
El mercado llevaba meses avisando de que el ciclo de tipos altos, tan prolífico para un sector como el bancario, no sería eterno y el Banco Central Europeo, más tarde o más temprano, iba a tener que comenzar a normalizar de nuevo la política monetaria una vez que los niveles de inflación se han vuelto más sostenibles y el crecimiento económico ha empezado a mostrar síntomas de agotamiento.
Uno de los indicadores que más afectan a la banca en este sentido es el euríbor, registro adelantado de los intereses que se pagarán por el crédito entre bancos y que sirve de referencia para su negocio comercial, como el hipotecario. Pues bien, este índice, que se mueve junto a las expectativas que haya en cada momento en torno a los tipos de interés, tocó máximos no vistos desde 2008, por encima del 4,2%, en septiembre de 2023 (cuando el tipo de interés de referencia tocó techo en el 4,5%). Hay que recordar que el euríbor ha llegado a cotizar en terreno negativo entre 2016 y 2022.
Desde dicho máximo, el euríbor comenzó su desescalada a medida que el mercado iba descontando una paulatina rebaja de los tipos de interés hacia el objetivo del banco marcado en torno al 2%. Así, en este año y medio, ha pasado de superar el 4% a rozar ya el 2%, nivel que no registraba desde septiembre de 2022. Sobre la lógica, esto debería haber supuesto un gran contrapeso para el negocio bancario, que históricamente siempre ha estado muy correlacionado con el euríbor. Sin embargo, en esta ocasión, ha protagonizado una evolución en el parqué de la bolsa totalmente autónoma y ha podido seguir revalorizándose durante estos últimos meses.
De hecho, desde que el euríbor tocó techo en septiembre de 2023, el sector de la banca en España se ha anotado más de un 70% de subida gracias a que los márgenes de intermediación, en comparativa con ejercicios anteriores, seguían siendo históricamente altos. Así, no ha sido hasta este año cuando la fotografía ha empezado a arrojar un peor entorno relativo al año anterior para el conjunto de estas compañías que, no obstante, han compensado la caída del margen de intereses que ya han reportado en sus presentaciones de resultados del primer trimestre con un ascenso de los volúmenes y de otras partidas de ingresos como las comisiones, así como un menor gasto en la remuneración de los depósitos.
Se da ahora la circunstancia de que para los bancos es mucho menos rentable dejar su dinero aparcado en el BCE, con la facilidad de depósito en el 2,25% y con la expectativa de que siga bajando entre 50 y 75 puntos básicos más antes de acabar el año. Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín, explica que "la reducción progresiva del tipo de interés de la facilidad marginal de depósito tiene el objetivo de incentivar a las entidades financieras a conceder créditos con su exceso de liquidez, que es una de las dos principales palancas que tiene para influir en las condiciones monetarias".
Prueba de que el sector se ha adaptado mejor de lo esperado a este nuevo entorno es que el consenso de analistas que recoge Bloomberg estima un beneficio por acción agregado de 135 euros, nivel que está incluso ligeramente por encima de lo presentado en 2024. De cara al año que viene los expertos creen que sigue habiendo margen de mejora y calculan 140 euros por acción de beneficio.
"Creemos que el riesgo para el sector derivado del escenario de bajada de tipos es limitado dado que han reducido su sensibilidad a ellos ganando en volúmenes", explican en Barclays. "Quizás tendrán que sacrificar algo del exceso de liquidez que mantienen", agregan. "La clave, por tanto, será ver si los menores tipos permiten de verdad un crecimiento de volúmenes suficiente y si son capaces de mantener la reducción del coste de los depósitos mientras compiten por cuota de mercado", concluyen.
Esta fortísima revalorización ha venido en paralelo a una mejora progresiva de las estimaciones de beneficio, lo que ha hecho que, pese a que el sector ha encarecido los múltiplos a pagar por él hasta las 8,4 veces PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) y las 1,1 veces su precio/valor en libros, frente a una media de la última década de 9,1 veces y 0,7, respectivamente.
De cara a los próximos meses, los analistas no ven potencial adicional en el sector puramente doméstico y solo apuntan a revalorizaciones por encima del 5% en Santander y BBVA. Estos dos grandes bancos, asimismo, reciben una recomendación de compra por parte del consenso.
