
Este 2024 no será recordado en absoluto por Françoise Bettencourt, la segunda mujer más rica del mundo tras Alice Walton (Walmart) y que en su día fue la número uno en esta categoría. La heredera del imperio L'Òreal, que a finales de año acumuló la friolera de 100.000 millones de dólares, lleva perdidos 24.000 millones en lo que va de año, en parte por la marcada desaceleración en China, situando su fortuna en los 76.000 millones, según el índice de multimillonarios de Bloomberg. Peor está Bernard Arnault, el hombre detrás de LVMH, que lleva unos 40.000 millones en pérdidas. Sin duda, no corren buenos tiempos para las grandes fortunas francesas.
A pesar de disminuir su patrimonio, Bettencourt está decidida a dar un giro a su fortuna con inversiones en empresas francesas a través de la empresa familiar Téthys Invest. La firma es propiedad de una entidad homónima, Téthys , también el mayor accionista de L'Óréal. Por lo tanto, las inversiones se financian en parte con los dividendos de la empresa de cosméticos. Estas inversiones van desde el cuidado de mascotas hasta la moda. Algunas de las participaciones de la firma están en la empresa francesa de software Septeo SAS, el minorista Sezane y el proveedor de educación Galileo Global Education.
Con esto, la entidad dirigida por Bettencourt Meyers está expandiendo activamente sus inversiones, con un aumento del 26% en el número de operaciones este año que comprenden una cartera de al menos 10 empresas. El clan Bettencourt Meyers también invierte en el operador hospitalario privado francés Elsan y en la empresa de diagnóstico médico Sebia , así como en la empresa de protección de cultivos M2i y en la empresa de biotecnología HTL Biotechnology.
Actualmente, Bettencourt posee una participación próxima al 35% en el imperio de productos de belleza fundado por su abuelo en 1909. Más de un siglo después, L'Òreal se ha convertido en una marca global, con las conocidas Maybelline y Garnier a su cargo. Con un valor de mercado que alcanza los 185.000 millones de dólares, su actividad se extiende a productos de consumo, profesionales, dermatológicos y de lujo. Desde entonces, la empresa de cosméticos ha tropezado debido a la renuencia a gastar durante la pandemia y a un lento camino hacia la recuperación posterior.
¿Es el momento de invertir en activos franceses?
Según François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel Asset Management, "Francia se enfrenta actualmente a una crisis política como pocas veces se ha vivido bajo la V República y a una situación económica igualmente preocupante". Desde el anuncio de la disolución de la Asamblea Nacional el pasado mes de junio, los activos franceses han registrado un rendimiento significativamente inferior al de sus homólogos europeos.
Actualmente, "creemos que existe una probabilidad del 50% de que el Gobierno de Barnier pueda caer. Los bancos de inversión parecen algo más optimistas, con una probabilidad media en torno al 30%. En este escenario, parece probable que el diferencial del OAT frente al Bund a 10 años aumente inicialmente hasta los 95-100 puntos básicos (pb) y que la renta variable francesa obtenga una rentabilidad inferior a la de otros índices europeos de entre el 2% y el 3%", recuerda.
"Como se puede ver, hoy seguimos siendo muy prudentes con los activos franceses. Los retos a los que se enfrenta la economía francesa son vertiginosos: envejecimiento de la población, endeudamiento, falta de productividad, etc., sin olvidar que estos problemas están presentes en la mayoría de las economías europeas y que la situación geopolítica es, como mínimo, inestable", puntualiza.
Sin duda, se avecinan tiempos inciertos para Francia, probablemente negativos para las perspectivas de crecimiento, con escasas posibilidades de estabilización antes de las elecciones de julio. En este contexto, las agencias de rating serían lógicamente severas con Francia y muy probablemente rebajarían su calificación.