
El mercado de petróleo se encuentra en este preciso momento en déficit. Según el último informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la demanda (el petróleo que se consume a diario para producir gasolina, químicos...) supera a la oferta (el crudo que se bombea todos los yacimientos del mundo). De este modo, el precio del barril de Brent ronda los 80 dólares y el mercado muestra cierta tensión (importantes oscilaciones en periodos cortos de tiempo). Pero si las previsiones a más corto plazo parecen un tanto inciertas, las 'apuestas' para 2025 son todo lo contrario: sobrará petróleo (habrá superávit) y el precio del crudo tenderá a bajar ligeramente.
El aldabonazo lo han dado en las últimas horas dos grandes de Wall Street. Goldman Sachs y Morgan Stanley han rebajado sus previsiones de precios a medida que aumenta la oferta mundial, incluida la que podría provenir de la OPEP+. Los dos bancos de inversión prevén ahora que el barril de Brent, la referencia mundial, se sitúe por debajo de los 80 dólares de media en 2025: Goldman ha revisado a la baja sus previsiones hasta los 77 dólares, mientras que Morgan Stanley considera que los futuros oscilarán entre los 75 y los 78 dólares. Ambos prevén que el mercado del crudo será excedentario y que los precios tenderán a la baja en los próximos 12 meses.
La decisión de la OPEP+ de dar marcha atrás en los recortes voluntarios de la oferta podría significar que el cártel pretende "disciplinar estratégicamente la oferta no procedente de la OPEP", señalan en una nota los analistas de Goldman Sachs, entre ellos Daan Struyven, al tiempo que advierten de que los precios del crudo podrían no alcanzar sus previsiones revisadas en una serie de escenarios.
"Los mercados del crudo siguen siendo deficitarios, pero es probable que estén tan ajustados como lo estarán durante algún tiempo", afirman en un informe los analistas de Morgan Stanley Martijn Rats y Charlotte Firkins. Para el cuarto trimestre de 2024, "la balanza volverá probablemente al equilibrio, y estimamos un superávit en 2025", vaticinan.
Según Goldman, el Brent podría caer a 60 dólares si la demanda china de petróleo se mantuviera estable; a 63 dólares si EEUU impusiera un arancel general del 10% a las importaciones de bienes; y a 61 dólares si la OPEP revirtiera totalmente sus recortes adicionales de 2,2 millones de barriles diarios hasta septiembre de 2025.
El análisis de Goldman también examina el posible impacto sobre los productores de crudo de esquisto de EEUU en caso de que el cártel añadiera oferta, o si la mayor economía del mundo se contrajera. "Los precios podrían bajar significativamente a corto plazo, especialmente si la OPEP desincentivara estratégicamente el crecimiento del esquisto estadounidense con más fuerza, o si una recesión redujera la demanda de petróleo", recoge.
El petróleo ha caído en los últimos meses -perdiendo temporalmente todas las ganancias del año en lo que va de año- ante la inquietud de los inversores por la ralentización del crecimiento de la demanda en China, el aumento de la oferta de fuera de la OPEP+, así como los planes del grupo de relajar las restricciones a la producción. Aunque el cártel ha estado dispuesto a sacrificar cuota de mercado reteniendo barriles para sostener los precios, el plan provisional de restablecer la producción puede alterar esa postura.
No solo estos dos gigantes hablan de un superávit en 2025. Norbert Rücker, director de Economía e investigación de Julius Baer cree que "de cara a 2025, vemos precios cada vez más bajos, al igual que el propio mercado, como lo demuestra la curva de futuros con pendiente descendente".
Commerzbank: "Las elevadas capacidades excedentarias impedirán una subida significativa de los precios, lo que significa que un nivel de precios superior a 100 dólares durante un largo periodo de tiempo resulta improbable"
En Bank of America Merryll Lynch también lo tienen claro: el mercado petrolero se está preparando para afrontar un exceso de oferta. El informe apunta a un repunte en la producción de petróleo de los países no pertenecientes a la OPEP+, en particular el crudo manará con mayor intensidad en los sospechosos habituales: Brasil, Guyana, Canadá y Estados Unidos. Se espera la producción de crudo crezca en aproximadamente un millón de barriles por día en 2024 y en 1,6 millones de barriles por día en 2025. Este aumento se producirá justo cuando la OPEP+ comenzará a reintroducir barriles adicionales (el principio del fin de los recortes) en el mercado a partir de octubre, lo que podría generar un excedente.
Al mismo tiempo, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo está mostrando signos de desaceleración, impulsado en parte por la creciente penetración de los vehículos eléctricos, especialmente en mercados como China. Las proyecciones de BofA indican que la demanda mundial de petróleo aumentará en alrededor de un millón de barriles por día en 2024 y en 1,1 millones de barriles por día en 2025. Estas cifras sugieren que el mercado podría experimentar un superávit de 700.000 barriles por día en 2025, lo que conduciría a una acumulación significativa de inventarios de petróleo tanto comerciales como estratégicos, según el informe de BofAML.
El gráfico que dibuja la AIE en sus previsiones es llamativo. Durante el primer trimestre de 2025 se espera que los inventarios aumenten alrededor de 1,5 millones de barriles cada día. ¿Qué quiere decir esto? Durante los tres primeros meses del año, cada día se estarán produciendo, de media, 1,7 millones de barriles más de los que necesita el mercado en ese momento. El incremento de los inventarios puede ser de unos 120 millones de barriles de crudo en ese periodo de tiempo. Para el segundo trimestre la previsión es que sobre un millón de barriles cada día. De cumplirse estas previsiones, el precio del petróleo tenderá a caer.
"Si las previsiones de la AIE se materializan, el importante exceso de oferta emergente presionaría sobre el precio del petróleo en los próximos años. Es probable que la OPEP -y Arabia Saudí en particular- omitan capacidad adicional y estabilicen así el mercado. Esto se debe a que los presupuestos nacionales de estos países dependen en gran medida de unos ingresos estables procedentes del sector petrolero", comentan Carsten Fritsch y Barbara Lambrecht, estrategas de materias primas de Commerzbank.
Según cálculos del FMI, Arabia Saudí necesita actualmente un precio del petróleo de unos 95 dólares para mantener el equilibrio de su presupuesto fiscal. Además, es probable que siga influyendo la experiencia de 2015, cuando Arabia Saudí abrió el grifo del petróleo para forzar la salida del mercado de la producción estadounidense de petróleo de esquisto con precios más bajos.
"El éxito de la OPEP+ en los últimos años sugiere que el cártel también logrará contrarrestar una caída brusca y sostenida de los precios en el futuro. Sin estas medidas estabilizadoras del mercado, los precios del petróleo se verían presionados por la fuerte expansión de las capacidades de producción, que en su mayor parte tendrá lugar en los próximos dos o tres años. Al mismo tiempo, sin embargo, las elevadas capacidades excedentarias impedirán una subida significativa de los precios, lo que significa que un nivel de precios superior a 100 dólares durante un largo periodo de tiempo resulta improbable, suponiendo que no se produzca una nueva escalada de los conflictos actuales", cierran los analistas del banco alemán.