
Crescenta acaba de lanzar Crescenta Silver, una herramienta que permitirá a sus clientes la compraventa entre ellos de participaciones de los fondos de capital privado que distribuye la firma, siempre que sea por una situación sobrevenida de necesidad financiera que requiera liquidez inmediata, como el fallecimiento del partícipe, su declaración de incapacidad permanente total o de gran invalidez o encontrarse en situación de desempleo, entre otras.
"Es algo revolucionario en el sector, con lo que hacemos más firme nuestro compromiso de que un inversor minorista pueda invertir en los activos de la misma calidad y con las mismas condiciones que los inversores profesionales y altos patrimonios", explica Eduardo Navarro, presidente de Crescenta.
La firma nació con la intención de acercar el mundo del private equity a los pequeños inversores, una vez que la normativa permite el acceso a este tipo de productos desde 10.000 euros siempre que se cumplan determinadas condiciones, como que no se supere el 10% del patrimonio financiero. Y desde que lanzó su primer fondo el año pasado ya ha conseguido 190 millones de activos bajo gestión, más de 2.800 inversores, de los que el 97% son minoristas y un 3% grandes fortunas, con un ticket medio de inversión de 40.000 euros. La plataforma ha conseguido que el 33% de sus inversores sean recurrentes en los distintos fondos de los que dispone la firma
De ahí que la idea de que se puedan realizar transacciones de participaciones entre los inversores sirva para facilitar la salida de aquellos que lo necesitan, mientras que por el lado comprador se pueda incrementar el capital invertido o acceder a una estrategia, un procedimiento que es habitual entre inversores institucionales y profesionales. Pero hay que tener en cuenta que la participación resultante no podrá superar la cantidad máxima que el inversor puede invertir en capital privado. Por ejemplo, en caso de tratarse de un inversor minorista con un patrimonio inferior a 500.000 euros, su inversión total en capital privado no podrá superar el 10% de su patrimonio, como estipula la normativa.
El precio de la transacción será determinado por el vendedor y el comprador, aunque Crescenta facilitará el último valor liquidativo publicado en relación con las participaciones que el inversor pone en venta.
"Queremos que el inversor minorista cuente con la tranquilidad de saber que, si se enfrenta a una situación de estrés financiero o una necesidad puntual de liquidez, podrá disponer de mecanismos para vender su posición de forma ordenada y transparente", apunta Ramiro Iglesias, CEO de Crescenta.
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