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Otra vez en el ojo del huracán: el bono de EEUU a 30 años bate el 5% por primera vez desde 2023

  • Cotiza al nivel más alto desde noviembre de 2023 tras la rebaja de Moody's
  • El bono a 10 años vuelve a superar el 4,5% y amenaza la recuperación de la bolsa
Crecen las preocupaciones sobre la deuda americana. Imagen: iStock.

La deuda estadounidense se ha topado con un nuevo obstáculo: la rebaja de calificación crediticia que Moody's realizó el viernes a Estados Unidos, el mayor emisor de deuda soberana del mundo. Moody's retiró la triple A que mantenía en solitario (la nota más alta posible) para situar su calificación un peldaño por debajo, en Aa1. Su decisión ha caído como un jarro de agua fría en el mercado de bonos americano, cuestionado ya de por sí este año. Una vez conocida la decisión de Moody's, los inversores han vuelto a vender deuda americana y la rentabilidad del bono a 30 años ha franqueado la barrera del 5% por primera vez desde finales de 2023.

La prima de riesgo de la deuda americana frente a otros bonos también considerados refugio, como es el alemán, no ha dejado de subir. El interés exigido por los inversores a la deuda americana a 30 años se ha elevado en una sola sesión del 4,88% al 5,02%. Ese 5,02% implica 200 puntos porcentuales más de lo que paga el bono alemán a 30 años del mismo vencimiento. Incluso el bono español a 30 años ofrece una rentabilidad inferior a la del americano. En el caso de España, esta deuda rinde un 4,1%. "La rebaja de rating responde a la situación de sobra conocida de las finanzas públicas del país: déficits que no dejan de crecer, pago de intereses al alza y sin los suficientes ingresos fiscales", explican en Renta 4.

"La calificación de Moody's supone, técnicamente, una recuperación tardía respecto a sus pares [S&P y Fitch]. De hecho, la prima de riesgo de EEUU ha aumentado en los últimos meses, lo que refleja la elevada incertidumbre sobre la política comercial y la preocupación de los inversores sobre la credibilidad del marco normativo", valora Benoit Anne, senior managing director del grupo de estrategia e insights MFS IM. "A corto plazo es posible que este nuevo titular reduzca aún más el interés de los inversores globales por los activos estadounidenses, aunque sea marginalmente. Ya hemos observado una importante rotación global desde EEUU hacia Europa y otros mercados desde principios de año, una tendencia que seguirá vigente durante el resto de 2025", concluye.

La oleada de ventas ha afectado a toda la curva de bonos americana, no sólo a la deuda de mayor vencimiento. En el caso del papel con vencimiento a diez años, que la semana pasada tocó ya el 4,5%, su rentabilidad vuelve a superar esta cota, tras repuntar más de 8 puntos básicos a media sesión europea. "Lo más probable es que esta semana las TIRes repunten, al menos en EE.UU, teniendo en cuenta además que habrá mayor concentración de emisiones en tramos largos de la curva. EE.UU. emitirá a 10 y 20 años, la eurozona a 9 años, Alemania a 10 años y Francia a 15 y 28 años. Y además tendremos escasas referencias en el frente macro", señala el equipo de análisis de Bankinter.

No obstante, la reacción de la deuda americana a las bajadas de calificación crediticia del país no ha sido siempre la misma. La primera en quitar la triple A a Estados Unidos fue la agencia S&P en 2011 al cuestionar la eficacia del sistema político para gestionar la deuda pública. Entonces el castigo no duró mucho, a pesar de que era la primera vez en la historia que la deuda de Estados Unidos perdía su calificación de AAA para una agencia importante. Fitch siguió sus pasos dos años después, en agosto de 2013. La rebaja se produjo pocos meses después de que se alcanzase un acuerdo de última hora para evitar un impago técnico. En esa ocasión sí que hubo una liquidación masiva de bonos. "Si la historia sirve de guía, generalmente el impacto de las acciones de las agencias ha sido de corta duración", señala Mohit Kumar, economista jefe y estratega de Jefferies International en declaraciones a Bloomberg. "Dicho esto, el panorama actual es diferente. La guerra arancelaria ya ha llevado a los inversores a cuestionar la credibilidad de invertir en EE.?UU. y a buscar alternativas", concluye.

La presión a la que están sometido el mercado de deuda americano este año viene de atrás. En plena ofensiva de Trump contra el mundo con sus aranceles, ni siquiera la deuda americana mantuvo su condición de activo refugio. En abril los inversores también se lanzaron a vender deuda del país, poniendo en duda la llamada "excepción americana" en el mercado (la idea que presenta a Estados Unidos como un país único o ejemplar). Recordar, también, que la rentabilidad del bono americano a 10 años ha llegado a escalar hasta el 4,79% el 14 de enero. Históricamente una rentabilidad sostenida por encima del 4,5% ha traído de la mano problemas para la renta variable.

Aunque el epicentro de las ventas de bonos tuvo lugar en Estados Unidos, los inversores también deshicieron posiciones en la deuda pública europea. En el caso del bono español a diez años, la rentabilidad escaló alrededor de 4 puntos básicos, hasta el 3,25%.

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