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Los reyes de las SPAC vuelven a levantar miles de millones: la última vez que lo hicieron dejaron un reguero de cadáveres

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Las SPAC, las compañías de cheque en blanco que se utilizan para salir a bolsa en EEUU de forma exprés, han levantado desde el pasado mes de abril 8.700 millones de dólares, una cifra que supone el doble que en todo 2023. Este vehículo de inversión tuvo sus años dorados en plena pandemia, cuando los mercados financieros empezando por el bitcoin entraron en ebullición.

Las SPAC vuelven con fuerza al mercado y eso significa una cosa: hay dinero fresco disponible que busca alta rentabilidad y en el menor tiempo posible. La última vez que el mercado entró en fase de euforia fue después del covid. Tras la caída en picado de las bolsas mundiales por los confinamientos, la bolsa estadounidense se recuperó de forma fulgurante con un espectacular rebote que duró hasta 2022.

Como en aquella ocasión el bitcoin está siendo uno de los activos más calientes y el Nasdaq no para batir máximo tras máximo. Hace un par de año no había un plátano con cinta de adhesiva, en forma de obra de arte, por el que se pagó una millonada, pero, en cambio, se adquiría por miles y miles de dólares NFT, un derivado de las criptodivisas asociado al arte.

Las SPAC también fueron un fenómeno de esa época burbujil. Estas compañías fueron creadas en los ochenta, cuando las pequeñas empresas buscaban formas de ingresar al mercado evitando el procedimiento habitual de salida a bolsa. Históricamente, este tipo de compañías estaban envueltas en inversiones especulativas con empresas penny stocks, es decir, títulos de riesgo que operan por debajo del dólar y normalmente cuentan con una micro-capitalización. Al final se trata de operaciones que quedaban en los puntos ciegos del radar de la SEC y a menudo terminaban en fraudes para los inversores.

Hace dos años cogieron velocidad al tratarse de una manera sencilla y rápida de dar el salto a bolsa, sin pasar por el escrutinio del regulador. Desde abril han vuelto a escena con 50 SPAC nuevas. Howard Lutnick, consejero delegado de Cantor Fitzgerald LP y candidato de Donald Trump para secretario de Comercio, recaudó un cheque en blanco de 100 millones de dólares en agosto y luego, días antes de las elecciones, solicitó lo que sería una décima SPAC; Michael Klein juntó 287,5 millones de dólares en mayo; y Eagle Equity Partners, de Harry Sloan y Eli Baker, debutó con su novena SPAC a finales de octubre.

Pérdidas de más del 90%

Las operaciones que impulsaron estas entidades, hace más de dos años, han terminado desplomándose más del 90%. No deja de sorprender dentro del propio sector que muchos de ellos haya sido las mayores operaciones. "Es sorprendente ver que el mercado de SPAC ha perdurado al ritmo que lo ha hecho", señala Jennifer Cheng, presidenta global de fusiones y adquisiciones de Reed Smith con experiencia en liderar combinaciones comerciales con SPAC, a Bloomberg. "Uno pensaría que el bajo rendimiento de muchas de estas empresas públicas después de la combinación de negocios sería suficiente para servir como una advertencia".

Casi la mitad de las más de 450 ex SPAC que aún cotizan en bolsa han perdido más del 90% de su valor desde que debutaron, según muestran los datos de SPAC Research analizados por Bloomberg. Eso se suma a las docenas que quebraron o fueron adquiridas a precios de liquidación poco después de debutar en las bolsas públicas.

Las consecuencias han dado lugar a demandas de reguladores e inversores minoristas que culpan a los patrocinadores de las SPAC de engañar a los compradores sobre su estructura y de tener un contacto temprano con posibles objetivos. La semana pasada, Cantor Fitzgerald acordó pagar 6,75 millones de dólares para resolver las acusaciones de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) de que engañó a los inversores en dos empresas de cheques en blanco antes de su debut en el mercado de valores.

Howard Lutnick fue el jefe de seis SPAC que completaron acuerdos desde el inicio de Covid-19, y solo una empresa, GCM Grosvenor, brindó a los inversores un rendimiento a largo plazo. De manera similar, Klein, un ex banquero de Citigroup, tiene un único ganador en Oklo, un desarrollador de sistemas nucleares avanzados respaldado por Sam Altman. Dos de los cinco acuerdos completados de Klein se negocian por el equivalente a centavos.

Incluso el equipo de Eagle Equity, que sacó a DraftKings a bolsa en abril de 2020 y ayudó a desencadenar la manía de los cheques en blanco, ha tenido "fracasos", comenta Julian Klymochko, consejero delegado de Accelerate Financial Technologies, quien dijo que le gusta el equipo y es propietario de su SPAC más reciente, Bold Eagle Acquisition. Los mayores perdedores de la firma son Ginkgo Bioworks Holdings y Skillz que se han desplomado más del 98% cada uno.

Sin embargo, los mediocres antecedentes no impiden que los inversores busquen la gran jugada en las SPAC. Y las esperanzas de que el actual frenesí del mercado pueda alimentar el escenario de las SPAC para algo más que un momento caliente para generar ganancias rápidas ha llamado la atención de otros.

Y eso que en la práctica la inversión en Spac es un desastre. El promedio de pérdidas de los últimos doce debutantes en bolsa por esta vía supera el 60% de pérdidas.

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