
La eurozona encara la recta final del año con una ralentización del crecimiento económico pero sin entrar en una recesión, según el economista jefe para la eurozona de HSBC, Fabio Balboni. A las puertas de la reunión del Banco Central Europeo de esta semana, el experto del banco de inversión considera que un recorte de 25 puntos básicos es la opción más probable en esta ocasión, mientras que fija el tipo neutral de referencia en la zona euro en el 2,25% para abril del año que viene por un IPC general que ya se sitúa bajo el 2% pero con una inflación subyacente aún elevada.
Pregunta. El consenso de expertos prevé un recorte de 25 puntos básicos por parte del Banco Central Europeo (BCE), ¿podría llegar uno mayor este jueves?
Respuesta. No lo creo, la opción de un recorte de 25 puntos básicos es la más probable. Un recorte de 50 puntos básicos no sería necesario porque la bajada de la inflación, el IPC general, está ya por debajo del 2% por primera vez en tres años. Esto permite al BCE ayudar a la economía, pero también saben, como sabemos nosotros, que la inflación no ha sido vencida todavía porque la inflación subyacente sigue siendo alta. Por eso no nos esperamos una bajada muy brusca ni una senda de bajadas muy larga.
¿Dónde podría dejar entonces el tipo neutral el BCE?
Nuestras estimaciones apuntan a que el BCE pararía en abril del año que viene en el 2,25% para la referencia de la tasa de depósito [actualmente está en el 3,5%]. Es decir, no creemos que el tipo terminal se vaya a acercar a niveles como los vistos anteriormente, en el cero.
Entonces, ¿habría un diferencial elevado frente a la Reserva Federal de Estados Unidos durante buena parte del 2025?
Sí. En nuestra opinión hay un gap bastante grande entre Estados Unidos y la zona euro. ¿Por qué? Porque tenemos una diferencia muy importante en la inversión, en la economía... La inversión en EEUU casi se ha doblado desde la crisis financiera. En la zona euro es más o menos el 20%. Esto quiere decir más productividad. La economía de EEUU es capaz de generar crecimiento con unos tipos más elevados porque se ha invertido mucho más y es mucho más productivo. En la eurozona tenemos necesidad de inversión por la transición energética, por el cambio demográfico... Todo esto lo vemos muy difícil con el tipo neutral fuera del 2% o 2,5%. Por eso creemos que existirá un gap estructural entre los principales bancos centrales una vez detengan sus recortes de tipos.
¿Cómo puede afectar esto al mercado financiero europeo?
Puede afectar, por ejemplo, en el tipo de cambio. Creemos que el dólar seguirá mostrando su fortaleza y que podría subir hasta los 1,05 dólares al cambio con el euro. Con la renta variable, en nuestra opinión, existe un riesgo porque el mercado está descontando un escenario bastante positivo, en el sentido de que descuentan una bajada de tipos muy agresiva y al mismo tiempo un escenario macroeconómico positivo. Por lo tanto, existe un riesgo de que podría verse una corrección de activos.
¿Cómo sería esto por sectores?
Hay algunos que podrían sufrir más, como el financiero, que se aprovechó de las subidas de tipos. Por contra, se presenta un mejor momento en sectores donde debería haber más inversión como el de infraestructura, transición de la energía, digitalización... Esto es por virtud, pero por necesidad también porque se ha gastado poco del plan de recuperación europeo. Hasta 2026 hay que gastar otros 650.000 millones. También el sector de defensa podría verse favorecido por el contexto actual.
¿Por qué las pequeñas compañías cotizadas no están viéndose beneficiadas de un contexto de tipos a la baja?
Es que las condiciones financieras son más duras de lo que teníamos antes de la pandemia. Los tipos están más altos de lo que las empresas están acostumbradas y mientras que la demanda no ha sido tan positiva, se está viendo una subida del costo del trabajo bastante importante.
¿Puede una recuperación en China exportar inflación a Europa?
Más bien lo contrario. Podría exportar desinflación. Las políticas de China son para subvencionar las exportaciones de coches eléctricos, por ejemplo. Entonces hay un riesgo de ver una ola desinflacionista. Pero la pregunta es cómo va a responder Europa. Se habla de aranceles, de proteger a las empresas europeas... Ya se está hablando de esto, de volvernos más proteccionistas. Va a ser un contexto futuro de menos globalización, en general. Además, China está en un proceso de desapalancamiento doméstico. Ha tenido una burbuja inmobiliaria muy grande y esto está afectado a la demanda privada de las familias. El consumo del país crece muy poco y las políticas fiscales de estímulos chinos está más enfocado a estabilizar la demanda doméstica y no para favorecer las exportaciones alemanas.
¿En qué punto se encuentra la zona euro de cara al tercer trimestre del 2024?
Seguimos viendo crecimiento positivo, no esperamos una recesión. Pero los últimos datos han sido más negativos. Hemos visto una ralentización en el sector servicios en la zona euro después de una temporada turística muy buena. Por eso creemos que el BCE puede acelerar un poco su flexibilización de la política monetaria, porque los factores negativos que hemos visto vienen más del lado de la demanda. De hecho, hemos revisado a la baja nuestra expectativa de crecimiento de cara al 2025 del 1,3% al 1%.
¿Cuáles son los factores de riesgo en la eurozona que pueden afectar a la economía?
Estamos viendo un crecimiento muy diferente por países europeos. Tenemos países más ligados al sector manufacturero como Alemania, donde el 25% del PIB llega de este grupo, que se ven afectados porque el sector no se está portando bien. Después hay países como Francia donde el sector servicios se enfoca a las empresas. Si estas no aportan, perjudican por extensión al sector servicios. Y luego están los países como España o Portugal donde los servicios seguirán aportando al crecimiento. Así que, en segundo término, detectamos que la recuperación salarial llega ahora en muchos casos como consecuencia de que la inflación se traslada a los salarios.
¿Pueden las políticas fiscales de los diferentes países europeos suponer un problema para el mercado de deuda?
Después de años de expansión fiscal debería llegar un poco de consolidamiento y esto ralentizará al crecimiento y permitirá al BCE ser algo más agresivo. Pero, de nuevo, tenemos mucha diferencia entre países. No todos han salido igual de la crisis. Hay desafíos como en Francia, donde sabemos que tendrá un déficit del 5% según las estimaciones del Gobierno que nosotros pensamos que podría ser más elevado. En nuestra opinión, el BCE seguirá siendo agresivo del lado del QT [Quantitative Tightening, ajuste en el balance del banco central, que implica comprar menos deuda soberana o dejar que vayan venciendo los títulos europeos para reducir el dinero en circulación] con estos niveles de déficit elevados en un contexto de menor liquidez que claramente aumenta la necesidad del mercado privado de absorber deuda pública. Creo que se va a hablar mucho más de deuda pública europea y de cómo poder utilizar esta deuda. No como se hizo con el Next Generation para ayudar a España e Italia, sino para ayudar más a Europa en su conjunto.