
La deuda privada sigue ganando protagonismo en los mercados. En la actualidad, hay unos 1,6 billones de dólares en activos gestionados en todo el mundo, y se calcula que alcanzarán los 2 billones en 2026. En primera posición se encuentra América, seguida de Europa.
Invertir en deuda privada ofrece numerosas ventajas. En primer lugar, al tratarse de un instrumento ilíquido, permite obtener una prima de rendimiento con respecto a otros instrumentos de deuda más líquidos. Otra ventaja es el cupón de tipo variable, que ofrece más protección contra la inflación y estabilidad frente a las fluctuaciones de los tipos de interés. También es una clase de activos de baja volatilidad en comparación con otros más líquidos y, desde el punto de vista de la asignación de carteras, está descorrelacionada con otras clases de activos.
Por estas razones, la deuda privada es ampliamente utilizada por los inversores que buscan un rendimiento estable a largo plazo. Entre las distintas clases de activos, la deuda privada es especialmente significativa, ya que ofrece flujos de caja previsibles en comparación con el capital inversión o el capital riesgo. Esta característica encaja bien con las necesidades de los fondos de pensiones y las compañías de seguros, que necesitan garantizar pagos periódicos a los pensionistas o asegurados.
Riesgos de esta clase de activos
Los riesgos sistémicos, como las crisis económicas o los acontecimientos geopolíticos, junto con las tendencias de las tasas de impago, influidas en los últimos años por las medidas financieras de los bancos centrales, pueden tener un impacto significativo en la deuda privada.
Sin embargo, estos acontecimientos también ofrecen oportunidades para una gestión proactiva de las inversiones. Adaptar la selección de inversiones a cada fase económica, ya sea de estrés o de estabilidad, es esencial para optimizar la protección del capital y aprovechar las mejores oportunidades de rentabilidad.
Desde Generali AM (parte de Generali Investments), mantenemos una cartera equilibrada de deuda privada entre EEUU y Europa, con menor exposición a Australia. Intentamos garantizar el máximo nivel de diversificación sectorial y por tamaño de empresa, incluyendo todo el espectro del denominado mercado medio (con empresas desde 25 millones de dólares de EBITDA hasta 250 millones de dólares).
Este enfoque equilibrado y diversificado, combinado con algunos ajustes tácticos, nos permite disponer de una asignación que puede hacer frente a los distintos ciclos económicos. También es importante evaluar los niveles de diferenciales y el flujo de operaciones en el mercado. Por ejemplo, hasta la fecha, los EEUU tienden a tener diferenciales más bajos que Europa debido a la mayor competencia entre los prestamistas, pero también se benefician de un mayor flujo de operaciones debido a la fase más avanzada de desintermediación de los préstamos fuera del sistema bancario.
Deuda privada indirecta: todavía un desconocido
Invertimos en deuda privada de forma indirecta, es decir, seleccionando fondos gestionados por gestores de activos especializados. La estructura típica bajo la que operamos es el fondo de fondos, que ofrece ventajas significativas, especialmente para inversores con capital, tiempo o recursos internos limitados para la selección de inversiones. Un fondo de fondos es una solución rápida y eficaz, que ofrece una amplia diversificación y mitiga los efectos de la curva J.
Además, un fondo de fondos puede lograr importantes economías de escala negociando comisiones de gestión con descuento con los gestores de los fondos subyacentes, lo que lo convierte en una solución más barata que recurrir a un asesor externo. Entre las distintas estrategias de deuda privada, a lo largo de los años nos hemos centrado en el Préstamo Directo, pero recientemente también hemos incluido en nuestro ámbito de inversión estrategias de Préstamo Oportunista, con un perfil de riesgo-rentabilidad más pronunciado, y estrategias de nicho con activos reales como garantía de los préstamos, el denominado Préstamo Basado en Activos.
Sin embargo, la atención se centra cada vez más en el mercado secundario de deuda privada.
Este crecimiento del mercado secundario se debe a la creciente propensión de los Limited Partners (LPs, es decir, inversores) y General Partners (GPs, es decir, gestores) a buscar soluciones de liquidez inmediata en una clase de activos ilíquidos. Las transacciones dirigidas por LP o GP implican dos tipos diferentes de vendedores, pero ofrecen ventajas similares. Entre ellas, las más reconocibles son el despliegue inmediato de capital y una mayor diversificación, ya que se compran fondos que ya contienen numerosas inversiones y se encuentran en la llamada fase de cosecha.
Esto conduce a una rápida distribución de dividendos por parte del fondo, con una duración limitada en comparación con el mercado primario. Debido a la necesidad de liquidez de los vendedores, es posible obtener importantes descuentos en estas operaciones, logrando rendimientos superiores a los de otras clases de activos con un perfil de riesgo-rentabilidad similar. Creemos que el mercado secundario pasará de ser una tendencia temporal, derivada de situaciones de tensión específicas de los vendedores, a convertirse en un flujo consolidado con el tiempo, como ya ha ocurrido en el capital inversión