
VidaCaixa, la gestora de planes de pensiones de CaixaBank, ha conseguido colocar a cuatro de los grandes planes de empleo que maneja entre los más rentables de 2024, según los datos publicados por Inverco recientemente. Entre estos planes se encuentran los de los funcionarios de la Generalitat de Cataluña y los de los trabajadores de Naturgy y Nestlé, aparte de los de los profesionales de la propia entidad financiera, con rendimientos que van desde el 9,7% del primero al 8,65% del último.
Desbanca de esta manera a Ibercaja, que en 2023 fue la gestora que situó a los planes que gestiona entre los de mayor revalorización. No obstante, el plan más rentable ha sido el de prestación definida de los trabajadores de Banco Sabadell, que terminó el año pasado con un rendimiento del 11,49%. Este vehículo maneja un volumen de 176,58 millones de euros y cuenta con tan solo 71 partícipes, ya que el grueso de empleados del banco están adscritos al plan de aportación definida –vehículos en los que la cantidad que aporta la empresa se fija con antelación–, que tiene 23.369 partícipes y un patrimonio de 610 millones de euros, y cerró el año pasado con un rendimiento del 6,86%.
El segmento de planes de pensiones de empleo, que agrupa a los que promocionan las grandes compañías y las distintas administraciones del Estado, no se caracteriza precisamente por su abultado tamaño en España, sino todo lo contrario, ya que tan solo manejan 36.667 millones de euros, frente a los 84.923 millones de los planes privados individuales.
Cuatro firmas se reparten la mayor parte de este volumen patrimonial por cuota de mercado, con VidaCaixa a la cabeza, con algo más del 34%, seguida de BBVA, con casi el 21% e Ibercaja, con un 12%. A continuación aparece Fonditel, con un 10,38%, que es un caso particular puesto que se trata de la gestora del grupo Telefónica.
Su plan de empleo, de hecho, es uno de los más grandes, con un tamaño de 2.948 millones de euros, tan solo por debajo de los planes de los empleados de CaixaBank y Endesa, que manejan 8.652 millones y 3.170 millones de euros, respectivamente. Y junto a los planes de trabajadores de BBVA y Santander, son los únicos que tienen un patrimonio superior a los mil millones.
Entre los planes de empleo de mayor volumen también se encuentran algunos de las administraciones públicas, como el de los funcionarios de la Administración General del Estado, con casi 581 millones, y el de los funcionarios del gobierno catalán, con 408 millones. Y precisamente este último ha sido uno de los más rentables el año pasado, al cerrar con una revalorización del 9,7%, frente al 6,97% que obtuvo el de los funcionarios estatales, gestionado por BBVA, que se sitúa de esta manera por debajo del 7,4% que ganan de media los planes de empleo en su conjunto.
Hay que tener en cuenta que cada plan aplica una política de inversión distinta, por lo que la comparativa de rentabilidades no es homogénea en muchos casos.
Después de los planes de VidaCaixa, el más rentable es el de los empleados del Santander, con un 8,61%, seguido del plan de los trabajadores de Ibercaja, con un 8,2%. A continuación figura el de los empleados del Banco de España, gestionado por Ibercaja, que cerró el año pasado con un rendimiento del 8,18%, seguido del plan de la Central Nuclear de Ascó Vandellós, gestionado por BBVA, con un 7,72%.
Poco volumen
La reforma emprendida hace unos años por el ex ministro de Seguridad Social y actual presidente del Banco de España, José Luis Escrivá, pretendía impulsar los planes de empleo mediante el lanzamiento de planes de promoción pública, aunque gestionados por firmas privadas, para lo cual también se instauró la figura de los planes simplificados, que en teoría debían facilitar la adscripción de los trabajadores autónomos y otros colectivos.
Pero estos fondos todavía no han empezado a rodar, pese al lanzamiento de planes simplificados como el de los trabajadores de la construcción, que se ha convertido en el más grande por número de partícipes, con más de 600.000 personas, aunque solo maneja un patrimonio de alrededor de 140 millones de euros. De hecho, los productos simplificados son los que han permitido que los planes de empleo cerraran el año pasado con flujos netos por primera vez en trece años, aunque de solo 170 millones.
Otro factor que influye en el reducido crecimiento de los planes de empleo es la congelación de aportaciones a los planes de los funcionarios de la administración, que se encuentran congeladas desde la crisis del euro.