Navegar la incertidumbre es parte del trabajo con el que lidian, desde hace ya unos años, en el fabricante español de componentes para automoción Gestamp. El grupo industrial presidido por Francisco J. Riberas se puede entender como una compañía infravalorada desde el punto de vista del mercado, con un PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) bajo -de 6,9 veces- y unas perspectivas sólidas de cara a lo que resta de 2025. "Desde hace años hemos estado penalizados, pero nuestro guidance es realista y alcanzable en el contexto actual", admitió el director financiero de la firma, Ignacio Mosquera, durante su intervención en el Primer Día del Inversor de elEconomista.es.
Contexto de incertidumbre global en el que Mosquera se refirió también al posible impacto de los aranceles anunciados por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sobre el sector automovilístico. A su juicio, el efecto directo será "limitado", gracias a la estructura productiva de Gestamp, que fabrica local tanto en México como en Estados Unidos y Europa aunque, no obstante, es difícil predecir las posibles consecuencias derivadas de la inflación y los cambios en la demanda de vehículos.
Respecto a la política de retribución al accionista, es decir, el dividendo, el responsable financiero del grupo recordó que, tal y como se estableció en 2023 y mantendrán hasta 2027, se distribuirá entre los accionistas el 30% del beneficio neto anual. "Es lo que estamos cumpliendo y no habrá modificaciones", zanjó.
En cuanto al Plan Phoenix, con el que la multinacional está reestructurando el negocio en la región de América del Norte, destacó que se está cumpliendo pese a los cambios en el entorno regional. A cierre de 2024, el mercado norteamericano supuso el 23% de las ventas de Gestamp y la región reportó un margen ebitda del 6,7% frente al resto de su negocio de automoción que obtuvo el 12,6%. Su objetivo es llevar el margen de esta región a doble dígito en el año 2026.
Además, la compañía mantiene su objetivo de reducir el apalancamiento a 1,5 veces deuda neta sobre ebitda entre 2024 y 2027. Tras alcanzar esta cifra en 2023, el ratio aumentó en 2024, pero la meta sigue siendo "generar caja, fortalecer el balance y mantener el rumbo hacia ese umbral", concluyó.
En un momento en el que la irrupción de los fabricantes de vehículos chinos ha supuesto un terremoto para las marcas automovilísticas tradicionales, hasta ahora, faltas de esta competencia procedente del gigante asiático, el sentir desde Gestamp es que es una oportunidad.
De hecho, en la española todos estos cambios se ven como una oportunidad. Gestamp ya trabaja para captar a estos actores como clientes en Europa, al igual que lo hace en China. Sin embargo, admitió que el panorama es aún incierto debido a los nuevos jugadores, la volatilidad del mercado y los aranceles en Estados Unidos.
Aprovechar el coche eléctrico
Atendiendo de la misma forma al avance del vehículo eléctrico, el responsable financiero defiende que la transición energética es una realidad irreversible y que la compañía está bien posicionada para beneficiarse de ella. "La ralentización de nuevos modelos eléctricos nos afecta, pero aún se venden coches de combustión, y cualquier vehículo que se venda lleva componentes de Gestamp", comentó.
A cierre de 2024, el negocio vinculado al coche eléctrico ya representó un 20% de los ingresos de Gestamp y se espera que supere el 50% en 2027. "Somos agnósticos al tipo de plataforma, lo que nos da diversificación y exposición sin depender en exceso de un solo segmento", añadió.
En 2025, se estima que el número de vehículos eléctricos (cien por cien eléctricos e híbridos enchufables) en circulación alcance las 85 millones de unidades, según las estimaciones de la consulta Gartner. En este contexto, se prevé que China y Europa lideren este crecimiento, con un aumento del 33% respecto a 2024.