
Hace unos meses sucedió algo sorprendente en el mundo del petróleo. Un país que apenas produce crudo y que, hasta la fecha, no había tenido demasiada suerte en la exploración de sus mares y el subsuelo, anunció que había encontrado una de las mayores reservas de petróleo del mundo. El pasado mes de septiembre, las autoridades de Pakistán anunciaron el descubrimiento de una enorme reserva de petróleo y gas (se especula que podría ser la cuarta mayor del mundo) tras años de sondeos y exploración. Esto ha sido más que suficiente, para que su máximo enemigo, en términos geopolíticos, haya acelerado la búsqueda de crudo en las aguas cercanas al hallazgo pakistaní. Así es la gran apuesta de la India para encontrar su tesoro natural, un gran yacimiento de petróleo bajo el mar.
La competencia (a veces la envidia) es uno de los motores de la economía. La 'lucha' por ascender en términos económicos pasa por producir más y mejores bienes y servicios que el vecino. En medio de esta estresante lucha se consigue el progreso económico, tanto a nivel individual (personas o empresas) como colectivo (economías enteras). La India está buscando reducir su dependencia del petróleo exterior y tiene motivos para hacerlo. Por un lado, el país busca lograr una mayor independencia energética y mejorar la balanza por cuenta corriente. Pero no solo eso. Hay estudios que creen que la India podría tener miles de millones de barriles de crudo en su jurisdicción (aguas y tierra) que todavía no están descubiertos.
El hallazgo de Pakistán está dando ese impulso extra para que las autoridades de la India echen el resto en su intento por encontrar petróleo en su territorio. Para entender un poco mejor por qué el descubrimiento de Pakistán 'escuece' en la India, conviene conocer cuál es la relación entre ambas potencias. Una cita del experto en geografía y geopolítica Tim Marshall, rescatada de su último libro, sintetiza muy bien esta relación tan 'especial': "India y Pakistán solo están de acuerdo en una cosa: ninguna quiere a la otra cerca". Todo ello pese a haber formado parte del mismo 'país' o territorio durante siglos.
Las tensiones entre hindúes y musulmanes comenzaron a intensificarse a medida que se desarrollaba el movimiento independentista liderado por figuras como Mahatma Gandhi y Jawaharlal Nehru, del Congreso Nacional Indio, y Muhammad Ali Jinnah, de la Liga Musulmana. La separación de India y Pakistán se decidió en 1947, cuando los británicos, debilitados tras la Segunda Guerra Mundial, planificaron la retirada de su control colonial. A medida que se acercaba la independencia, la Liga Musulmana presionó para la creación de un Estado separado para los musulmanes, argumentando que la coexistencia pacífica con los hindúes sería inviable en un solo país. Esta idea se cristalizó en la teoría de las "dos naciones", que sostenía que los hindúes y los musulmanes eran dos comunidades con diferencias culturales, religiosas y sociales fundamentales que justificaban la existencia de Estados independientes.

Tras negociaciones y tensiones crecientes fue aprobada la partición por los líderes indios y musulmanes en 1947. Pero la partición no acabó con los conflictos ni mucho menos. El petróleo como posible disputa. Estos dos países se han enfrentado en cuatro grandes guerras y protagonizado importantes choques. Las relaciones entre India y Pakistán han sido tensas y marcadas por conflictos territoriales, especialmente por la región de Cachemira, que ambos países reclaman en su totalidad.
Ahora, el petróleo puede suponer un nuevo punto de fricción. Ambos países son importadores netos de crudo y ambos países creen que sus aguas fronterizas pueden tener grandes cantidades de hidrocarburos. La India tiene un potencial petrolero tremendo bajo sus aguas. La cuestión es que la exploración apenas ha comenzado. El ministro de Petróleo indio, Hardeep Singh Puri, ha hecho un llamamiento a las grandes petroleras internacionales para que intensifiquen su participación en la exploración de petróleo y gas en el país para reducir la dependencia de las importaciones y garantizar un suministro sostenible de combustible.
