
El mercado de petróleo está viviendo un auténtico rally semanal. Los futuros de crudo acumulan una subida del 8% en los que va de semana, impulsados por la elevada tensión en Oriente Medio. El ataque de Irán con misiles balísticos sobre Israel disparó el precio del crudo a principios de semana, alejando al Brent de los 70 dólares. Este jueves, Joe Biden, presidente de EEUU, admitió que las instalaciones petroleras de Irán podían ser un objetivo, lo que terminó de disparar el precio del crudo hasta la zona de los 78 dólares por barril en los que cotiza este viernes. Irán produce más de tres millones de barriles cada día, cuenta con instalaciones petroleras muy importantes a nivel global y además tiene un control parcial sobre la arteria global más importante para el comercio de petróleo, el Estrecho de Ormuz. De modo que su influencia sobre el mercado de crudo puede hacerse notar, aunque sea de forma temporal.
La amenaza real sobre las instalaciones y yacimientos de petróleo iraní está poniendo el mercado patas arriba. El crudo sumaba varias semanas de descensos intensos, provocados por la debilidad de la demanda en China y la fortaleza de la oferta fuera de la OPEP (EEUU, Canadá o Guyana están produciendo crudo en niveles históricos). Sin embargo, la posibilidad de una guerra entre Irán e Israel ha provocado un giro dramático en el precio del petróleo. Este giro ha cobrado aún más fuerza cuando se ha admitido que las instalaciones iraníes son objetivos plausibles en el plan de EEUU e Israel.
Las especulaciones se desataron tras unas crípticas declaraciones del presidente saliente de EEUU, Joe Biden este jueves. En medio del ruido de las hélices del helicóptero, un periodista le preguntó a Biden: "¿Apoyará usted que Israel ataque las instalaciones petroleras de Irán?", a lo que el mandatario respondió: "Estamos discutiendo eso". Aunque el mandatario quiso calmar después los ánimos diciendo que "no va a pasar nada hoy", la duda ya estaba sembrada. "Hay muchas cosas que pueden atacar, y podrán hacerlo todo con gran efectividad. Irán no podrá detenerlos", ha reconocido a la CNBC un ex oficial militar estadounidense de alto rango con experiencia en la región.
Aunque el petróleo de Irán se encuentra bajo sanciones, países como China o la India compran cientos de miles de petróleo iraní cada día. Esto supone un alivio para los mercados, puesto que ese petróleo sancionado sigue fluyendo. El crudo sancionado que compra China deja 'libre' otros crudos que quedan en el mercado para otros países o regiones. Si se taponan o destruyen las instalaciones petroleras más importantes de Irán, el mundo podría enfrentarse a una escasez de petróleo, lo que podría provocar un colapso temporal de los precios, según los expertos. El colapso sería temporal, porque otros países como Arabia Saudí cuentan, en principio, con una capacidad ociosa de producción que ayudaría a aliviar esta escasez. Ni el anuncio de la reapertura de los grandes campos de crudo en Libia ha logrado calmar la subida del precio del 'oro negro'.
Lista de los puntos críticos para el petróleo
-Isla de Kharg: con una superficie de tan solo 24 kilómetros cuadrados, esta isleta situada en el golfo Pérsico, a 25 kilómetros al sur de la costa de Irán y a 483 km al noroeste del estrecho de Ormuz, es el nudo gordiano del petróleo iraní, ya que en torno al 95% de las exportaciones del país pasan por ella. Kharg tiene la capacidad (con sus infraestructuras) de manejar hasta 7 millones de barriles de crudo por día, según publica la Agencia de la Información Energética de EEUU en una nota.

La infraestructura de Kharg incluye tanques de almacenamiento de gran capacidad y terminales capaces de manejar buques de gran tamaño, incluidos los superpetroleros (VLCC, por sus siglas en inglés). Esto convierte a Kharg en un eje fundamental para las exportaciones, ya que Irán es uno de los países con las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo.
La relevancia de Kharg no solo radica en su capacidad de almacenamiento, sino también en su posición geográfica. La isla se encuentra cerca de los estrechos de Ormuz, una de las vías marítimas más importantes para el transporte de petróleo en el mundo. Alrededor de un tercio de todo el petróleo comercializado globalmente pasa por este estrecho, lo que le otorga a Irán, y a Kharg específicamente, una influencia considerable sobre las rutas energéticas globales. Cualquier interrupción en las operaciones de la isla de Kharg o en el estrecho de Ormuz podría tener consecuencias severas en los precios globales del petróleo, como se ha observado en varios incidentes a lo largo de los años.
-El Estrecho de Ormuz: esta arteria crítica para el crudo está situada entre Omán e Irán, conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y el Mar Arábigo. Es sin duda la arteria petrolera más importante del mundo, puesto que grandes volúmenes de petróleo fluyen a través del estrecho. En 2023, su flujo de petróleo promedió alrededor 21 millones de barriles por día (b/d), o el equivalente a aproximadamente el 21% del consumo mundial de líquidos derivados del petróleo. En el primer semestre de 2023, los flujos totales de petróleo a través del Estrecho de Ormuz han sufrido algunos cambios por los constantes ataques de los hutíes, pero fuentes de la industria aseguran que la normalidad está volviendo a imponerse y que los flujos están recuperando la estabilidad.
