
Irak es uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Con una producción diaria de 3,6 millones de barriles, este país suele aparecer siempre en el 'top 6' de mayores productores de crudo, solo por detrás de países como EEUU, Arabia Saudí o Rusia. Sin embargo, para lograr mantener estos niveles de producción o incrementarlo, Bagdad necesita ayuda de la tecnología extranjera y la inversión exterior. China se ha convertido en los últimos años en uno de los grandes aliados de Irak para optimizar su producción de crudo. Buena prueba de ello es la revolución que ha experimentado un desconocido yacimiento de petróleo que va a multiplicar por 100 su producción de crudo gracias a que su gestión se entregó a una empresa china.
Cuando el petróleo parecía que se iba a acabar, la tecnología (a través del fracking) dio un vuelco a esta previsión. Ahora, poco a poco, la tecnología (no solo el fracking, también la inteligencia artificial, los pozos horizontales...) va penetrando en otras partes del mundo para sacar un mayor partido al petróleo existente. Buenos ejemplos son el de Kazajistán, que está disparando su producción gracias a la ayuda de empresas de EEUU o el de Irak, que con la ayuda de China está incrementando su producción potencial (no puede ponerla en práctica por los recortes de la OPEP) para producir mucho más petróleo en el futuro. China lleva tiempo invirtiendo en Irak en importantes yacimientos y en zonas que pueden tener crudo. Pero lo de este yacimiento es una prueba de cómo con buena tecnología se pueden obrar milagros.
La revolución que ha vivido un desconocido yacimiento cerca de la capital de Irak revela cómo se producen estos cambios. La producción en el campo de Bagdad Oriental, ubicado en la zona de Nahrawan, producía menos de 1.500 barriles por día (bpd) cuando se vendió a la empresa china EPS en 2018. "Desde entonces, la producción ha aumentado de forma constante, alcanzando los 60.000 bpd en la actualidad, con proyecciones de que aumente a 90.000 para septiembre de 2025 y a 120.000 para junio de 2026", asegura Fawzi. Esta revolución supone multiplicar casi por 100 la producción de crudo en menos de una década, usando tecnología avanzada china.
Se proyecta que el campo petrolífero de Bagdad Oriental alcance una capacidad de producción de 120.000 barriles por día (bpd) para mediados de 2026, según ha informado la empresa estatal Midland Oil Company que colabora con la firma china EPS. El jefe de Operaciones de la Región Sur, Firas Fawzi, afirmó que la compañía ha aprobado el uso de tecnologías avanzadas en el campo, incluyendo sistemas de inteligencia artificial, para optimizar la producción y proporcionar alertas tempranas sobre problemas operativos.
China quiere catapultar la producción de Irak
Dentro de ese yacimiento se han descubierto unos 95 pozos, de los cuales 58 están actualmente en producción. Con todo, esta inversión y yacimiento forman parte de un plan más amplio. La reciente reiteración por parte del Ministerio del Petróleo de Irak de alcanzar los 7 millones de barriles diarios en los próximos cinco años ha impulsado la actividad de las empresas chinas que siguen dominando el sector petrolero y gasístico del país.
Actualmente, más de un tercio de todas las reservas probadas de petróleo y gas de Irak y más de dos tercios de su producción actual están gestionadas por empresas de Pekín, según cifras del sector. Esto se traduce en que las empresas chinas tienen una participación directa combinada en alrededor de 24.000 millones de barriles de reservas y la responsabilidad de la producción de alrededor de 3 millones de bpd.
La última de la larga lista de empresas de Pekín que se beneficia de su continua y sigilosa adquisición de los enormes activos petroleros y gasísticos de Irak es China Huanqiu Contracting; Engineering Company (HQC), que ha firmado un importante contrato de consultoría de gestión de proyectos para el gigantesco yacimiento petrolífero West Qurna 1. HQC también es filial de la Corporación Nacional del Petróleo de China (CNPC), que asumió el control de ExxonMobil como principal operador del enorme yacimiento petrolífero. En definitiva, esta última adjudicación de contrato es un excelente ejemplo de la exitosa estrategia de China para adquirir activos clave de petróleo y gas en Oriente Medio, junto con la infraestructura asociada clave.
West Qurna 1 se encuentra a unos 65 kilómetros de Basora, el principal centro petrolero y exportador del sur de Irak, y alberga una parte considerable de los 43.000 millones de barriles de reservas recuperables estimadas en todo el gigantesco campo West Qurna. Originalmente, se estimaba que West Qurna 1 albergaría alrededor de 9.000 millones de barriles de estas reservas, pero en 2021 el Ministerio del Petróleo iraquí elevó la estimación a más de 20.000 millones de barriles. En ese momento, el campo estaba produciendo alrededor de 380.000 bpd, aunque el Ministerio del Petróleo también anunció planes para aumentar esto a 700.000 bpd para 2026. Unos cuantos cientos de miles que se unen a los del yacimiento de Bagdad Oriental y otros muchos.
China y su cada vez más avanzada tecnología están logrando exprimir cada gota de petróleo de Irak. Esta especie de simbiosis entre Irak y China es otro de los factores que están poniendo a la OPEP contra las cuerdas. Irak es uno de los países que produce por encima de la cuota acordada con el cártel. Aunque la OPEP quiera forzar a que Irak vuelve a producir a niveles más bajos, los inversores chinos no estarán dispuestos (o les costará estarlo) a no rentabilizar sus inversiones, algo similar a lo que sucede en Kazajistán con las empresas estadounidenses.