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España no es un país para inversores institucionales: solo representan el 38%

  • Es el porcentaje más bajo respecto al resto de países europeos
  • El escaso peso de fondos de pensiones, aseguradoras y grandes patrimonios supone un lastre
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La industria de inversión colectiva en España se encuentra a un paso de alcanzar los 400.000 millones de euros en activos bajo gestión, solamente en fondos españoles. Si se añade el patrimonio que manejan las gestoras internacionales en el mercado español, la cifra se dispara a los 700.000 millones, según las estimaciones de Inverco.

Unas cifras que, aunque parecen descomunales, tan solo representan el 15,6% del ahorro financiero de las familias españolas, según los últimos datos del Banco de España, que se sitúa en algo más de tres billones de euros.

Este volumen de dinero se ha alcanzado gracias a la penetración de las entidades financieras en la distribución de fondos de inversión entre los clientes particulares, donde incluso en la gestión discrecional de carteras han conseguido situar a España como uno de los mercados donde más arraigo está consiguiendo este segmento de negocio, con tasas del 73% si se incluye el asesoramiento.

Pero si se compara con el resto de Europa, la cuota de mercado de la industria de inversión colectiva española se reduce a menos del 2% de los cerca de 33 billones que maneja el sector en el Viejo Continente, inferior al 5% que tiene Italia, con 1,5 billones de euros en activos bajo gestión, el 10% de Alemania (3 billones), el 16% de Francia (casi 5 billones) o el 35% de Reino Unido, con 10,5 billones de euros de patrimonio, según los últimos datos de Efama, la organización sectorial supranacional.

Una de las explicaciones a este escaso peso de la industria de inversión española en comparación con los países de nuestro entorno se encuentra en el reducido porcentaje que representan los inversores institucionales (fondos de pensiones, compañías aseguradoras y grandes patrimonios), que tan solo acaparan el 38% del volumen total, el porcentaje más bajo de Europa, por debajo del 43% de Italia, el 58% de Portugal, el 76% de Reino Unido o el 83% de Francia, según recoge el último informe anual de Inverco.

La elevada tasa de sustitución de la pensión pública en España para un salario medio, algo superior al 80%, es una de las razones de que los fondos de pensiones no hayan tenido nunca protagonismo entre los activos financieros de las familias españolas que, junto a los seguros, únicamente representan el 12% del total, inferior al 27% europeo.

De hecho, los planes privados de pensiones solo manejan un patrimonio de 130.110 millones de euros, de los que únicamente el 29,6% corresponde a los planes de empleo. Una situación que la reforma de Escrivá pretende revertir con la creación de los macrofondos públicos de pensiones como una forma de impulsar el segundo pilar.

No es una cuestión que afecte solo a España, pese al infradesarrollo de los planes privados. El nivel de activos de fondos de pensiones en la Unión Europea era sólo el 32% del PIB hace dos años, mientras que en EEUU los activos totales ascendían al 142% del PIB y en el Reino Unido, al 100%. Y estos activos de pensiones están muy concentrados en un puñado de estados miembros de la UE con sistemas privados de pensiones más desarrollados, hasta el punto de que Países Bajos, Dinamarca y Suecia representan el 62% del total de la UE, recuerda Fernando Torrente, socio de Corporate M&A y Capital Markets de Baker McKenzie.

De ahí el impulso a los fondos de pensiones que informes como el elaborado por Mario Draghi subrayan para incrementar los mercados de capitales.

Aseguradoras

Respecto a las compañías aseguradoras, según los últimos datos de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, de los casi 300.000 millones de euros que tienen en inversiones, solo el 12% se encuentra en fondos de inversión, tanto españoles como internacionales. Hay que tener en cuenta que el grueso de sus carteras agregadas se encuentra invertida en deuda pública y crédito, que acaparan un 70% del total de activos.

La menor presencia del inversor institucional no es una cuestión de menor negocio para las gestoras, sino que tiene un impacto directo en el crecimiento del mercado de capitales, como recordó recientemente la OCDE en su último informe, donde subrayaba la necesidad de aumentar el tamaño y la actividad de este tipo de inversores y apelaba a implementar "esfuerzos políticos para abordarlo".

