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La bolsa europea ofrece un 7% de rentabilidad: la mejor opción para los inversores con perfil de riesgo

El toro y el oso de la bolsa de Frankfurt. Dreamstime

Donald Trump llegó para confirmar lo que los inversores ya descontaban el año pasado: el 2025 va a ser un ejercicio con incertidumbre, volatilidad para el mercado y el riesgo de precios al alza. Pero como dice el refrán, "a río revuelto, ganancia de pescadores". La inflación en España amenaza con arrebatar el poder adquisitivo de los ciudadanos que no sean capaces de sacar de sus ahorros un rendimiento mínimo del 2,2%. Pero para aquellos inversores con un perfil de riesgo mayor, la renta variable europea ofrece una rentabilidad del 7% para este año. Es decir, tomar posiciones en el Stoxx 600 abre la oportunidad de doblar el crecimiento de los precios esperado en España para 2025.

El multiplicador de beneficios del gran índice bursátil europeo, el Stoxx 600, se sitúa para el ejercicio en curso en las 14,4 veces respecto a la capitalización bursátil de las seiscientas compañías que integran este selectivo. Este ratio precio-beneficio, conocido como PER (del inglés, price to earnings) implica una rentabilidad del 6,9%, un porcentaje que se aleja de lo que ofrecen otros activos como pueden ser los bonos soberanos a corto y largo plazo.

Con esta expectativa de rentabilidad, y si los beneficios de la renta variable europea se mantienen constantes, un inversor doblaría su inversión inicial en 10 años gracias al interés compuesto. También se presupone que el riesgo asociado a la renta variable es superior al que se descuenta en el mercado de deuda. Otro de los condicionantes es que la bolsa europea hoy se paga más cara que al comienzo del año, por cotizar en máximos históricos. El ritmo de subidas de más del 10% en la renta variable europea encarece los múltiplos de beneficios y rebaja la rentabilidad esperada para el resto del año. Como ejemplo, el Stoxx 600 se paga hoy con una prima del 8% frente a su cotización el primero de enero. Y esto acota su rentabilidad anual en 550 puntos básicos.

No obstante, la subida de lo que va de año no condena a la bolsa europea. "Algunos inversores han condenado a la renta variable europea este año, pero esta decisión podría estar desacerada. La mejora de las dinámicas macroeconómicas, como el descenso de los tipos de interés y los costes energéticos, así como las bajas valoraciones y la exposición mundial, significa que la bolsa europea podría sorprender gratamente", comentó la directora de inversiones de Fidelity, Natalie Briggs.

El camino para los índices europeos será tortuoso por la guerra de aranceles que hay en marcha y por el nuevo panorama geopolítico que se plantea con un eje Washington-Moscú que no tiene en cuenta a la Unión Europea. Ya se ve en los procesos de paz actuales, en la guerra de Ucrania, donde ni Vladimir Putin ni Donald Trump dejan espacio a más interlocutores.

Pero, a pesar de los eventos extracomunitarios que afectan a la bolsa europea y los problemas internos, los beneficios de las compañías europeas no muestran deterioro, de media. El beneficio por acción del Stoxx 600 creció un 1% en 2024 (aún falta una sexta parte de las compañías del índice de cerrar sus ejercicios). Además, baten las expectativas del mercado como demuestra la última temporada de resultados en la que las ganancias fueron un 0,6% mejores de lo esperado por los expertos que reúne Bloomberg.

Si el Stoxx 600 ofrece una rentabilidad del 7%, el EuroStoxx 50 eleva la posibilidad hasta el 12,3% al cotizar con un PER inferior. El índice con las 50 compañías europeas de referencia cuenta con una protección adicional en el mercado de divisas. Y es que todas las compañías son de la eurozona, mientras que el Stoxx 600 incluye a valores del Reino Unido, Dinamarca o Noruega entre otras. Es decir, hay libras esterlinas o coronas nórdicas que dependen de sus propios banqueros centrales y son independientes del Banco Central Europeo.

El mismo ejercicio puede hacerse por geografías. La bolsa italiana ofrece la mejor rentabilidad frente a sus pares al superar el 9%. Por su parte, el Ibex 35 registra un PER de 11,9 veces que implica un rendimiento esperado para 2025 del 8,4%. Por detrás se sitúa el Cac francés y el Dax alemán con retornos del 6,6%.

Uno de los efectos de la guerra de aranceles es que no afectará por igual a todos los sectores cotizados de la bolsa española. Los costes y la expectativa de beneficios de sectores como el automovilístico son los que más se resentirán en un entorno de gravámenes adicionales a los vehículos o materias primas como el acero o el aluminio. Esto abarata al sector si se tiene en cuenta su capitalización bursátil y, por tanto, también eleva la rentabilidad que podría dar en bolsa. Una rentabilidad que no estaría exenta de mayor riesgo para los inversores.

Más allá de la industria del automóvil, el sector bancario europeo se postula como líder de la rentabilidad en bolsa para este año. Después de cerrar otro ejercicio con beneficios históricos y recuperar noveles en bolsa no vistos desde la crisis de Lehman Brothers, la banca europea ofrece una rentabilidad casi del 12%. Por contra, los sectores industriales y el tecnológico cotizan con prima tras las últimas subidas y ofrecen rentabilidades en la línea o incluso por debajo de los bonos soberanos europeos a más corto plazo, que son, en teoría, menos arriesgados.

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