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El segundo y último recorte de la Reserva Federal del 2024 sitúa al bono de Estados Unidos en el 4,3%

  • Los expertos moderan los ajustes en 2025 a solo 75 puntos básicos
  • El mercado espera que la deuda de EEUU a diez años cierre el 2025 en el 3,66% de media
Jerome Powell, presidente de la Fed. Reuters

El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca traerá consecuencias para la evolución de los datos macroeconómicos y condiciona, a su vez, los planes de la Reserva Federal de EEUU. El recorte de 25 puntos básicos que ejecutó esta semana Jerome Powell estaba más que descontado por el mercado con independencia de quién ganase las elecciones de Estados Unidos. Pero, a partir de aquí, las expectativas de dónde estará la referencia del precio del dólar se han vuelto más volátiles aún.

Todo apunta a que los tipos en Estados Unidos saltarán al año que viene en el 4,75% actual, según los instrumentos financieros swaps OIS (Overnight Index Swaps, utilizados como cobertura ante los cambios de tasas de interés a corto plazo y para proyectar dónde estarán las referencias de los bancos centrales en el corto y medio plazo). "No haría falta mucho en los próximos datos de inflación para poner en pausa a la Reserva Federal en diciembre", comentó el analista jefe de AXA IM, Gilles Moëc. También se ha movido la flexibilización prevista por el mercado de cara al 2025. Si al cierre de la semana pasada se esperaban hasta 125 puntos básicos menos para diciembre de 2025 (incluyendo el ajuste de este jueves), ahora se proyecta que los tipos cerrarán el año que viene en el 4%. Es decir, 25 puntos básicos por encima de lo previsto al cerrar la semana pasada.

Desde un primer momento, se descontó que las políticas de Donald Trump traerían más inflación a la economía estadounidense. El mayor ejemplo sería una guerra arancelaria con países como China similar o mayor a la vista durante el anterior mandato del magnate republicano. Y es que la Reserva Federal de EEUU se encuentra con un riesgo de precios al alza cuando todavía no ha alcanzado su objetivo de contener la inflación (IPC general) en el 2%. Todo esto provocó el vaivén en el mercado secundario de deuda con la rentabilidad de los bonos soberanos de nuevo al alza. Es decir, los precios de los bonos caen cuando la teoría diría que, en época de recortes de tipos de interés, los precios deberían subir y dar beneficios a los inversores.

Pero esto no es lo que ocurrió hasta la fecha. El rendimiento de los bonos soberanos repuntó en la práctica mayoría de la curva y, en particular, a partir de los vencimientos más allá de los dos años. Como ejemplo, el bono de EEUU a diez años superó el 4,4% esta semana cuando en septiembre cayó bajo el 3,6%. Finalmente, cerró esta semana bajo el 4,3%. "La reacción de la renta fija fue positiva a los cambios de la Fed, provocando una pausa en la tendencia al alza de los rendimientos visto en el último mes", explica el director de estrategias de Muzinich & Co, Erick Muller.

Ahora, la expectativa del consenso de mercado que recoge Bloomberg modera la rentabilidad de los títulos de deuda de cara al 2025. Por ahora, existe una clara diferencia entre la rentabilidad actual del bono de EEUU a diez años (en el 4,27%) y lo que se espera de media para el cuarto trimestre del 2024, que está en el 3,89%. El diferencial es superior a los 40 puntos que si no se cierra implicaría un entorno de tipos más altos de lo que espera el mercado a día de hoy. "En un escenario en el que Trump gobierna con el control de las cámaras, prevemos que se produzca un fuerte repunte de los tipos y de las rentabilidades, de manera que no sería adecuado tener mucha duración porque se pueden producir pérdidas", comentaron expertos de deuda de HSBC.

Según avance el 2025 el retorno esperado por estos títulos de deuda pública vería, a su vez, un descenso también más moderado en su rendimiento dado que se espera que cierre dicho año en el 3,66% de rentabilidad (casi 70 puntos básicos de diferencia respecto a los niveles actuales en el mercado secundario). Es decir, la expectativa del mercado de dónde estarán los tipos de interés en Estados Unidos está alineada con la evolución que se espera en los bonos soberanos.

Este nuevo entorno más inflacionista con el IPC estadounidense aún sobre el 2% también afecta a las estrategias de gestores y bancos de inversión, en particular a la hora de determinar en qué duraciones de la deuda se encuentran las mejores oportunidades para el inversor. "Todavía nos abstendríamos de extender la duración excesivamente. Si bien los niveles actuales ofrecen oportunidades para que los inversores reduzcan gradualmente los riesgos de reinversión, no hay necesidad de utilizar vencimientos muy largos para hacerlo", comentan desde el banco privado suizo Julius Baer.

Otro ejemplo es el de la firma Buy & Hold. El consejero delegado y gestor de renta fija en la firma, Rafael Valera, considera que no es el momento de cambiar la estrategia, como han hecho desde la firma. "No vemos que el tomar más riesgo de duración esté suficientemente recompensado en este momento, sino más bien todo lo contrario", comenta Varela. Desde Buy & Hold explican que su fondo más conservador con grado de inversión tiene una duración cercana a los dos años con una rentabilidad próxima al 4% mientras que su fondo insignia, a 3,3 años, ofrece ganancias de más del 6%. Es decir, prefieren incrementar la calidad crediticia de las carteras y su diversificación pero no no la duración.

Lagarde separa su camino de Powell

El mercado de deuda europeo también estuvo condicionado por las elecciones en Estados Unidos y su resultado. De hecho, la eurozona puede ser víctima de los aranceles que podría plantear Trump en los próximos cuatro años. Sin embargo, las proyecciones del mercado de dónde estarán los tipos de interés en la eurozona en 2025 no se han moderado como en el caso estadounidense. Los swaps OIS situarían el tipo de facilidad de depósito del BCE en el 2% en septiembre del año que viene.

Serían 125 puntos básicos de recortes con la posibilidad de asistir incluso a un recorte de 150 puntos, según Bloomberg, que no se barajaban en la eurozona antes de las elecciones de Estados Unidos. Con todo, el bono alemán a diez años se sitúa bajo el 2,4% y el español con el mismo vencimiento en el 3,1% de nuevo.

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