
La primera reunión del año 2025 del Banco Central Europeo no ha dejado grandes sorpresas. El mensaje de Christine Lagarde, presidenta del BCE, encaja con lo esperado por los analistas, y ahora, una vez el banco central ha confirmado que la situación está bajo control, y que lo más probable es que la inflación alcance el objetivo del 2% este mismo año, la gran pregunta es qué hará el BCE en los próximos meses hasta que se consiga alcanzar esta meta. En este sentido, el tipo de interés neutral (el nivel de equilibrio, en el que ni estimulan, ni contraen la actividad económica y la inflación) cobra especial importancia, y también ha habido novedades en este frente en el encuentro de este jueves, con el anuncio de Lagarde de que el próximo 7 de febrero se conocerán las estimaciones del BCE sobre la situación del tipo neutral.
Conocer dónde cree el BCE que está el tipo neutral, o de equilibrio, es clave para dibujar el escenario de próximas bajadas de tipos del banco central. Muchos analistas lo sitúan ahora en el 2%, es decir, 75 puntos básicos por debajo del tipo actual de referencia del banco central (el 2,75% en el que se mantiene la tasa de depósito), pero todavía habrá que esperar una semana para saber cuál es la estimación que mantiene el Consejo de Gobierno del BCE.
Sin embargo, incluso si se asume que hubiese unanimidad en que el tipo neutral es del 2%, existe la posibilidad de que el BCE decida bajar el tipo de interés de referencia por debajo de ese nivel, si pretende dar un impulso a una economía europea que sigue dando señales de debilidad. Todo dependerá de cómo evalúe la situación macroeconómica el banco central en los próximos meses (Lagarde se ha encargado de dejar claro este punto esta semana) y si considera que es necesario dar un empujón a una zona euro que tiene gripados sus dos motores históricos: Francia y Alemania.
Analistas como Roelof Salomons, estratega jefe de inversiones para Países Bajos de BlackRock Investment Institute, creen que el BCE no necesitará bajar los tipos de interés por debajo de la neutralidad: "Nuestro escenario base es que el BCE recortará los tipos en todas sus reuniones, de forma consecutiva, hasta alcanzar el 2% en verano. ¿Por qué? En primer lugar, porque el crecimiento bajo y la inflación moderada apoyarán estas bajadas. Segundo, porque creemos que el BCE va a poner el tipo neutral como su objetivo, para ni estimular, ni contraer, la economía", destaca el experto.
Este escenario que dibuja Salomons es el que ahora compran los mercados, que descuentan una bajada de tipos en marzo, seguida de otra en abril, y una última en julio, con una posibilidad importante de que esta última sea incluso antes, en la reunión de junio. La opinión de Konstantin Veit, gestor de carteras en PIMCO, coincide con este escenario: "El actual precio terminal de los tipos [el nivel en el que terminará este ciclo de recortes], en torno al 2%, coincide en líneas generales con nuestras estimaciones de un tipo de interés neutral de la zona euro, y representa, esencialmente, un escenario de aterrizaje suave", señala Veit.
La alternativa a esta hoja de ruta que más se repite entre los inversores es la de que el BCE los baje un peldaño por debajo del tipo neutral, para intentar impulsar el débil crecimiento europeo.
En este sentido, Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos de Fidelity Internacional explica cómo "los participantes del mercado se han alineado con la evaluación del BCE de las tasas neutrales en torno al 2%. Sin embargo, vemos una mayor probabilidad de recortes hacia un territorio acomodaticio, dada la desafiante perspectiva de crecimiento", señala.
Como el estratega de Fidelity, desde Nomura coinciden al señalar que la debilidad de la economía europea forzará al BCE a llevar los tipos por debajo del nivel neutral. "Mantenemos una previsión de que el BCE bajará los tipos por debajo del nivel neutral, de cara a apoyar a la economía, en particular, después del dato de PIB del último trimestre de 2024, que sorprendió en 20 puntos básicos a las expectativas del BCE. Esperamos que el tipo terminal sea del 1,75%, en septiembre de 2025", señala el banco japonés.
Lagarde, prudente como siempre, ha asegurado que, ni ella, ni el BCE, saben qué es lo que harán, porque necesitan tener los datos sobre la mesa para poder tomar la decisión adecuada. Para ella, lo único que se puede hacer en este momento es plantear los distintos escenarios que pueden impulsar, o castigar, al crecimiento económico y a la inflación en la zona euro. "El crecimiento puede caer si los efectos retardados de nuestra subida de tipos duran más de lo esperado, o podría ser mayor si las condiciones financieras, acomodaticias, permiten que las inversiones reboten con fuerza", ha explicado en la rueda de prensa.
Por otro lado, plantea que "la inflación puede ser más alta si los salarios y los beneficios empresariales duran más de lo esperado, o por las tensiones geopolíticas, que puedan aumentar los precios de la energía y de los fletes. Además, los eventos climáticos extremos pueden aumentar los precios de la comida más de lo esperado", señala.
Por el contrario, baraja que "la inflación pueda caer si hay una baja confianza económica, y si las preocupaciones por la geopolítica impiden que se recupere el consumo. O si el contexto económico en el resto del mundo empeora de forma inesperada", señala.
En esta horquilla de escenarios, habrá que esperar a ver cómo se desarrolla la economía europea en los próximos meses. La dependencia de los datos de la que insiste Lagarde en los últimos meses obliga a seguir las publicaciones macroeconómicas de cerca, ya que las decisiones del banco central estarán condicionadas a lo que ocurra en el frente macro.
El camino de la Fed es diferente
La reunión del BCE de esta semana ha llegado un día después de la de la Fed, y las conclusiones de ambas han dejado muy claro que los dos bancos centrales han separado sus caminos, y ahora discurren por sendas diferentes: la Fed está evitando bajar tipos por la fortaleza que está mostrando su economía, mientras en Europa los banqueros centrales esperan bajar tipos varias veces, y existe el debate sobre la bajada de tipos por debajo del nivel neutral para intentar dar un impulso al crecimiento.
"El progreso de la desinflación se ha estancado y el fuerte crecimiento económico ha evitado un debilitamiento del mercado laboral. En consecuencia, la Fed no tiene prisa por reducir las tasas en este momento", explica David Kohl, economista jefe de Julius Baer. Al mismo tiempo, desde Fidelity, Max Stainton, estratega macro de la gestora, destaca cómo "esperamos un cóctel de políticas de aranceles y una reducción significativa de la inmigración que aumentarán el riesgo de inflación y, dado que el mercado laboral se está estabilizando en lugar de suavizarse, esto refuerza nuestra opinión de que el comité mantendrá la política actual durante 2025, priorizando la estabilidad política sobre posibles ajustes prematuros".
Teniendo en cuenta el recorte de tipos que ha llevado a cabo el BCE esta semana, si se cumple el escenario que están descontando los mercados, en la zona euro se recortarán los tipos 4 veces en total en 2025, y en 100 puntos básicos, mientras que el recorte previsto para la Fed será la mitad de agresivo: 2 bajadas de tipos en total, que dejarán el recorte completo en 50 puntos básicos a final de 2025.