Entre 2020 y 2023, los volúmenes de petróleo crudo, condensado y productos derivados del petróleo que transitaron por el Estrecho de Ormuz se incrementaron en unos 2,4 millones de barriles diarios, gracias a que la demanda de petróleo se recuperó después de la crisis económica provocada por la pandemia del covid. Los flujos a través del Estrecho de Ormuz en 2022 y el primer semestre de 2023 representaron más de una cuarta parte del total de petróleo comercializado por vía marítima a nivel mundial. Además, alrededor de una quinta parte del comercio mundial de gas natural licuado también pasó por el Estrecho de Ormuz en 2022, según el informe del Departamento de Energía de EEUU.
Otros puntos clave para el crudo iraní
Con permiso de la trascendencia y simbolismo de la isla de Kherg y del Estrecho de Ormuz, la realidad inapelable es que Irán cuenta con uno de los mayores sectores de refinado de Oriente Próximo, con unos 2,4 millones de b/d de capacidad en 2023 repartidos en 10 centros principales, con cuatro de ellos destacando en las cifras de producción que recoge S&P Global Commodities:

-El proyecto Persian Gulf Star, ubicado también, en Bandar Abbas tiene alrededor de 399.000 b/d de capacidad de división de condensado. Finalizada en 2018, la planta Persian Gulf Star es la fuente nacional de gasolina más reciente e importante de Irán, y representará alrededor del 40% de las necesidades del país en 2023.
Una mayor capacidad de procesamiento para producir productos petrolíferos más ligeros, como la gasolina, permitió a Irán aumentar sustancialmente su producción de gasolina y ser autosuficiente en todos los productos petrolíferos en 2019. Un ataque a una instalación de este tipo probablemente causaría trastornos económicos para Irán, que ya está luchando por gestionar una economía en problemas presionada por años de sanciones estadounidenses e internacionales.
-La refinería de Isfahan, con una producción de 370.000 barriles diarios. Está considerada como la primera refinería del país en cuanto a variedad de producción de productos petrolíferos. El diseño inicial y la construcción de esta refinería se realizaron con la participación de dos empresas conjuntas estadounidenses y alemanas llamadas Fleur y Thyssen entre 1954 y 1957, y antes de la victoria de la revolución islámica a finales de los 70, se había completado el 90% de sus obras de construcción. Inmediatamente después de la revolución, con los esfuerzos de los expertos y empleados nacionales, la refinería se completó y se puso en marcha sin la presencia de ninguna operadora extranjera en febrero de 2018.
-La de Abadan, con 360.000 barriles diarios. Construida por la Anglo-Persian Oil Company (más tarde BP) en base a un contrato de arrendamiento obtenido en 1909, se terminó en 1912 como terminal de un oleoducto y fue una de las mayores refinerías de petróleo del mundo. En 1927, las exportaciones de petróleo de Abadán ascendieron a casi 4,5 millones de toneladas. Su nacionalización llegó en 1951 sucedida de una importante crisis política. La planta fue destruida en gran parte en septiembre de 1980 por Irak en el marco de la prolongada guerra de ocho años que mantuvieron ambas naciones. Llegó a tener una capacidad de 635.000 barriles diarios en 1980.
-La de Bandar Abbas, de 320.000 barriles diarios. La refinería, conocida como la número 8 del enclave, se concibió en la década de 1960 primando la ubicación de Bandar Abbas, estratégicamente situada cerca del Golfo Pérsico, por su acceso en aguas profundas y su proximidad a las reservas de crudo. Una asociación entre Snamprogetti y Chiyoda Corporation llevó a cabo la construcción de la refinería, en la que la empresa italiana se encargó de la ingeniería, las adquisiciones y la supervisión del proyecto. La planta ocupa una superficie de siete kilómetros cuadrados y procesa crudo pesado junto con condensado transportado desde el complejo de procesamiento de gas de Sarkhoon.
-La refinería de Qeshm, con una capacidad de 35.000 barriles diarios, la primera instalación del país en procesar petróleo ultrapesado. Pasargad Energy Development Company, una compañía petrolera independiente con sede en Irán, puso en marcha en 2022 esta planta.
El Estado controla el petróleo y los ingresos
En términos de titularidad, el brazo del estado es muy alargado en el caso de Irán. La empresa estatal National Iranian Oil Refining and Distribution Company, o NIORDC, controla en última instancia el transporte, almacenamiento, comercialización y distribución de productos petrolíferos en Irán. Aunque siete refinerías iraníes han sido parcialmente privatizadas desde 2010, NIORDC sigue operando y reteniendo acciones en todas las refinerías, ejerciendo un alto grado de control sobre el complejo energético, amplían desde S&P Global.
Según recogen estos expertos, se cree que grandes cantidades de acciones de los activos de refino de Irán están en manos de grupos vinculados a la Guardia Revolucionaria iraní y al expresidente Mahmud Ahmadineyad. Las organizaciones gubernamentales también poseen un gran número de acciones en empresas de refinado, entre ellas Shasta, el brazo inversor de la Organización de Seguridad Social de Irán, que posee el 35% de la refinería de Bandar Abbas, y el 50% de la Compañía de Refinado de Petróleo de Lavan.
El gobierno iraní tiene previsto aumentar la capacidad de refinado del país hasta los 3,5 millones de b/d en 2026, según información del Departamento de Energía de EEUU. Pero aunque Irán ha propuesto varios proyectos que se encuentran en diversas fases de planificación y desarrollo, las sanciones internacionales impuestas a Irán han obstaculizado algunas de las inversiones necesarias para completar estas instalaciones en los próximos años.