La situación de incertidumbre en el mercado y la actual guerra comercial llevan al oro cotizado a marcar precios récord de manera consecutiva. La onza de oro superó este lunes los 3.400 dólares en un nuevo máximo histórico también a consecuencia de un dólar estadounidense más débil por el empeño de Donald Trump de eliminar de su cargo al presidente de la Reserva Federal de EEUU, Jerome Powell.
Y es que el metal precioso es la alternativa de los inversores ante la falta de apetito por los activos de mayor riesgo, como es la renta variable, y como valor refugio en periodos de volatilidad como el actual. Desde que comenzó el 2025, el oro solo ha visto tres semanas de caídas. Esto lleva al metal precioso a avanzar un 29,5% desde que comenzó el año e implica anotar la mejor racha para este activo refugio desde 1986.
Que los inversores se decantan por el oro en favor de otros activos con menor riesgo que la bolsa (como pueden ser los bonos) es algo que también se vio en la última encuesta a gestores realizada por Bank of America. Más allá de una elevada posición en liquidez, los gestores acuden al oro por ser un activo que mantiene las mejores perspectivas para este año, y esto supone un cambio radical frente a la opinión que mantenían los gestores el mes pasado en el que la renta variable europea era la mejor alternativa a Wall Street, infraponderada por las políticas de Donald Trump.
El pronóstico de las firmas de análisis sugiere que el oro seguirá al alza en lo que resta de año, mientras los grandes bancos centrales también acaparan este metal para aumentar sus reservas en un contexto en el que el dólar estadounidense pierde valor en el mercado de divisas. Desde Goldman Sachs no descartan que se pueda alcanzar los 4.000 dólares a mediados del año que viene.
