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La renta fija alcanza el mayor peso en las carteras de los fondos en once años

  • Invierten 235.000 millones de euros, que equivale al 57,9% del patrimonio
  • Aprovechan las mayores rentabilidades de los depósitos para doblar su peso
Terminal de Bloomberg. Imagen: Dreamstime.

Cuando empezó 2024, las expectativas sobre la renta fija eran altas. Sobre el papel, el escenario era idílico puesto que fue el año en el que los bancos centrales dejaron atrás sus políticas restrictivas, para empezar a bajar los tipos. Y esto suele traducirse en ganancias para los activos de deuda ya emitidos. Quiénes aprovecharon este buen momento para la renta fija fueron los fondos de inversión, que elevaron su exposición a este activo aún más, hasta representar ya el 57,9% de su patrimonio -el porcentaje más alto de los últimos once años-, según los últimos datos publicados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a cierre del año pasado.

Hablamos del mayor peso de la renta fija en los fondos desde 2014, el año en el que el Banco Central Europeo (BCE) dejó los tipos casi en el 0% e introdujo tipos negativos en la facilidad de depósito, además de anunciar programas de compras de activos que serían el preludio del QE(Quantitative Easing) que empezó un año más tarde. Fue la contundente respuesta del BCE a una inflación que rondaba el 0% en la eurozona, muy lejos de su objetivo del 2%, y a un crecimiento anémico de una economía que aún estaba resentida de la crisis de deuda soberana.

Deuda extranjera, sobre todo

Según las últimas estadísticas publicadas en la CNMV, los fondos de inversión españoles invierten ya 235.000 millones de euros en renta fija. La mayor parte de esta cantidad es deuda extranjera, y sólo 61.000 millones se corresponden con deuda española (ver gráfico). Este importe ha ido creciendo en los últimos años, no obstante, aunque sigue lejos de la dimensión que tenía en el pasado.

La deuda española supone el 15% del patrimonio de los fondos. En plena crisis de deuda periférica, la exposición a este activo superó el 50% de su cartera de inversiones, tanto en 2012 como en 2013. Entonces, en 2012, la rentabilidad del bono español a 10 años se disparó a niveles no vistos nunca antes, en el 7,56%. Sin embargo, en términos absolutos, el récord de dinero invertido en renta fija española se produjo después, precisamente en 2014, cuando los gestores llegaron a tener más de 84.000 millones de euros en este activo. Hasta entonces, los gestores preferían invertir en deuda española antes que en la internacional. Pero esto fue cambiando con el paso de los años, y el punto de inflexión se produjo en 2017. Fue el primero en el que los fondos invirtieron más en renta fija extranjera que española, y desde entonces no han parado de elevar el patrimonio que dedican a ella.

Pese a las altas expectativas que había sobre la renta fija el año pasado, el mercado tuvo que calibrar en varias ocasiones sus expectativas sobre el ritmo al que los bancos centrales bajaban los tipos con la realidad, y esto generó volatilidad en los bonos, sobre todo en la última parte del año.

No todos los activos de renta fija cerraron en positivo, hubo comportamientos dispares: una cartera de bonos global perdió un 1,7%, según los índices de Bloomberg y Barclays; mientras que la deuda pública retrocedió otro 3,6%. Donde sí hubo ganancias fue en áreas con algo más de riesgo, como la deuda corporativa con grado de inversión, que subió un 2,13% o en el high yield, que se revalorizó más de un 9%.

En cualquier caso, los gestores salvaron con éxito las turbulencias. Los fondos de renta fija a corto plazo terminaron el año con una rentabilidad media del 3,46%, similar al 3,41% que obtuvieron los de largo plazo. Los de renta fija internacional ganaron incluso algo más, un 4,52%.

Aprovechan los depósitos

Los fondos también aprovecharon la vuelta de los depósitos rentables para aumentar su exposición a ellos, a modo de herramienta para optimizar su colchón de liquidez y conseguir una rentabilidad extra. Los fondos cerraron el año pasado con 3.560 millones de euros en depósitos nacionales e internacionales, el doble que a cierre de 2023, cuando tenían 1.880 millones de euros. Aún así, los plazos fijos representan una parte muy pequeña de la cartera de estos productos (ver gráfico). En este ejercicio, sin embargo, la rentabilidad de los depósitos ya ha empezado a caer, como consecuencia de la política acomodaticia del BCE, y cada vez es más difícil obtener rentabilidades que superen el 2% en plazos de un año.

En cuanto a la compra directa de acciones, ocurre algo similar que en la renta fija. Los fondos tienen mayor peso en acciones internacionales que en las españolas. A pesar de que el año pasado fue especialmente para el mercado nacional, que se revalorizó más de un 14% en el caso del Ibex 35, no se produjo un aumento de exposición a este mercado de forma directa (la exposición total a acciones puede ser superior si se incluye la parte de la exposición indirecta a través de las IIC en cartera). En concreto, los fondos de inversión tienen un 1,55%en acciones españolas, el equivalente a unos 6.000 millones de euros, y un 13,14% en las internacionales, unos 53.000 millones (un 16% más que a cierre de 2023).

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