acumulado una amplia gama de participaciones bajo el gobierno del líder nacionalista, se han llegado a disparar este jueves más de un 7% tras el anuncio de que absorberá participaciones del holding militar húngaro N7. Esto incluye la propiedad de unidades locales de empresas de defensa como Rheinmetall AG y Airbus Helicopters. Con este 'chute', su revalorización en lo que va de año alcanza el 100%, frente al 20% del índice de referencia BUX.
Orbán ha convertido a 4iG en un campeón nacional del sector de las telecomunicaciones, vendiéndole infraestructuras estatales críticas y ayudándole a adquirir la unidad local de Vodafone. Ahora, el papel de 4iG está a punto de ampliarse a la defensa si la transacción en dos fases se completa según lo previsto.
"Es necesaria una industria de defensa basada en el mercado en interés de la soberanía y la seguridad de Hungría", ha declarado el Ministerio de Economía en un comunicado recogido por Bloomberg tras el cierre del mercado el miércoles. El Ministerio no ha precisado si, además de 4iG, se habían barajado otras empresas como compradoras.
El acuerdo, valorado en 82.800 millones de florines (más de 200 millones de euros), ya está siendo examinado por la oposición en un país donde la corrupción generalizada se ha convertido en uno de los temas principales de cara a las elecciones del próximo año. La Unión Europea está reteniendo miles de millones de euros de financiación a Hungría debido a la corrupción y al estado de derecho.
El líder de la oposición, Peter Magyar, cuyo partido Tisza lidera las encuestas, ha dicho que el acuerdo se consideraría nulo si salía elegido, y que vendería las acciones de 4iG que posee. El Ministerio de Economía defiende que 4iG estaría en mejor posición como empresa privada que el Estado para acelerar la modernización de la industria de defensa húngara. Además, los gastos relacionados ya no serán una carga para las finanzas del gobierno, añade el ministerio.
Foto con Musk, lazos con China
Scope Ratings señaló en mayo que el historial de adquisiciones financiadas con deuda de la empresa sigue siendo una limitación para su calificación crediticia. La firma registró pérdidas netas tanto en 2023 como en 2024. Sin embargo, el valor atrajo un nuevo interés después de que una fotografía ampliamente difundida en diciembre mostrara al presidente y consejero delegado, Gellert Jaszai, en una mesa con el consejero delegado de SpaceX, Elon Musk, y Orbán en el complejo Mar-a-Lago del presidente estadounidense Donald Trump.
4iG nombró a dos aliados de Trump -Richard Grenell y Matt Mowers- miembros de su consejo asesor a principios de este año. Por su parte, Orbán ha nombrado a Jaszai -que recientemente fue fotografiado compartiendo un jet privado con la familia de una de las hijas de Orbán- enviado especial para inversiones internacionales. El nombramiento fortaleció los lazos de 4iG con el Gobierno húngaro y reforzó su papel como conducto empresarial hacia la Administración Trump. Sin embargo, hasta ahora no se ha anunciado ningún acuerdo importante en el que participen las empresas de Musk.
Al mismo tiempo que Orbán busca aprovechar la sintonía con Trump para reforzar a su campeón nacional, se resiste a las presiones de Washington para que corte amarras con China. Budapest ha acordado estrechar lazos con Huawei para desarrollar una plataforma conjunta de servicios en la nube con 4iG, informa Bloomberg.