Según Singh Puri, las oportunidades de inversión en el sector de exploración y producción en la India podrían alcanzar los 100.000 millones de dólares para 2030, según recoge el diario Financial Times. Actualmente, solo el 10% de los 3,36 millones de kilómetros cuadrados de cuencas sedimentarias del país están bajo exploración, lo que indica un enorme potencial sin explotar.
El tesoro oculto de la India
De acuerdo con S&P Global Commodity Insights, cuatro cuencas sedimentarias poco exploradas de India, como Mahanadi, el Mar de Andamán, Bengala y Kerala-Konkan, podrían contener hasta 22.000 millones de barriles de petróleo, más de lo que queda en la célebre cuenca Pérmica de Estados Unidos. "En los últimos tres o cuatro años, las empresas de exploración globales se han aventurado cada vez más en áreas fronterizas, en alta mar y en aguas profundas y ultraprofundas en busca de grandes descubrimientos. Los recientes hallazgos de Harbour Energy y Mubadala en la cuenca del norte de Sumatra han convertido al mar de Andamán en un punto focal para la exploración fronteriza", según S&P Global Commodity Insights.
India ya cuenta con descubrimientos importantes en las cuencas Krishna-Godavari, Barmer y Assam, pero la exploración en otras áreas está funcionando con extrema lentitud. En el Golfo de Bengala, la estatal ONGC está desarrollando proyectos de aguas profundas con una inversión superior a los 10.000 millones de dólares. Además, Oil India, otra empresa estatal, está tramitando el inicio de actividades de exploración en Nagaland tras resolver algunas disputas locales que lo impedía, según explican desde el medio especializado oilprice. A diferencia de Pakistán, India no tiene problemas para atraer a las grandes petroleras dada la estrecha relación del país con algunas firmas importantes y con el mundo desarrollado. Pese a todo, el país no logra producir más de 500.000 barriles de crudo por día, una cantidad insuficiente para cubrir su demanda.
La británica BP, por ejemplo, está explorando oportunidades en el país a través de una empresa conjunta con Reliance Industries, que opera estaciones de servicio y participa en la producción de petróleo y gas en la cuenca Krishna-Godavari. Los analistas predicen que India se convertirá en el principal impulsor del crecimiento de la demanda mundial de petróleo, superando a China (que se ha electrificado muy rápido), en el muy corto plazo.
La India consume cada vez más petróleo
Según Emma Richards, analista senior de Fitch Solutions, el papel de China como motor de la demanda global se ha desacelerado en muy poco tiempo, mientras que India se posiciona como líder debido a su creciente población, que probablemente ya ha superado a la de China, y su dependencia continua de los combustibles tradicionales. Parsley Ong, jefe de investigación de energía y químicos de JPMorgan en Asia, señaló que "India estaba destinada a superar a China en términos de ser el principal motor del crecimiento de la demanda global debido a factores demográficos como el crecimiento poblacional". La India ya consume cada día más de 4,5 millones de barriles de petróleo, según Reuters, una cantidad que casi triplica, por ejemplo, el consumo de España. La progresión está siendo rápida y se cree que la India va a ser la economía global en la que más crecerá el consumo de crudo en las próximas décadas.
Aunque en la India avanza en la transición energética, su adopción de vehículos eléctricos y energías limpias está rezagada en comparación con China, lo que asegura una demanda sostenida de combustibles fósiles en los próximos años. Mientras que Pakistán se enfrenta desafíos estructurales para capitalizar sus descubrimientos de hidrocarburos (ha descubierto mucho petróleo, pero tiene dificultades para encontrar empresas que le ayuden a extraerlo), India se posiciona estratégicamente para atraer inversiones internacionales y maximizar el potencial de sus vastos recursos inexplorados.
De modo que aunque Pakistán haya cogido la delantera con su gran descubrimiento de petróleo en septiembre y otros más realizados recientemente, esta competición aún no ha terminado. El músculo económico de la India y su capacidad para atraer inversión puede terminar siendo vital para encontrar los supuestos 22.000 millones de barriles de crudo que esconde su territorio (aguas y tierra). Lo que nadie quiere es que en la búsqueda del 'oro negro' se pueda generar un nuevo conflicto entre los dos enemigos.