Bolsa, mercados y cotizaciones

Qué le pasa a EEUU con Suiza: ahora la incluye en su 'lista negra' de sospechosos de manipular divisas

  • Trump castigó a Suiza con más aranceles que la UE en su pizarra
  • Suiza ya fue acusada de esta práctica en su primer mandato
  • Este señalamiento complica mucho la vida al banco central suizo
Vista de la ciudad suiza de Lucerna. Foto: Alamy

Para sorpresa de extraños y, sobre todo, de propios, uno de los países que más 'castigado' se ha visto por las decisiones de Donald Trump, es Suiza. Aunque el país helvético entra en ese funesto, para el presidente de EEUU, grupo de países con los que su país tiene déficit comercial, los 'latigazos' recibidos han sorprendido ampliamente. Primero fue la pizarra con los aranceles del Día de la Liberación, en la que Trump penalizaba a Suiza con una tasa del 32%, muy por encima del 20% dictado ese día contra una Unión Europea mucho más menospreciada por el mandatario. Ahora, la Administración Trump le pone un estigma muy negativo al país alpino: lo incluye en su lista de vigilancia de sospechosos de manipular divisas. Esto coloca a Suiza al nivel de íntimos enemigos de Washington como China, nada menos.

En Berna, las autoridades políticas 'fliparon', por emplear la jerga actual, cuando vieron la pizarra de Trump. Aunque los 38.500 millones de dólares que EEUU tenía con Suiza de brecha comercial en 2024 suponen un monto considerable, los responsables locales se creían a salvo de esta oleada de aranceles en la medida en la que la que la pequeña nación alpina, famosa por su histórica neutralidad política y por su enfoque más ligero hacia la regulación, había eliminado recientemente los aranceles industriales sobre todas las importaciones, incluyendo los productos estadounidenses, y además ha mantenido ciertas distancias con la UE cuando el choque transatlántico en materia comercial se ha recrudecido.

Las ingentes importaciones de oro en los últimos tiempos por parte de EEUU podían haber distorsionado los indicadores, se explicaban los economistas del Banco Nacional de Suiza (BNS). Pese al shock, los políticos suizos optaron por buscar un rápido entendimiento y, pasadas las semanas (se mantenía el arancel universal del 10% como a la mayoría de los países), parecía que se imponían las buenas sensaciones en las negociaciones. Más allá de ser un destacado exportador de productos farmacéuticos de oro hacia EEUU, Suiza ocupa el sexto lugar entre los inversores extranjeros en el país americano y el primero en inversión en investigación y desarrollo, principalmente debido a las inversiones de gigantes del citado sector farmacéutico helvético como Roche y Novartis.

Pero cuando parecía que el entendimiento era posible, un nuevo gesto lo tuerce todo. En la primera evaluación formal de las prácticas cambiarias de los socios comerciales de EEUU desde que el presidente Donald Trump ha regresado al cargo, el Departamento del Tesoro ha puesto la sombra de la sospecha sobre Suiza. Aunque el Tesoro se ha negado a nombrar a ningún país como manipulador de divisas, ha incluido en su informe semestral, publicado este jueves, a Suiza en la lista de economías que monitoriza de cerca. Suiza ya fue marcada por lo mismo a finales de 2020, en los estertores de la primera Administración Trump.

Esta 'lista negra' de sospechosos se base en tres criterios y se compone de países que, teóricamente, cumplen dos de ellos: un superávit comercial bilateral significativo con EEUU de al menos 15.000 millones de dólares, un superávit de cuenta corriente material equivalente al menos al 3% del PIB e intervenciones cambiarias que se realizan repetidamente -en al menos ocho de doce meses- con compras netas que totalizan al menos el 2% del PIB durante 12 meses. China, Japón, Corea, Taiwán, Singapur, Vietnam y Alemania ya figuraban en ella. Irlanda ha sufrido la misma 'suerte' en esta última revisión.

"El Tesoro seguirá monitoreando de cerca hasta qué punto la intervención de nuestros socios comerciales es bidireccional, y si las economías que optan por suavizar las fluctuaciones del tipo de cambio resisten la presión depreciatoria de la misma manera que la presión apreciatoria", indicaba el informe del jueves. "El Tesoro también considerará colaborar con otros países para desarrollar medidas integrales" que aborden las políticas que contribuyen a los desajustes cambiarios, añade.

"La Administración Trump ha advertido a nuestros socios comerciales que ya no se aceptarán las políticas macroeconómicas que incentiven una relación comercial desequilibrada con EEUU", ha declarado el secretario del Tesoro, Scott Bessent. "Seguiremos reforzando nuestro análisis de las prácticas cambiarias y aumentaremos las consecuencias de cualquier designación de manipulación".

Tras los aranceles, las divisas

Los analistas comentan sus primeras impresiones. "Los aranceles son la primera línea de ataque en la guerra comercial", explica Shaun Osborne, estratega cambiario jefe de Scotiabank. "El mercado cambiario podría cobrar mayor relevancia en el futuro si los aranceles no logran los objetivos de esta administración".

"Como predijimos acertadamente, Suiza e Irlanda se añadieron a la lista de vigilancia del Tesoro de EEUU en lo que respecta a las prácticas cambiarias. Esto no será bien recibido por el BNS, que se enfrenta a una inflación cercana a cero, a un franco suizo muy fuerte y que recurre en gran medida a la intervención en el mercado de divisas como parte de su política monetaria", constataba tras la decisión, poniendo el acento en el caso suizo, Chris Turner, estratega de divisas de ING.

"Aunque el BNS dirá públicamente que esta nueva designación del Tesoro de EEUU no cambia nada en lo que se refiere a la intervención en el mercado de divisas, sin duda hará la vida más difícil. Y con una intervención en divisas potencialmente limitada, podría favorecer un recorte de tipos de 50 puntos básicos por parte del BNS el 19 de junio. A modo de referencia, el mercado prevé actualmente un recorte de tipos de 30 puntos básicos", agregaba Turner.

Este mismo viernes ha llegado la reacción desde el banco central. "El BNS no manipula el franco suizo", ha declarado el organismo en un comunicado recogido por Bloomberg. "Este banco central no pretende evitar ajustes en la balanza comercial ni obtener ventajas competitivas injustas para la economía suiza", subrayan sus responsables, añadiendo que "toman nota" del informe del Tesoro de EEUU.

"El principal instrumento para implementar la política monetaria del BNS es el tipo de interés oficial. Además, en determinadas circunstancias, podría ser necesario intervenir en el mercado cambiario para garantizar unas condiciones monetarias adecuadas en Suiza. De este modo, el BNS no persigue un objetivo cambiario, sino que se centra en su mandato estatutario de garantizar la estabilidad de precios", continúa el escrito. "Nuestra política monetaria está orientada a las necesidades de Suiza", rematan las autoridades monetarias helvéticas.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky