
¿Cuándo es el mejor momento para invertir en bolsa? Es la pregunta del millón de euros a la que todos los inversores se enfrentan en algún momento: ¿es mejor esperar a que se produzca una corrección cuando se encuentra en una tendencia alcista, para evitar comprar caro? Pero, cuando llegue ese momento, ¿seremos capaces de evitar el miedo de estar comprando valores que siguen cayendo a plomo? De una manera u otra, todos los inversores están influidos por una serie de sesgos que repercuten directamente en sus decisiones de inversión. De ahí que los expertos aconsejen mantener una disciplina a la hora de invertir, según el perfil de riesgo y los objetivos de cada persona, que eviten precisamente estar pendiente de qué ocurre en los mercados.
La extensión de las carteras de gestión discrecional entre los ahorradores españoles en los últimos años ha evitado que se produzcan salidas masivas de dinero de los fondos de inversión por los movimientos de los mercados, mientras que en el caso de las gestoras independientes, que cuentan con un tipo de cliente más avezado, no solo no sufren reembolsos, sino que incluso aumentan las captaciones netas de dinero para comprar más barato.
Diferentes estudios demuestran que intentar adivinar el mejor momento de entrada puede significar perderse una recuperación que nunca se sabe cuándo se va a producir, como se ha comprobado con la bolsa desde principios de año, con la volatilidad provocada por las políticas arancelarias de Donald Trump.
"Si en los últimos 30 años, un inversor se hubiera perdido los diez mejores días del S&P 500, su rentabilidad habría sido un 50% menor que la del índice. Pero si se hubiera perdido los 30 mejores días de este mismo período, el rendimiento hubiera sido un 83% menor", explica Lucas Monjardín, director de inversiones de Value Tree, razón por la cual "es importante estar invertido durante todo el ciclo, ya que los mercados bajistas no solo son inusuales, sino más cortos y menos profundos que los mercados alcistas que les suceden".
Un dato corrobora esta afirmación: desde 1961 los mercados alcistas de la bolsa de EEUU, la más seguida por los inversores, han durado de media cinco años, mientras que los bajistas apenas han durado 13 meses.
De ahí que sistematizar las aportaciones de manera periódica evita tratar de adivinar el mejor momento de entrada y permite promediar el precio de los activos en cartera. "Al invertir de forma regular, los inversores compran activos tanto en momentos de subida como de bajadas, lo que permite promediar el precio de adquisición y reducir el impacto de la volatilidad a corto plazo", señala Giorgio Semenzato, CEO y cofundador de Finizens.

"Es bueno tener presente que el 90% de la rentabilidad de una inversión se hace con sólo el 5% de tenencia de dicha inversión", apunta Sergio Fernández-Pacheco, socio fundador de Azvalor AM, por lo que "realizar aportaciones en momentos de volatilidad es especialmente valioso porque evita el efecto bloqueante del miedo, ya que con la misma cantidad de dinero se compran más unidades del activo, sean acciones o participaciones de un fondo, si se invierte de manera recurrente la misma cantidad".
José Francisco Ibáñez, analista de Tressis, recuerda lo que ocurrió en el año 2022, cuando todos los activos sufrieron pérdidas. "Quien invirtió todo al principio del año asumió esa pérdida completa. Sin embargo, quien fue invirtiendo poco a poco cada mes, compró también en los meses más bajos y su pérdida final fue menor. Cuando llegó la recuperación, parte de sus inversiones ya estaban hechas a precios más bajos, y eso mejora notablemente la rentabilidad futura", explica.
Planificación patrimonial
Pero los expertos aconsejan no tener que llegar a ese momento para poner a prueba la resiliencia. Establecer una disciplina guiada por una planificación patrimonial es la mejor solución para evitar sucumbir a los sustos del mercado. Paula Satrústegui, socia de planificación patrimonial de Abante, subraya la importancia de olvidarse del market timing para conseguir a medio y largo plazo un mejor precio para las aportaciones y, por tanto, mejores rendimientos.
Un factor especialmente relevante para los perfiles más conservadores, más propensos a procastinar la toma de decisiones de inversión. "En un momento como el actual, en el que el mercado ha caído y las valoraciones han corregido, podemos valorar si, teniendo en cuenta nuestras necesidades de liquidez, nuestro perfil de riesgo y nuestro horizonte temporal, nos interesa aprovechar la circunstancia del mercado para traspasar parte de nuestro dinero de un fondo monetario, por ejemplo, a uno mixto. Tomar este tipo de decisiones es mucho más fácil, y es más difícil cometer errores por impulso, si tenemos un plan financiero personalizado", concluye Satrústegui.
De ahí que "convertir el ahorro en un hábito constante" sea una de las claves para "generar valor a largo plazo", según Gorka Apodaca, director de asesoramiento de Creand Wealth Management en Cataluña. "Con esta estrategia se prioriza la disciplina y la gestión del riesgo por encima de inversiones impulsivas que suelen ser habituales en entornos de volatilidad. Este enfoque no solo mejora la experiencia del inversor, sino que también puede generar un impacto muy positivo en la rentabilidad ajustada al riesgo a lo largo del tiempo", señala.
Sergio Núñez, banquero privado de atl Capital, añade otro factor importante para valorar las aportaciones periódicas como es aprovechar la maduración de las inversiones o, lo que es lo mismo, la capitalización compuesta. Y, a su juicio, es más beneficioso realizar las aportaciones periódicas a principio de cada año, que posponerlas y hacerlas mensual o trimestralmente. "La mayoría de los años el mercado es alcista, por lo que cuanto antes pongas tu dinero a invertir, mejores rentabilidades vas a tener. Por ejemplo, desde el año 1980 y medido por años naturales en divisa local, tanto Europa como EEUU han acabado en positivo en 33 de los 44 años", recuerda.
Unai Ansejo, CEO de Indexa, ofrece otro dato sobre esto. "Diversos estudios demuestran que los inversores que intentan elegir cuándo invertir o desinvertir suelen perder 1,5 puntos porcentuales de rentabilidad al año, mientras que Invertir de manera sistemática te ayuda a obtener más rentabilidad y aprovechar el tiempo como aliado, beneficiándote del efecto del interés compuesto", señala.
Pero siempre hay una excepción a esta inversión sistemática y se da, sobre todo, en aquellos inversores que cuentan con algo más de experiencia pero que pueden dejarse llevar por los mismos sesgos emocionales. José María Luna, socio de Luna & Sevilla Asesores Patrimoniales, señala el caso de los inversores que se centran en un determinado activo, como el oro, o en determinados índices, que les pueden llevar a estar muy concentrados. O en situaciones de tensiones económicas severas, como una hiperinflación, en las que es mejor replantearse el esquema de inversiones antes de seguir realizando aportaciones.