
Queda un mes para acabar el año y es la última oportunidad para valorar si conviene hacer cambios en la inversión con el fin de reducir la factura fiscal. Este 2024 es especialmente importante. Este año, en el que muchos activos acumulan importantes ganancias, es el último en que pueden utilizarse las minusvalías sufridas en 2020 con el estallido de la pandemia del Covid-19.
Lo primero que aconsejan los expertos es revisar si quedan pendientes en el IRPF de años anteriores esas pérdidas. "En esos casos deberán realizar un ejercicio de planificación financiera y fiscal para ver si les compensa reembolsar o vender algún otro producto con beneficio y compensarlo con esos rendimientos negativos que tiene pendiente", señalan desde Abante Asesores. La Agencia Tributaria permite aprovecharlos hasta cuatro años después, de ahí que este ejercicio sea el último en el que se puedan compensar los de 2020.
Las pérdidas patrimoniales (en bolsa, en fondos de inversión o incluso criptomonedas) pueden emplearse para reducir las ganancias patrimoniales (que vengan de estos activos, incluyendo otros como los inmuebles) y también sirven para rebajar los rendimientos del capital mobiliario (intereses de cuentas corrientes y depósitos o dividendos, por ejemplo). Al disminuir esas plusvalías y rendimientos lo que se consigue es bajar la factura a pagar a Hacienda; a menos ganancias, menos se tributará por ello.
Si en los últimos años no han podido aprovecharse todas las pérdidas arrastradas y quiere hacerse en la próxima Declaración de la Renta, por fortuna la mayoría de activos arroja ganancias desde enero. Es decir, que puede ser más sencillo en esta ocasión vender obteniendo plusvalías. Los fondos de inversión mixtos moderados, por ejemplo, suman de media un 6,6% de rentabilidad desde enero, según datos de Morningstar, mientras que los principales fondos de gestión activa de bolsa global acumulan un 12% de media. Casi todas las bolsas están en positivo, con el S&P un 25% al alza.
Hay que recordar que en 2020 muchos índices bursátiles lograron contener las pérdidas al cierre de año e incluso Wall Street acabó en verde, pero por el camino sufrieron caídas históricas y muchos pequeños inversores vendieron precisamente en momentos de pánico en medio de la incertidumbre que provocó la pandemia. También la renta fija provocó muchos sustos en las carteras, por lo que ni siquiera se libraron los inversores conservadores –la mayoría en España–. Y tampoco hay que pasar por alto el 2022. Ese año fue bajista en casi todos los mercados, por lo que esas pérdidas pueden también utilizarse si ya no quedan de 2020.
Reglas básicas
Existen algunas reglas para compensar lo que se gana y se pierde. La Agencia Tributaria distingue dos tipos de rentas del ahorro: las ganancias patrimoniales y los rendimientos del capital mobiliario (ver gráfico). Dentro de cada una de estas categorías no hay límites para compensar. Sin embargo, para mezclar las rentas conseguidas de una y otra procedencia hay un máximo, un 25%.

Además, "para poder compensar las ganancias con las pérdidas, debemos cumplir con las normas antiaplicación, que nos dicen que cuando compramos valores cotizados –acciones, títulos de renta fija o fondos de inversión– y los vendemos con pérdidas, no podemos aplicar la compensación si hemos adquirido títulos homogéneos durante los dos meses anteriores o los dos posteriores al momento de dicha venta y en el plazo de un año para los valores no cotizados", recuerda en Abante.
Hay otro punto importante. "Respecto a los rendimientos negativos pendientes de imputar por un fallecido, el Centro Directivo entiende que corresponden únicamente al contribuyente que los ha obtenido, no siendo objeto de transmisión. Los mismos podrán compensarse, total o parcialmente, en la última declaración del fallecido, pero no pueden trasladarse a la del heredero", apuntan los economistas del REAF-CGE.
También ocurre con las plusvalías, aunque en este caso beneficia a los herederos el hecho de que las plusvalías acumuladas por la persona fallecida desaparezcan, ya que esto implica que no se tendrá que tributar por ellas; el valor de adquisición pasa a ser el del momento en el que se reciben.
Los tramos actuales
El año pasado entraron en vigor nuevos tramos en la escala del ahorro. Se continúan aplicando un 19% a los primeros 6.000 euros obtenidos; un 21% hasta los 50.000 euros; 23% hasta los 150.000 euros y, se subió del 26% al 27% para las cuantías hasta 200.000 euros y del 26% al 28% para aquellas superiores a los 300.000 euros. No hay ningún cambio para la Declaración de 2024, aunque de cara a 2025 sí está pendiente otra subida en la parte más elevada.