
Amaury D'Orsay, director de Renta Fija de la gestora francesa Amundi, atiende a elEconomista.es en una semana clave para los mercados, marcada por la victoria de Donald Trump en las presidenciales estadounidenses y por la reunión de la Reserva Federal, que se saldó sin sorpresas, con un segundo recorte de los tipos de interés, éste por 25 puntos básicos.
El rendimiento del bono americano a 10 años se sitúa actualmente cerca del 4,3%, después de haber caído por precio más de un 4% este año. ¿Estamos ante una oportunidad histórica para entrar?
Depende de tu horizonte temporal. Tácticamente, en un horizonte de corto plazo, sí, es una buena oportunidad para comprar bonos del Tesoro de EEUU a 10 años. Existen riesgos en torno al T-Note, como la política fiscal, el déficit, algún tipo de presión inflacionaria a más largo plazo... Pero, a corto plazo, creo que es un buen punto de entrada.
¿Cree que el rendimiento de este activo llegará al 5% en algún momento?
En los próximos seis meses no, ese no es mi escenario principal. Desde el 4,50% que ha alcanzado, veo una probabilidad mucho mayor de que se vaya al 4% que al 5%. [...] Hay algunas certezas. La Reserva Federal y el BCE están aplicando recortes para normalizar la curva de tipos y seguirán haciéndolo. Eso es una certeza. Pero en la política fiscal hay más incertidumbre. La pregunta es: ¿en el 4,50% están esas incertidumbres ya puestas en precio de forma suficiente? Esos riesgos ya existían hace mes y medio, con el bono al 3,75%, pero el mercado no los valoraba bien. Al 4,50% están bien puestas en precio y es una oportunidad para que los inversores asuman ese riesgo.
Tras el recorte de 25 puntos básicos por parte de la Fed este jueves, ¿cuántas bajadas prevé para lo que queda de año y para 2025?
Esperamos otro recorte en diciembre, y de cara a 2025 tenemos unas mayores expectativas que el mercado, ya que creemos que el tipo terminal podría bajar hasta el 3%.
"Tras la victoria de Trump, los bonos vinculados a la inflación son una muy buena oportunidad"
En deuda corporativa, ¿qué tipo de bonos prefiere, grado de inversión o 'high yield'?
Nos hemos decantado por el grado de inversión durante los últimos dos años y todavía lo preferimos. La primera razón para ello -más allá del carry adicional frente a la deuda pública- es que el balance de las grandes corporaciones se encuentran históricamente en una muy buena situación. La segunda razón es que estamos iniciando un ciclo de bajadas de tipos en el que se beneficiarán de un mejor entorno monetario. Además de esto, hay otro gran aspecto positivo que tiene que ver con la oferta y la demanda. En los dos últimos años, los inversores minoristas, que estaban fuera del mercado de renta fija debido al entorno de tipos negativos, han regresado con fuerza a él. Y han vuelto comprando crédito, no bonos gubernamentales. Esto ha cambiado profundamente la dinámica en el mercado del crédito, al haber una fuerte demanda pero no más oferta. Y no vemos que esta dinámica vaya a desvanecerse por el momento. Todo esto nos empuja a mantener una postura muy positiva sobre los emisores de grado de inversión y el crédito.
¿Qué otros motivos tiene a su favor la renta fija en este momento?
En este nivel de tipos, el rendimiento de los dividendos en EEUU es inferior al del bono Tesoro a 10 años. Esto no lo habíamos visto en 20 años. Es realmente importante. Por otro lado, cuando la inflación se disparó de forma repetina y abrupta en 2022, la renta fija no desempeñó su papel de diversificación, como solía hacer en la asignación de cartera clásica. Y creo que ahora este activo volverá a jugar ese rol en las carteras equilibradas, y que volveremos al esquema básico de asignación 40/60.
"El inversor minorista, que estaba fuera de la renta fija, ha vuelto y lo ha hecho comprando bonos corporativos, no del Tesoro"
¿Qué tipo de bonos son más vulnerables a la victoria de Donald Trump en las elecciones en EEUU?
Hay un tipo de bono que nos gusta mucho y que la victoria de Trump está resaltando aún más: los bonos vinculados a la inflación. A día de hoy, el mercado no le está dando mucha más importancia a la inflación que en los últimos años, a pesar de que en este momento hay más riesgos de presión inflacionaria a largo plazo, relacionados con la transición energética, la demografía, la desglobalización... La victoria de Trump añade aún más razones para ver una mayor inflación, ya que son muchas las cuestiones estructurales que están cambiando y el mercado no las está recogiendo en su totalidad. Por todo esto creemos que los bonos de inflación son una muy buena oportunidad.
Entre los emisores, ¿qué sectores le parecen más atractivos en este momento?
Nos interesa mucho el sector financiero desde hace dos años. Ha funcionado bastante bien tanto en la parte de crédito como en equity, pero nos sigue gustando mucho, especialmente en lo que respecta a los bonos. ¿Y más allá de los bancos?Teniendo en cuenta nuestra fuerte sobreponderación en el sector financiero, estamos, de forma natural, infraponderados en otros sectores. Pero nos gustan, por ejemplo, las telecos, que actualmente tienen menos necesidad de capex y creemos que pueden hacerlo mejor que el mercado.
¿Qué sectores conviene evitar en este momento en las carteras de deuda?
No evitamos ninguno en concreto, pero sí somos cautos en sectores como el químico, por ejemplo, el retail o el del automóvil, porque los vientos de cara son bastante fuertes. Aún así, dependiendo de la valoración, es posible que invirtamos en empresas de estas industrias.
¿Hay oportunidades en los emergentes?
Recientemente hemos aumentado un poco nuestra exposición a estos mercados, sobre todo en soberanos.
¿De qué países?
Egipto, Arabia Saudí... Los bonos emergentes están bastante baratos en general y en países como estos encontramos valor.