
La tregua comercial entre Estados Unidos y China cambia la hoja de ruta de los mercados para el BCE. El principio de acuerdo entre ambas potencias ha desinflado las expectativas y borra un recorte. Las presiones inflacionistas derivadas del gasto fiscal europeo y el nuevo tono de Donald Trump, más comedido pero aún imprevisible, han llevado a coincidir a los expertos y el mercado sobre el suelo de los tipos.
El principio de acuerdo entre EEUU y China ha alejado la tercera bajada de tipos para este año que esperaban los inversores y expertos. Las bravuconadas de Trump con los aranceles y las puyas a la Fed habían hundido el suelo de los tipos de interés de la zona euro hasta el 1,5%, desde 2,25%, donde el BCE los dejó con el último recorte de la reunión de mayo. Pero las expectativas se están desenrollando mientras Trump toma una postura más razonable con China y la Fed no se precipita con las bajadas.
El mercado de swaps financieros que analiza Bloomberg apunta a que el BCE en su próxima reunión del 6 de junio volverá a reducir tipos para llevarlos al 2% y será en septiembre o en la cita de octubre cuando ejecutará la segunda bajada, pero a partir de esas fechas los recortes se desvanecen.
El BCE ha estado comprometido con el crecimiento de la zona euro tras ganar el pulso a la inflación en la era postcovid, que le llevó a subir los tipos hasta el 4%, y mantenerlos hasta medidos de junio de 2024. Desde entonces, Christine Lagarde, presidenta de la institución, ha anunciado siete recortes de tipos. La apuesta para seguir pisando el acelerador de los recortes seguía muy vigente, mientras Trump siguiera amenazando el crecimiento global y de Europa.
Los expertos, y el propio mercado, ya veían los tipos rondando el 1,5%. Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, contemplaba a un BCE agresivo, salvo que las negociaciones comerciales se resolvieran de manera rápida. Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America, también se manifestaba en la misma línea y veía los tipos en el 1,25%, preocupado por el crecimiento. Los mercados han sido los primeros en reaccionar y cambiar el escenario para la guerra comercial, aunque nadie garantice que las discusiones entre Trump y China lleguen a buen puerto. Ni tan siquiera que el acuerdo implique menos aranceles.
Miedo al gasto público
El miedo a sobrerreaccionar al reto que propone Trump sobrevuela la sede del BCE. Y este fin de semana Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del organismo, que participa directamente en la toma de decisiones de política monetaria. A medio plazo, los riesgos para la inflación "probablemente se inclinen al alza, lo que refleja tanto el aumento del gasto fiscal como los riesgos de nuevos choques de costos de los aranceles que se propagan a través de las cadenas de valor globales", dijo en un discurso en la Universidad de Stanford.
El temor es que la inflación termine reviviendo, principalmente por los planes de inversión de Alemania. La política fiscal se expandirá a una escala no vista fuera de períodos de profunda contracción económica. "Es probable que el impulso fiscal ejerza presión al alza sobre la inflación subyacente a medio plazo", comenta la banquera en referencia a su país natal.
"Es probable que los riesgos a la baja en los datos aún tengan que materializarse para convencer al BCE de recortar más allá de un movimiento probable en junio", comenta Greg Fuzesi, economista de JP Morgan. "Seguimos pensando que eso sucederá, incluso si Schnabel tiene que autoconvencerse mucho para que apoye el recorte de junio".
Por primera vez en mucho tiempo, el mercado y los expertos van de la mano. El consenso de analistas no veía los tipos por debajo del 2% y el mercado lo veía demasiado a alejado de ese límite. En una encuesta publicada hoy por Bloomberg, los analistas ya contemplan las dos bajadas que anticipan los swaps financieros. En la ronda anterior, los encuestados situaban los tipos al 2%.