
La ciudadanía de Estados Unidos está llamada este martes a las urnas para escoger al próximo presidente del país. El resultado, que dará la victoria a Kamala Harris o a Donald Trump, previsiblemente, marcará el inicio de una nueva etapa que tendrá sus consecuencias para la bolsa estadounidense, pero también para el resto de mercados financieros por la influencia del Wall Street más allá de Estados Unidos. Así, la renta variable da por concluido el periodo alcista de Joe Biden, superior al 50% en estos cuatro años, que lleva al índice S&P 500 a registrar nuevos máximos históricos en los 5.864,7 puntos y a cotizar con una prima del 26% sobre su multiplicador por beneficios medio del milenio.
La herencia que recibirá el 47º presidente de Estados Unidos de América traerá consigo una bolsa a un 2,7% de subida de sus máximos históricos y un S&P 500 con un PER (veces que el beneficio neto queda recogido en el precio de cotización del conjunto de compañías del índice) en las 24,2 veces. Es decir, cotiza caro en comparación con el multiplicador medio de este selectivo en lo que va de siglo que se sitúa en las 19,2 veces. También desde que hay registro de este indicador, según Bloomberg que recoge datos desde 1991, con un PER en las 19 veces.
Sin un vencedor claro tras este 5 de noviembre, ya que las últimas encuestas dejan a Harris y a Trump en un empate técnico a las puertas de la apertura de urnas, las políticas del sucesor de Joe Biden determinarán el futuro de la bolsa estadounidense por lo dispares que son las propuestas republicanas y demócratas que favorecen a activos diferentes. "A pocas horas de las elecciones, la incertidumbre sobre el resultado es enorme. Por lo tanto, la gama de resultados en términos de política fiscal y comercial sigue siendo amplia", explica Thomas Hempell, analista de mercado de Generali AM.
Sin embargo, la presidencia de Biden no supone una legislatura histórica para el principal índice de Wall Street. El S&P 500 avanza un 11,5% anualizado desde que el demócrata tomara posesión de su cargo (un 49,1% en cuatro años) pero sería el segundo peor periodo para este selectivo de las once últimas legislaturas y siete presidentes diferentes. De hecho, la gran referencia de la bolsa de Estados Unidos solo lo hizo peor con los ocho años de George W. Bush, cuando el S&P 500 se dejó un 34%, mientras que fue con la presidencia de Bill Clinton cuando Wall Street encadenó su mejor racha, que implicó subir más de un 200%. En la etapa de Clinton, entre 1993 y 2021, se produjo a su vez una etapa de superávit (PIB frente a deuda pública) durante tres años consecutivos (1998-2000).
No obstante, la política estadounidense no es el único elemento en dejar su huella en los mercados. Como ejemplo, el desplome de la bolsa de la crisis de Lehman Brothers se dio en los últimos pasos de la legislatura de George W. Bush, mientras que la presidencia de Donald Trump albergó la caída por la pandemia, pero también la mayor parte del rally bursátil de la recuperación posterior.

La presidencia de Joe Biden estuvo marcada por la implementación de estímulos fiscales enfocados en mantener a flote a la economía estadounidense tras el efecto de la pandemia del coronavirus. Esto, junto a un entorno de tipos de interés bajos y la compra de deuda soberana por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, se tradujo en un entorno más favorable para la renta variable. No obstante, los retos también estuvieron presentes desde que Biden tomó posesión de su cargo ante el pueblo estadounidense, el 20 de enero de 2021 (los presidentes de Estados Unidos juran el cargo en esta fecha). La inflación se disparó y el mercado laboral del país mostró su fortaleza por los mismos incentivos que permitieron la recuperación tras el Covid. Y la tensión geopolítica global también trajo la volatilidad a los mercados en la etapa final de su mandato.
Con todo, el consenso de mercado que recoge Bloomberg espera que el S&P 500 cierre el 2024 con un PER en las 24 veces, similar al visto a precios actuales y un beneficio por acción de 238,2 dólares: el más alto de la etapa Biden y un 9,7% por encima de lo visto en 2023. Asimismo, y a la espera de qué deparará con el nombre ganador, las firmas de análisis auguran un potencial del 11,7% hasta los 5.730 puntos de precio objetivo.
La actual volatilidad del mercado es otro de los aspectos que acompañará al próximo dirigente al frente de la Casa Blanca. Del mismo modo, la Reserva Federal de Estados Unidos también se pronunciará esta semana, puede que antes incluso de tener el resultado definitivo a las elecciones presidenciales de este martes. Por otra parte, una victoria republicana también traería consecuencias a la política monetaria europea. "Todos los factores conducen a la misma recomendación política para Europa si gana Trump: eliminar las restricciones monetarias más rápido", comentó el economista jefe de Axa IM, Gilles Moëc.
A priori, se descuenta que una victoria demócrata (no solo de la presidencia sino con mayoría del Congreso) beneficiaría más a sectores como el de energías renovables, las compañías de salud o las de consumo discrecional de la bolsa estadounidense. Por contra, una victoria republicana sería más favorable para sectores como el de telecomunicaciones, energía o al financiero si Donald Trump cumple con lo prometido en campaña.
Wall Street durante la campaña electoral
Los últimos seis meses, en los que la campaña electoral en Estados Unidos estuvo en su máximo apogeo, el S&P 500 ha subido un 10,6%. Seis meses en los que Wall Street encontró repentinos ajustes al alza y a la baja tanto por eventos políticos, datos macroeconómicos, geopolítica y el incipiente recorte de tipos de interés. Y, sin embargo, el último semestre se traduce como el tercero más favorable para la bolsa de Wall Street en periodo electoral, solo por detrás de las elecciones que ganó Joe Biden (el 3 de noviembre de 2020) y las de Ronald Reagan de 1980. En ambos casos, las alzas fueron superiores al 20%.
A priori, los expertos barajaron en todo momento que un empate entra ambos candidatos era uno de los escenarios que añadiría mayor volatilidad a los mercados financieros. Esto se mantuvo cuando Biden se retiró en favor de Kamala Harris, cuando las encuestas dieron mayor probabilidad a una victoria demócrata, pero también cuando Trump recortó la diferencia hasta la actualidad. Del mismo modo, los seis meses posteriores a las elecciones traen consigo alzas en el 80% de los casos en las últimas once elecciones.