
NVIDIA
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Apenas le queda un recorrido al alza del 3% a la acción de Nvidia para acabar con las pérdidas que lleva acumuladas en el año. El fabricante estadounidense de semiconductores, una de las acciones reina de los mercados mundiales, lleva años entre las favoritas de las apuestas de los inversores, especialmente, desde su ascenso meteórico en 2022. Hoy, tras la caída de principios de año provocada por la irrupción de la inteligencia artificial generativa china de DeepSeek, la compañía se negocia en los niveles similares a finales del mes de febrero y se prepara para subir en un contexto en el que todos están pendientes del informe trimestral de resultados que dará a conocer este próximo miércoles a cierre del mercado.
Nvidia es hoy la columna vertebral de cualquier desarrollo tecnológico en el planeta. Sus chips están detrás de todo. Con la revolución de la IA en auge, la estadounidense está acelerando como puede la producción de semiconductores y nuevos sistemas de desarrollo informático adaptados a las necesidades de sus clientes. La división de gráficos y la computación y redes son, en estos momentos, dos de los caballos de batalla con los que juega la firma en el mercado.
La oferta de Nvidia es muy amplia: abarca desde las soluciones gráficas instaladas en la mayoría de los ordenadores de gama media y alta de Windows hasta servicios en la nube, estaciones de trabajo comerciales o, incluso, vehículos inteligentes (se asoció con Mercedes-Benz para desarrollar el primer vehículo "definido por software" del mundo).
El consenso de expertos del mercado espera que Nvidia termine, más pronto que tarde (concretamente, a lo largo del próximo año) superando a Microsoft. Entienden que la compañía de semiconductores tiene por delante un recorrido al alza del 20% en bolsa, lo que supondría alcanzar una capitalización de mercado que rozará, si se cumplen los pronósticos, los 4 billones de dólares a mediados de 2026.
"Reiteramos la compra de las acciones de Nvidia pese a que el telón de fondo geopolítico sigue siendo cambiante", aseguran desde Bank of America en unos de sus últimos informes previos a la presentación de cuentas en las que esperan una mejora de los ingresos de la firma.
Los analistas prevén unos ingresos trimestrales para la compañía de, aproximadamente, 43.000 millones de dólares, un 66% más que lo conseguido hace un año. Un crecimiento de la cifra de negocio que se verá impulsado, según lo previsto, por el aumento de la producción de los chips Blackwell, que en el pasado trimestre aportaron hasta 11.000 millones de dólares a esta partida del balance.
Además, se estima que los ingresos del segmento de videojuegos también crezcan intertrimestralmente, a medida que se van dejando atrás las limitaciones de hace unos meses. En este sentido, la compañía calcula que los márgenes brutos caerán hasta el 70,6%, desde el 73% actual, a medida que se intensifica la producción de Blackwell. Aún así, dicen que la arquitectura ya está completamente desarrollada y que los márgenes se estabilizarán en un futuro cercano.
"Cuando la producción alcance su máximo potencial, se espera que los márgenes de Blackwell vuelvan a alrededor de 70%", aseguraron desde la compañía en una de sus últimas presentaciones ante los inversores.
H20: el golpe en China
Así las cosas, el frente de China todavía está abierto para Nvidia. Hace algo más de un mes, la administración Trump impuso nuevos límites a las exportaciones del chip H20 de Nvidia hacia el gigante asiático. Una medida que, según la compañía, resultará en cargos valorados en 5.500 millones de dólares.
El director ejecutivo, Jensen Huang, quien estimó que el mercado de chips de IA en China alcanzaría un valor aproximado de hasta 50.000 millones de dólares el año que viene, dijo que su compañía ha renunciado a 15.000 millones de dólares en ventas en aquel país por las restricciones gubernamentales.
Sin embargo, para Huang, el límite al comercio de chips con Pekín ha sido "un fracaso" que, únicamente, ha empujado a la competencia como Huawei a acelerar el desarrollo de sus propios semiconductores. En el último año, las ventas en China representaron el 13% sobre el total del volumen de negocio de la compañía.
Oriente Medio, el nuevo negocio
Para tratar de calmar las aguas, Washington ha asegurado en estos últimos días que flexibilizará parte de la normativa para abrir nuevas regiones geográficas de ventas para Nvidia. Una de las mejor posicionadas es Oriente Medio, aunque los expertos entienden que la contribución económica de la región a las cuentas en el corto plazo será pequeña.
Como parte de los acuerdos comerciales anunciados la semana pasada por la Casa Blanca con algunos países del Golfo, Nvidia informó que tratará de vender allí miles de chips de inteligencia artificial a países como Arabia Saudí, incluidas 18.000 unidades de Blackwell a una startup propiedad del fondo soberano del país.
Calma en el mercado
En todo caso, estas declaraciones se han pronunciado en un contexto de dudas en bolsa para el resto de las Siete Magníficas, después de toda la liquidación de posiciones en tecnología norteamericana derivada de la irrupción de la IA china de bajo coste y la crisis arancelaria de Trump.
Dentro de este selecto grupo de los titanes tecnológicos de Wall Street, destacaba recientemente y para mal, Apple. En los últimos cinco días, la acción de los de Cupertino ha caído algo más de un 4% después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, señalara con el dedo a la compañía y la amenazara con imponerle un arancel del 25% si no fabrica los iPhone que vende en Estados Unidos en territorio nacional. En lo que va de año, este selecto grupo de siete acciones ha perdido más de un 4% de capitalización de mercado.
No todos confían
Volviendo a poner el foco sobre Nvidia y pesar de los buenos augurios sobre los números, este pasado lunes salió a la luz que Michael Burry, fundador de Scion Asset Manager y conocido por predecir la crisis financiera de 2008, ha construido a posición corta sobre la acción.
Burry ha comprado opciones de venta (put) sobre 900.000 acciones de Nvidia, con una posición de 97,5 millones de dólares, según los documentos remitidos por su firma de inversión a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés). Un movimiento que deja entrever cierta desconfianza por parte de uno de los mayores expertos del mercado del momento para con la compañía de chips.