
Todavía hay esperanza para la economía alemana. El histórico plan de estímulos que votó el Bundestag con el que Berlín pretende poner en marcha inversiones multimillonarias -de hasta 500.000 millones de euros a lo largo de una década- en infraestructuras y defensa es casi el doble que el Plan Marshall para el país tras la Segunda Guerra Mundial.
La realidad es que después de dos años de recesión, Alemania podría volver a crecer ligeramente, al menos en el primer trimestre, según recoge el último informe mensual del Bundesbank. En enero, tanto la industria como la construcción aumentaron su producción, aunque sin estímulos por el lado del consumo a medida que crece la preocupación por el empleo y los alemanes restringen el gasto.
"En general, la producción económica podría aumentar ligeramente en el primer trimestre, aunque la tendencia económica subyacente sigue siendo débil", recoge el Banco Central del país.
En este contexto, el líder de la CDU y próximo canciller, Friedrich Merz, pretende reanimar una economía paralizada de la mano de esta hoja de ruta de inversiones entendida también como un catalizador clave para el mercado local, especialmente, para las acciones de mediana capitalización dada su gran exposición a la economía doméstica y su valoración relativamente más baja respecto de sus múltiplos históricos.
Y es que la fuerte correlación -de más del 90%- entre el rendimiento de las acciones alemanas del Dax y el MDax -el índice de empresas de mediana capitalización- con el PIB real de Alemania en los últimos 25 años, muestra la alta sensibilidad del tejido empresarial germano cotizado a las medidas de estímulo económicas aprobadas por el Ejecutivo berlinés en el último cuarto de siglo.
Los cálculos de Bloomberg Intelligence estiman que el fondo de infraestructuras y defensa propuesto por los poderes públicos alemanes podrían disparar el PIB del país entre un 1% y un 1,6% y el de la eurozona hasta un 0,4% de cara a finales de 2026. Al calor de estas cifras y a pesar de haberse revalorizado un 13% en lo que va de año, la prima del MDax sobre el Dax se sitúa en el 10% -en mínimos históricos- frente a la media del 15% de los últimos 40 años.
Sin embargo, la réplica del riego de millones de euros del Gobierno de Berlín más allá de las empresas de mediana capitalización o el sector de defensa podría alcanzar a la energía, la vivienda o el transporte. Los economistas de Goldman Sachs han identificado recientemente en un informe una docena de acciones que podría interesar a los inversores tener en cartera de cara a los próximos años porque serán las más beneficiadas, previsiblemente, de la inyección de dinero público alemán.
La ingeniera constructora francesa Eiffage se coloca a la cabeza de la cesta de selección por su exposición al sector de la defensa y a dos de sus principales mercados: Alemania y Francia. "Recientemente ha ganado contratos de obras civiles y de energía por sus vínculos con el sector armamentístico europeo", recuerdan desde firma de inversión estadounidense. Entre estos concursos, la gala se hizo hace poco con un contrato para la renovación de varios edificios de las Fuerzas Armadas francesas valorado en 7.000 millones de euros. Además, los expertos recuerdan las oportunidades potenciales para su filial de defensa, Clemessy, que representa alrededor del 10% de la división de energía del grupo.
Asimismo, Fraport, el operador del aeropuerto de Frankfurt, se perfila como un beneficiario más de posibles reducciones en impuestos corporativos y a la aviación. De hecho, los analistas de Goldman Sachs proyectan que su capitalización de mercado podría alcanzar los 14.000 millones de euros a medio plazo, lo que supondría un incremento del 160%, respecto a los poco más de 5.300 millones actuales de valor que le da el mercado.
Al calor de los motores de un avión, DHL, el gigante logístico, también podría ver un impulso en sus beneficios gracias a la aceleración económica en Europa y las potenciales reducciones fiscales. Mientras tanto, en el segmento de los materiales de construcción, la francesa Sika y la suiza Akzo Nobel se posicionan al frente de la lista de ganadoras. Sika, en particular, podría beneficiarse del propuesto fondo de infraestructuras a medida que el capital se dirija a la reconversión de viejos edificios para mejorar la eficiencia energética, entre otros aspectos.

La evolución de la crisis energética
BASF, el titán químico, se prepara para alcanzar un punto de inflexión en su flujo de caja libre a partir de 2026, respaldada por inversiones estratégicas y un entorno económico más favorable. "Las acciones de BASF están cotizando con un descuento notable respecto a sus pares estadounidenses y a la media histórica", apuntan los analistas al tiempo que añaden que podrá terminar beneficiándose a más largo plazo de una posible reanudación del flujo de gas ruso hacia Europa si se alcanza la paz en Ucrania.
En el ámbito energético, E.ON y RWE se perfilan como otros ganadores de este programa de inversiones. La primera de ellas, podría beneficiarse de la necesidad de modernizar la infraestructura de red eléctrica germana tras años de decadencia, mientras que RWE se prepara para capitalizar el aumento en la demanda energética y la posible reapertura de las centrales nucleares. Por su parte, Siemens Energy y Nordex se preparan para recibir el plácet del mercado ante las políticas de apoyo a la generación de energía renovable y la construcción de nuevas centrales de gas.
Conjuntamente, Vonovia podría valerse de nuevas oportunidades en el desarrollo de nuevas viviendas, con inversiones proyectadas de hasta 2.000 millones de euros anuales. "Además, cualquier medida gubernamental para aliviar la escasez de viviendas en Alemania y estimular el desarrollo de viviendas ayudaría a Vonovia a acercarse a su objetivo de aumentar el ebitda de los ingresos no procedentes de rentas (incluyendo desarrollo) hasta un máximo del 25% para 2028", recalcan en Goldman Sachs.
"Además de los probables beneficios para el crecimiento del gasto que se avecina, el hecho de que Alemania contribuya ahora a un proyecto común de la UE es claramente positivo para la integración del euro. Lo que tenemos en este momento son los huesos de un plan de gasto, el gasto alemán ya se ha aprobado por el Bundesrat y el presupuesto de 2025 en mayo", recuerda la gestora de carteras en Federated Hermes, Orla Garvey.
Al tiempo, desde Mirabaud aseguraban esta semana en un documento paralelo que Deutsche Bahn podría ganarse también el favor del mercado gracias al dinero del Gobierno alemán. Alstom, Siemens Mobility, Vinci y Hotchief (ACS) "vivirán fuertes y claras oportunidades de conseguir importantes contratos", apostillan.
Perspectivas "particularmente inciertas"
El Bundesbank ha señalado recientemente que las perspectivas para la economía alemana son, actualmente, "particularmente inciertas" debido a la política "restrictiva e incierta" de los Estados Unidos de Donald Trump que podría terminar provocando un freno de las exportaciones de la locomotora europea más brusco del previsto en un primer momento, "especialmente si se implementan aranceles de mayor alcance contra la UE".
En cualquier caso, las perspectivas para la economía alemana siguen siendo oscuras. El Instituto Ifo redujo en sus últimas estimaciones a la mitad su previsión de crecimiento para 2025: ahora espera un escueto avance de la economía germana de apenas el 0,2% a cierre del presente ejercicio y del 0,8% al clausurar 2026. Además, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) espera un avance del 0,4% en 2025.
A cierre de 2023, la economía alemana se contrajo un 0,2% dando por concluidos dos ejercicios consecutivos de recesión en la mayor economía del Viejo Continente. A finales de abril, la Oficina Federal de Estadística germana dará a conocer la evolución económica del país durante el primer trimestre de 2025; de momento, el Gobierno de Berlín anticipó hace unas semanas un avance del 0,5% para la economía a lo largo del año.