José Luis Manrique, director de estudios y estadísticas de Inverco, explica que la obligación legal del mínimo de cien partícipes en los fondos de inversión "condiciona de forma muy negativa el desarrollo de la inversión institucional, por lo que la OCDE recomienda considerar la introducción de una excepción a este número mínimo de partícipes para los vehículos de inversión colectiva dirigidos específicamente a inversores institucionales, lo que incentivaría la creación de este tipo de fondos, reduciendo de esta forma el gap existente con los fondos institucionales del resto de países".

Jorge Canta y Miguel Sánchez Monjo, socios de Cuatrecasas, apuntan a las limitaciones legales que tienen las gestoras a la hora de aplicar comisiones a los fondos de pensiones que manejan, en función de su vocación inversora, lo que dificulta la incorporación de determinados activos como los alternativos, por ejemplo. "Para el cálculo de esta limitación, también deben tener en cuenta, a partir de ciertos umbrales, las comisiones indirectas que se carguen al fondo de pensiones, concretamente, aquellas que, a su vez, cobren las gestoras de los fondos de inversión alternativa en los que invierta el fondo de pensiones. De ahí que los fondos de pensiones decidan limitar sus inversiones en este tipo de activos", subrayan los expertos.

Torrente añade que las complejidades fiscales y la limitada liquidez en ciertos segmentos puede haber disuadido a los inversores institucionales de apostar por los fondos españoles, teniendo en cuenta que dispone de una capacidad interna de análisis que le permite acceder directamente a los mercados. "Para llegar a categorías de activos que quedan fuera de su capacidad de análisis externaliza la gestión a través de mandatos a medida, que le ofrecen diseños y estrategias singulares, en vez de usar vehículos colectivos, aparte de que otros vehículos accesibles para los fondos ofrecen una elasticidad en precios que los fondos, más pensados para el inversor minorista, no pueden ofrecer", recalca.

Las gestoras internacionales consideran a los fondos de fondos y las bancas privadas como un segmento minorista, puesto que es el cliente final al que se dirigen aunque el intermediario sea una firma de inversión o asesoramiento. Y la inversión de sus clientes institucionales suele rondar el 20% del negocio en España, según la gestora y su nivel de especialización.

En firmas como BlackRock, uno de los gigantes del sector, con 11 billones de dólares de patrimonio, señalan que siempre han prestado una atención muy especial al cliente institucional, ya que "prácticamente la mitad del patrimonio que gestionamos en nombre de nuestros clientes está directamente relacionado con la jubilación y se canaliza a través de este tipo de inversores".

El responsable de una de las grandes gestoras internacionales que operan en España confirma que el escaso desarrollo de los planes de empleo dificulta el crecimiento de los inversores institucionales. "Un sistema tan bancarizado como el español, donde las entidades financieras cruzan operaciones con sus grandes clientes, no es la mejor manera de incentivar su crecimiento y estimular la competencia", apunta.

Para otro de los directivos de una de la mayores gestoras con presencia en el mercado español, existe "muy poca voluntad por parte de las empresas para impulsar los planes de pensiones y por parte del gobierno para fomentar el ahorro. Los planes de empleo público son poco ambiciosos. Y muy pocas compañías grandes tienen planes de empleo y, si los tienen, están dirigidos a los directivos o mediante planes de previsión social, que tienen una rentabilidad mínima".

'Family Offices'

Respecto a los grandes patrimonios, la situación en España también es singular. Según el último estudio global de PwC sobre transacciones y family offices, existen 8.272 family offices en todo el mundo y 166 en España. Es un segmento que las bancas privadas están potenciando, dado el escaso desarrollo que muestra. Los expertos calculan que manejan alrededor de 150.000 millones de euros en el caso de las oficinas de inversión españolas, donde la inversión directa en activos inmobiliarios y alternativos como el private equity es considerable cuando alcanzan un tamaño relevante, como muestra el caso de Amancio Ortega y su patrimonial Pontegadea.

Precisamente la disparidad de volúmenes que manejan los family offices también marca las diferencia con el resto de Europa, donde en el caso de Alemania, por ejemplo, un solo inversor de este tipo puede colocar hasta 200 millones de euros en un solo fondo de inversión, comenta uno de los responsables de gestoras mencionado.

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